En muchos de nuestros artículos anteriores, hemos acostumbrado dedicar los mismos en reconocimiento a los esfuerzos para obtener logros importantes por parte de las personas involucradas y que los han hecho posible. “Pienso, luego existo” es una máxima del célebre matemático, físico y filósofo francés René Descartes (1596-1650).
La relación entre pensamiento y vida es un vínculo tan inseparable para la raza humana que con tal expresión concluyó Descartes en idea que se convirtió en poderoso y resistente suelo para el asentamiento de verdades cuasi irrebatibles que se fundaron durante siglos posteriores y sobre todo en el siguiente siglo XVIII, conocido como la “Época de la Ilustración”.
Nuestros conocimientos no fueron, no son, ni serán nunca sólo nuestros si decidimos compartirlos. Al expresarlos, ventilamos a la luz de un Sol que sale a diario a reconocernos como seres pensantes que tenemos la posibilidad de reflexionar, de rectificar y vivir la esperanza de superarnos día tras día. Pero sabemos que existe, dolorosamente, la posibilidad del estancamiento, de la perversión y aun la involución.
El Nacional ha visto durante ochenta años, desde el primer pensamiento para su emprendimiento hasta hoy, los sacrificios, los sueños para crear, las innovaciones y el indetenible avance de las ciencias y las tecnologías. El concurso de decenas de mujeres y hombres de Venezuela, y más de todas partes del mundo, para haber logrado crear una institución que nos identifica como país alrededor del mismo.
Hoy, más que unas felicitaciones acostumbradas en aniversarios, quiero enviar a todos los miembros de la familia Otero mi profundo reconocimiento a la magnífica obra periodística realizada por Venezuela y por Hispanoamérica en sus ochenta años.
Pido a todos hagamos homenaje aplaudiendo de pie a la memoria del abuelo Henrique Otero Vizcarrondo, del padre Miguel Otero Silva y a Miguel Henrique Otero Castillo en vida por su entereza. Gracias a Miguel Henrique, el matemático ucevista, al periodista y patriota venezolano, que junto a todo su equipo de periodistas han llevado con dignidad y gallardía la lucha por nuestra libertad de pensamiento; ejercido bajo toda clase de amenazas y represiones sufridas a altos costos humanos y económicos por sus accionistas. Gracias por permitirnos ejercer nuestra libertad a través de sus páginas. Gracias, Miguel Henrique Otero Castillo, por tu resistencia para recuperar nuestra libertad y democracia durante estos últimos más de veinte años de dictadura.
De la impecable trayectoria de El Nacional durante estos primeros ochenta años, Miguel Henrique Otero Castillo ha honrado con su corajudo e indoblegable desempeño la siembra y tradición establecidas en este baluarte institucional que es El Nacional, y que lo seguirá siendo, sin duda, a través de las distintas tecnologías y formas al momento de la reconstrucción nacional de Venezuela.
@gonzalezdelcas
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