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Daniel Kahneman, primer psicólogo en obtener el premio Nobel de Economía en el año 2002

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En el desarrollo de políticas públicas hay que tener presente lo que Daniel Kahneman definió como la ilusión del entendimiento, donde creemos entender el pasado a través de la conformación de historias coherentes formadas con sustentos muy cuestionados o débiles; sin embargo, utilizamos estas historias para predecir y controlar acciones futuras, reforzamos así nuestra toma de decisiones, incluso tomando en cuenta un solo escenario. Esto hace muy vulnerable la toma de decisión, generando en muchas oportunidades crisis de gobernabilidad.

Nuestra mente siempre al reconstruir el pasado toma como referencia el evento de reflexión o cambio de mentalidad más reciente, o el último cambio registrado en nuestra memoria, la cual activa como primera opción. Por otra parte, el factor suerte tiene un papel importante en las realidades de la vida, no todo es puro conocimiento y razón. El efecto “halo” puede desdibujar la realidad en el análisis de una situación dada por el peso exagerado que esto tiene desde el punto de vista psicológico.

La ilusión de la validez impulsada por el sistema uno (1), considerado en la teoría de Kahneman, nos lleva a realizar conclusiones de manera impulsiva sin tener suficiente evidencia de los hechos, motivado a la historia que construimos en nuestra mente, que no siempre es la historia real. Esto sucede también con la ilusión del conocimiento en el ejemplo de los negociadores de la bolsa de valores, donde se intercambian acciones, bonos, papeles financieros en general, los expertos en esta área piensan y creen que todas sus acciones están muy bien dirigidas por sus experticias, pero la realidad es otra, simplemente es un juego de azar, una lotería, que está guiada más por la suerte que por el conocimiento real del mercado financiero.

La gestión pública debe entonces tomar en cuenta esta realidad, y seguir por ejemplo la recomendación de Orley Ashenfelter, dice que se apoyen en algoritmos o estadísticas para así mejorar la exactitud predictiva, siendo este un factor elemental para mejorar la toma de decisión pública. Ahora no es que Kahneman no crea en la intuición de un todo, en su careo con Gary Klein, dice que él cree en esta, de acuerdo con la forma como se haya adquirido, por ejemplo, la intuición adquirida por un maestro de ajedrez, donde una jugada la ha dedicado 10.000 horas de estudio, o la intuición obtenida por un bombero que ha apagado miles y miles de incendio, él dice que es algo muy diferente. Por tanto, para la toma de decisiones de un hecho público, es importante indagar la experticia que se tiene en un momento dado, cuando una recomendación viene más por una intuición que por la vía de los hechos. La experiencia es fundamental como característica en los personajes que ocupen cargos públicos, que no sean sacados de un sombrero.

Kahneman habla de la falacia de la planificación, de 1958 a 2012, se han elaborado diez planes de la nación venezolana, ello por tomar una referencia, de los cuales ninguno  expresa de manera explícita la inserción de Venezuela en el concierto mundial de los países más industrializados del mundo, indicando estos planes su visión solamente con relación a América Latina.

A la presidencia del período 1959-1964 le correspondió aplicar los primeros planes quinquenales de desarrollo, a la del período 1964-1969 el segundo plan de la nación, a la del período 1969-1974 el tercer plan, a la del período 1974-1979 el cuarto plan, a la del período 1979-1984 el quinto plan, a la del período 1984-1989 el sexto plan, a la del período 1989-1994 el séptimo plan, a la del período 1994-1999 el octavo plan de la nación y a la de los períodos 1999-2007 y 2007-2012 el noveno denominado plan de desarrollo económico y social de la nación, y el décimo denominado Plan Simón Bolívar con un contenido socialista muy marcado.

Estos planes de la nación están colmados de muy buenas intenciones o actos de buena fe, donde se pueden resaltar algunos aspectos importantes desde el primer plan hasta el plan décimo, los primeros nueve planes fueron coordinados por Cordiplan, Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la República, creada según decreto número 492 de fecha 30-12-1958 apareciendo en la Gaceta Oficial 25.850, así el plan número diez fue coordinado por el Ministerio de Planificación y Desarrollo creado según decreto número 380 de fecha 15-11-1999 apareciendo en la Gaceta Oficial número 36.821 y el plan número diez de la nación coordinado por el Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas creado en el año 2010.

