OPINIÓN

Davos y la energía

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

Cada año en Davos se reúnen líderes de la industria, del comercio, de la política y de corporaciones a hacer un análisis de cómo está el mundo y cómo ven al globo en el tiempo venidero.

El Foro Económico Mundial (FEM), también llamado Foro de Davos, es una organización no gubernamental internacional que se reúne anualmente en Davos (Suiza), desde 1971.

Los temas de Davos 2024 estarán situados, hablando genéricamente, en estos grandes ejes: 1) Seguridad y cooperación: sigue en vilo el tema del terrorismo, el fundamentalismo, la guerra de agresión de Rusia a Ucrania, entre otros y el análisis rondará a buscar cuáles son las perspectivas de lograr ideas innovadoras para acabar, o reducir, estas amenazas a la sociedad; 2) Empleo y crecimiento: nunca es tarde para proponer fórmulas para generar espacios de trabajo para nuevas generaciones e incorporar mayores volúmenes de fuerza laboral a la economía entendiendo que éstos propósitos nos deben conducir a la prosperidad; 3) Inteligencia Artificial: sin duda éste será un acápite a tratar en los próximos años y de forma permanente, se necesita saber cómo interactuará la sociedad con la tecnología y cuál el aporte de la tecnología al crecimiento de la sociedad y 4) Energía y clima: el reto es descarbonizar la economía. Significa dejar de usar refinados de petróleo. Pero la ecuación equilibrada es integrar a China a ésta fórmula y evitar que China siga abusando con el uso de carbón. No es justo que Estados Unidos y Europa se pongan la soga al cuello con metas difíciles, perjudicando su economía y crecimiento, sólo para complacer a algunos fundamentalistas vedes.

En este último punto me detengo con un solo ejemplo que está siendo tratado en Davos y en cualquier escenario que busque nuevos paradigmas para la generación y uso de energía: reducir el uso de derivados del petróleo en industria de acero, aluminio y aviación.

Destaco un pequeño apunte: dicen, allá en Davos, que necesitan a América Latina.

Obvio que nos necesitan a América Latina para pensar en un mundo más integrado, con mejores servicios, resiliente y con energía renovable y una transición marchando, el mundo necesita a LATAM “por su litio, su producción de alimentos y sus ecosistemas, América Latina y el Caribe tienen por primera vez una relación simétrica con el mundo», señaló el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, desde el Foro Económico Mundial de Davos.

Habría que preguntarse si también nos necesitan a los latinoamericanos.

Un solo ejemplo de la necesidad del mundo para con LATAM es Brasil y lo que pudiera significar Brasil para descarbonizar la economía en áreas sensibles: Brasil es la mayor economía de América Latina y la undécima global, con 200 millones de habitantes y que tienen como objetivo reducir uso de refinados del petróleo, incrementar uso de renovables (solar y eólica) y principalmente reducir sus emisiones en 50% para 2030.

En ese orden, en Brasil, su creciente infraestructura de energías renovables busca hacer la transición de fósiles a verde en aspectos sensibles de la economía: industrias del acero, del aluminio y del transporte de aviación.

En el caso del transporte de aviación: representa alrededor de 2% de las emisiones mundiales de CO2. Para reducir el impacto al clima, de la aviación, se debe necesariamente cambiar los combustibles fósiles (refinados de petróleo) por el denominado combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), que puede producirse a partir de fuentes renovables como la biomasa y residuos. De momento aún está en etapa de investigación y desarrollo, pero obviamente Brasil (líder en producción de biocombustibles como etanol a partir de la caña de azúcar) puede ser un gran referente para la descarbonización de ese sensible sector de la economía global.

Hay ya iniciativas en nuevas industrias denominadas alcohol-to-jet (ATJ) y el queroseno parafínico sintético (SPK), una suerte de nuevos combustibles que naturalmente reducirán su impacto en emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el combustible de aviación convencional.

Un aspecto que no podemos pasar por alto: el mejor discurso de Davos es, sin dudas, de la nueva corriente liberal antisocialista del mundo: el presidente Milei. Dijo las cosas como son: Occidente está en riesgo por el socialismo, la ideología woke, la desprotección de nuestros valores cristianos y occidentales.

@BorisSGomezU