John Bolton, ex asesor de seguridad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se desempeñara en el tema de la crisis de gobernabilidad en Venezuela desde el inicio del mandato del neoyorquino, ya fuera de la Casa Blanca afirma que la caída de Nicolás Maduro es inminente por cuanto la mayoría de los miembros del Alto Mando Militar no apoyan al neogranadino de origen.
Tal expresión plasmada en una entrevista que le realizara EVTV de Miami deja mucho que desear por cuanto no entiende el común del ciudadano cómo siendo mayoría no puede actuar el militar soberanamente.
La utilización de las armas estaría plenamente justificada en virtud de estar dicho movimiento militar apegado a la Constitución al restituir la legalidad que fue burlada por Maduro Moros y la directiva del Consejo Nacional Electoral en abril de 2013. Ellos desconocieron el triunfo del candidato Henrique Capriles Radonski, quien denunció fraude, en las elecciones presidenciales de aquel año mediante el procedimiento burlón de la mínima diferencia.
De igual forma el espigado norteamericano se refiere al fracaso de la asonada el 30 de abril de 2019, en la que estaban comprometidos oficiales y tropa junto con el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y el máximo dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López. Relata Bolton como razón de la disipación la falta de apoyo del venezolano. Debo historiar que los ciudadanos en su mayoría por veinte años apoyan la salida del comunismo internacional en el poder con Maduro Moros al frente, como lo atestiguan observadores sociales de conducta.
Ello ha quedado demostrado en diversas oportunidades cuando han sido convocados a tomar las calles a nivel nacional y regional para protestar contra la representación del Partido Socialista Unido de Venezuela en el poder. Así acontece en la actualidad y contra Hugo Chávez fue el consecuente proceder.
Si en su análisis John Bolton llega a tan simple conclusión debo indicar que el pueblo no fue convocado en dicha data a salir en apoyo de los dirigentes demócratas y la razón principal está fundamentada en la ausencia de medios independientes en la nación. El gobierno ha eliminado mediante procedimientos administrativos de altos réditos fiscales, y órdenes de clausura no ajustada a derecho la operatividad de la gran mayoría de los difusores impresos, digitales, radio eléctricos y audiovisuales.
Los repetidores de mensajes autónomos que aun circulan, escuchamos u observamos subsisten por su irreductible vocación de trabajo ciudadano, el cual realizan entre la censura oficial cotidiana, amenaza policial punitiva y la velada conseja autocrítica.
Si aún duda el exasesor todopoderoso del apoyo popular por mí afirmado, le indico que el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social relata en su informe para 2019: ”Con un total de 16.739 manifestaciones en todo el país, 2019 rompió el récord de protestas registradas en los últimos nueve años”.
La OVCS documentó 4.414 protestas durante el primer semestre de 2020, equivalente a un promedio de 25 diarias. Los servicios públicos fueron las principales razones para refutar la autoridad, alcanzando más de la mitad de los reclamos el clamor por un cambio de gobierno.
Esa acción del 30 de abril pasado ha podido realizarse sobre la base del descontento de los generales que John Bolton experto bien entendido afirma.
De ser así, en cualquier mitin de Chacao, Caracas, donde el pueblo expresaba volver a marchar a Miraflores, se ha podido llevar a cabo como acto seguido de la concentración.
A pesar de las armas chinas y rusas, el ciudadano de a pie no duda, como las estadísticas así lo demuestran, tomar veredas y caminos a pesar del llamado de dirigentes en mítines volver a sus hogares.
Siguiendo a Bolton: la mayoría de militares comandantes de fuerzas están listos para la acción inminente y el caminante que se desplaza de un lugar a otros en busca de alimentos también.
Solo falta que Donald Trump, quien afirma que todas las opciones están sobre la mesa, ordene al Comando Sur esperar en la frontera venezolana sur, norte, este u oeste la caravana humanitaria de venezolanos que, resguardada por la fuerza militar de paz en cuestión, mitigará el hambre y las enfermedades de los desposeídos.
Sin acuerdos de impunidad ni promesas vagas, adelante todos.