Si lo sabemos víctimas y quienes nos asesinan o pretenden continuar haciéndolo, igual la Central de Inteligencia Americana. Venezuela subyace y, encima de su lápida, un dantesco epitafio enuncia: Vivió libre, fue mitad de una nación, no defendió los derechos del ciudadano u hombre, el territorio donde nació ni las leyes. Pero, sobre su tumba la purga antiterrorista prorrumpirá [A los exactos días de no sancta sanctorum].
Puedo escuchar el zumbido de la vindicta que emprenderán los herederos del caos, instruidos para reparar. No lucirán zombis, espantajos, como hoy nosotros, en Venezuela, sino joviales y letalmente armados. Caminarán, ajusticiarán y limpiarán la fetidez del socialismo sin importarles cuándo ni dónde se instauró por primera vez. Sin previas discusiones académicas, conciliábulos de dialogadores, arrasarán con organizaciones internacionales asociadas para delinquir, presididas por cómplices por «omisión de justicia» o miembros activos de los burós.
La liberación del pueblo venezolano no dependerá de elecciones, ni un generalato efímero, idiotizado, corrompido, nombrado por la Transnacional del Crimen, adoctrinado para cometer contra una república en situación de orfandad, que perdió su parque de armas e instituciones. Una fuerza armada sin honor, solo delitos acumulados en el curso de más de dos décadas de oprobio.
De cierto os digo que la purga viene, es indetenible, épica, y estará a cargo de la CIA junto con marines del imperio norteamericano: ante el cual lograremos la restauración de una alianza que no debió fracturarse por causa de la indeseable presencia de comunistas. Venezuela ya no es patria, sino santuario del terrorismo internacional y su salvación no puede delegarse a ese bodrio que llaman Naciones Unidas [ONU].
La restitución de lo que entendemos por libertad se hará mediante la «violencia legítima», que es indetenible, ya viene, puedo olerla, mirar su resplandeciente rostro, como si se tratase del nacimiento de una supernova. Caminaremos libres por las calles, sin que comisarios nos intimiden o detengan para robarnos o matarnos, antojosos, hediondos. Yo no alucino, les advierto que miro todo cuanto la historia interpretará como: resurrección de un pueblo sometido a infinidad de maltratos, ofensas a su integridad psicofísica. Luxfero bendecirá a las tropas que pisarán a cada degenerado caído de tanta arrogancia e impunidad, a los tales «patria-o muerte» que nunca han vencido, solo destruido pueblos.
-«Acaso no fue por el Poder del Mal/Que el Hombre surgió en parto abrupto/Ante una Naturaleza perpleja […]»
–Escuché, el día de mi «iniciación gnóstica» (https://medium.com/@albertjure2009/luxfero-5263a95f0837)
@jurescritor