OPINIÓN

De brujos y engañadores

por Ángel Oropeza Ángel Oropeza

En épocas de incertidumbre y confusión, como la que caracteriza a la Venezuela de nuestros días, mucha gente necesita refugiarse en espacios de certeza –así sean imaginarios– para intentar reducir la angustia que les produce su insegura situación y su aún más impreciso futuro.

Aprovechando la ya larga crisis y esta necesidad psicológica por disminuir en lo posible la inseguridad y el temor ante los acontecimientos por venir, nuestro país es víctima constante de la estafa de charlatanes, brujos, tarólogos, horoscopólogos, pitonisos y videntes, que no se cansan de engañar –y hacer negocio- con la candidez y necesidad de muchos venezolanos. El año 2021 que acaba de terminar está repleto de ejemplos de la “certeza” y “precisión” de algunas de sus “predicciones”. Veamos solo algunos.

1) La adivinadora Adriana Azzi aprovechó la falla eléctrica registrada en el Vaticano el 9 de enero de 2021 para asegurar que el año pasado –el mismo que acaba de terminar- era el año de la liberación de Venezuela. Esperemos a ver qué dirá ahora.

2) La astróloga cubana Mhoni Vidente “predijo” que en 2021 no solo habría un nuevo Papa, sino que habría un golpe de Estado en Venezuela y que Maduro saldría del poder.

3) Igual “predicción” sobre la salida de Maduro en 2021, esta vez por una traición de su entorno, anunciaron las “videntes” Norhelia y Nelly Pompa, conocidas como “las mentes gemelas”.

4) El 2021 (que ya terminó) fue “predicho” como el año del cambio político definitivo en Venezuela por parte del “consultor espiritual” Víctor Florencio, autodenominado “el niño prodigio”. Esto, por supuesto, porque según él se lo aseguraron los astros.

5) El vidente y tarólogo Albeiro Meyer fue por su parte tan optimista como errado en sus “predicciones”. Las cartas le aseguraron que Venezuela tendría en 2021 un año de prosperidad: «Se dejará a un lado la crisis y llegará una luz blanca que liberará una era de sanación para nuestro territorio, siendo esto un comienzo a la esperanza y felicidad». Por favor no se ría, y siga leyendo.

6) También por su parte, la “mentora holística” (lo que sea que eso signifique) Kala López “decretó” que el año 2021 sería «de transición total para la liberación del pueblo venezolano, pero esto no será del todo pacífico”.

7) Como último botón de esta rara muestra, el pastor José Ángel Hernández, quien se hace llamar “el cronista profético de Venezuela”, “pronosticó” que el año pasado iba a surgir “un tercer rey o gobernante” ante la salida de Nicolás Maduro, aunque él no tenía muy claro si saldría vivo del poder o sería quitado por este “tercer rey”. Si alguien lo entendió, por favor que nos explique.

Todos estos personajes, y otros más cuya mención ya no cabe en este limitado espacio, son muy famosos y de aparición frecuente en la televisión, la radio y las redes sociales. Tienen además muchísimos seguidores, una muestra de que el engaño vende y tiene su muy rentable mercado de inocentes incautos.

La lista tanto de ellos como de sus burlas es interminable. Pero si resulta penosa la colección de engaños por parte de fabuladores de oficio, lo es mucho más cuando a la lista hay que agregarle el nombre de quien ocupa actualmente la Presidencia de la República.

Al comienzo de 2021, coincidiendo con la tradicional publicación de las “profecías” de nuestros inefables brujos, Maduro no se quiso quedar atrás. En su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional, lanzó “predicciones” tan irresponsables y falsas como la de que ya estaban superadas “con creces” las dificultades sociales y económicas del país, y se preparaba para un 2021 de «bienestar».

En ese mismo mensaje Maduro se atrevió a decir que los datos sobre pobreza de 2020 no estaban disponibles, pero que durante 2019 “la pobreza general fue de 17% y la pobreza extrema de 4%”. Sin embargo, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, que es la fuente de datos sociales más reconocida en Venezuela, en su estudio 2019-2020 señaló que la pobreza extrema se ubicaba realmente en 79,3% y la general en 96,3%.

Igualmente, Maduro fue capaz de decir que “el índice de escolaridad en Venezuela se ha mantenido en un buen nivel. Actualmente se mantiene y se ubica en 93%, de los cuales 80% de los estudiantes en todos los sistemas de educación primaria, secundaria y universitaria están en el sistema público, gratuito y de calidad”. La realidad, muy distinta a la irresponsable afirmación oficialista, indica que ha habido una caída continua en la demanda potencial de la educación. Entre 2014 y 2018, la demanda era de 12.700.000 personas, mientras que para 2019-2020 cayó a 11.000.000. De hecho, si se analiza el porcentaje de población inscrita en un centro educativo, la verdad demostrable es que hoy en el país hay menos escolarizados en todos los grupos de edad, desde los 3 hasta los 24 años.

La capacidad fabuladora del gobierno alcanza límites insospechados de cinismo. Ante la existencia de la grave escasez de gasolina, Maduro afirmó, en el mes de septiembre, que «duplicarían» la producción de combustible en el país. En una entrevista dada a Ernesto Villegas, Maduro aseguró que en las próximas semanas comenzarían a producir el doble de hidrocarburos: «Llegará el día en que no solo satisfagamos la demanda interna, sino exportemos combustible». Y sobre la existencia inocultable de colas de vehículos en todo el país para hacerse de gasolina, llegó al extremo de decir que “todo ese movimiento (las colas) se da porque la estamos produciendo”.

En los negocios, engañar a los incautos para ganarse unos reales es inmoral y deshonesto. En la política, engañar desde el poder es una de las formas más sutiles y al mismo tiempo más eficaces de explotación humana. Ambas son éticamente condenables.

@angeloropeza182