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De las tiranías, el deterioro social, la construcción de la república

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Platón

El deterioro social de las poblaciones es la causa de las causas por las que reinciden las tiranías al poder de las naciones, pero este deterioro, llámese económico, además de psíquico-mental, en principio, no es obra de abracadabra, la flauta mágica o algún artificio; sino que es el resultado progresivo de la mala educación difundida dentro del sistema educativo por élites, junto al descalabro de los factores económicos que se vierten de manera teledirigida por los medios hacia las poblaciones.

Se pregunta ¿quién o qué fuerza o cosa influyó para que las poblaciones se degeneren al punto de amar el látigo que los oprime y despreciar el conocimiento práctico que los libera? ¿Qué hace que el individuo, las poblaciones, sean proclives a obedecer un sistema narcisista, petulante, tirano, opresivo, idolatra, como el que se pretende erigir en todos los tiempos ?

Las respuestas subyacen en el miedo, ese sentimiento inducido, teledirigido, por un sistema de transferencia de principios y valores antinaturales, enseñado y aprendido desde los más chiquitines hasta los más doctos ilustrados, dentro de la sociedad, bajo toda la estructura social, permeado por antivalores ideológico-filosóficos, simbólicos y hasta dogmáticos y supersticiosos que nada aportan al desarrollo del ser humano.

Es cierto que en las últimas décadas la humanidad ha dado avances tecnológicos prominentes; pero en el tema social, en específico, democrático, no se ha avanzado nada, los mismos sistemas caducos, reprochables de todas las edades con su carácter tirano-totalitario.

¿De qué vale el desarrollo en la ciencia y la tecnología? si no está al servicio de las potencias creadoras y a su vez liberadoras del individuo.

¿Son tan importantes los avances cientificistas tecnológicos? Si hasta hoy, en pleno siglo XXI no se ha solucionado el problema del hambre, incluso de cosas tan elementales como la garantía, salvaguarda de las libertades, los derechos fundamentales que enmarcan la democracia.

Por otro lado, aún hoy, la ciencia no ha conectado su saber y su desarrollo tecnológico con la naturaleza humana, es por eso los desafíos; por ejemplo, en la industria de la medicina, propiamente. Además, hay que tener siempre presente que no todo está dicho en el campo de la ciencia y la tecnología con sus últimas novedades.

Pues bien, la historia confirma que la disipación o corrupción de los valores humanos se elevan exponencialmente en los regímenes tiránicos, marcados por mercados cerrados o restringidos que fungen de democracia, sólo por guardar las formas de escrutinios electorales para el sostenimiento de un régimen totalitario.

De esta manera, corrompiendo y disipando la escala de principios de todo el edificio de la democracia que se sustentan en las  garantías sobre el valor de la vida, la familia, el matrimonio, la fe, la justicia, la seguridad, la propiedad, la educación, el sistema de la desconcentración del poder de la mano de un contrato federal descentralizado con separación de poderes, que se traducen a su vez, en una república, entendida como un modelo de Estado autonómico, federal, valga la redundancia, que le pongan fin al sistema unitario centralizado de las capitales, que se aloja en las naciones para la protección de un modelo de élites.

Por lo tanto, pensar en una república o sistema ideal de gobierno equivale a pensar en un sistema de salvaguarda del respeto por los derechos naturales, de impuesto único centrado en infraestructura que impulse el desarrollo y emprendimiento de las personas; libertad de pensamiento y expresión, libertades civiles, económicas, políticas, entre otros, principios de Estado limitado, originarios de la democracia de protección federal con respeto por los derechos de propiedad, incluyendo industrial e intelectual que le haga frente a cualquier tiranía ideológica filosófica.

 

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