En el primer plan de la nación se plantea explícitamente el tema de la participación ciudadana en políticas, programas y proyectos de desarrollo de la comunidad para elevar su calidad de vida, donde además se prescribía el desarrollo comunal. En el segundo plan 1964 al 1969, capítulo XVIII toman nuevamente el desarrollo de la comunidad con la participación social para el desarrollo de políticas públicas vinculando la reforma agraria con la estrategia de integración de la comunidad.

En el tercer plan de la nación se continúa con la visión de desarrollo de la comunidad capacitando el personal en el desarrollo comunal apoyado a su vez por organismos multilaterales como el fondo especial de las Naciones Unidas. En el cuarto plan se hace hincapié en los sectores sociales marginados, esto a través de lo que se llamó la promoción popular, vista como un conjunto de esfuerzos integrado para mejorar el sistema socioeconómico del hombre como sujeto de todos los procesos y fines de desarrollo.

El quinto plan de la nación hace énfasis de nuevo en el desarrollo de la comunidad mediante medidas de intervención del Estado en la infraestructura como la vialidad, urbanismo, reubicación, mejoramiento y autoconstrucción de viviendas y asistencia social.  El sexto plan plantea la organización social y la participación ciudadana tomando el concepto de democracia participativa, impulsando la presencia activa del pueblo en la elaboración, toma y ejecución de decisiones, esto con la idea de que personas y organizaciones desarrollen sus proyectos para mejorar su hábitat.

El séptimo plan de la nación plantea un avance hacia una sociedad más justa vitalizando la democracia, equilibrando así las relaciones de poder político. En el octavo plan se propone lograr una democracia moderna y eficiente, fortaleciendo la red institucional del sector social, promocionando la formación de la gerencia social, dándoles prioridad a las personas más desasistidas, esto coordinado con comisiones presidenciales. El noveno plan de la nación sigue haciendo énfasis en la participación social aplicando proyectos de lactancia y salud como la beca alimentaria, el bono lácteo, bono de cereales, útiles y uniformes escolares, además de multipolares para la atención del niño.

El noveno plan de la nación 2001 al 2007 aboga por una mayor eficiencia en el gasto público, mejora de los servicios públicos, especialmente en salud, en energía eléctrica, el agua, la educación, transporte, seguridad personal y jurídica, así mismo habla de la superación de las desigualdades sociales ofreciendo más y mejores oportunidades de calidad de vida.

El décimo plan de desarrollo económico y social año 2007-2012 indica de manera abierta la implementación del socialismo del siglo XXI, esto logrando primero la refundación ética y moral de la nación venezolana, teniendo como norte la superación de la miseria y la pobreza, socialismo del siglo XXI ha sido un total desastre, miseria, miseria y más miseria. Como se puede ver este esfuerzo planificador ha dado pocos resultados positivos prácticos.

Pues Kahneman dice que esto se debe a que se asigna un presupuesto y no se cumple con el mismo y mucho menos con el tiempo de ejecución de dicho proyecto lo vemos hoy día a diario, él dice que debemos adoptar en este caso para mejorar la planificación el “outside view”, que no es otra cosa que construir una base de datos amplias de estadísticas de clases referenciales de distintas partes del mundo, con proyectos similares y utilizar esa información como input en la optimización de la acción planificadora.

Entender el valor psicológico que la gente pone a la hora de tomar decisiones, por ejemplo la aversión al riesgo a perder lo que se tiene, esto sucede porque la gente tiene puntos de referencia en sus vidas o memorias, esto sucede porque no todas las decisiones son tomadas con base en una utilidad material esperada, la curva “S” señalada por Kahneman en su libro expresa la aversión que la gente tiene a perder lo que tiene, y sobre todo cuando tiene una identificación sentimental atada a su contenido, o como sucede con el efecto de endowment donde la respuesta a perder algo es más fuerte que a la de ganar.

La mente humana contiene mecanismos que están diseñados para darle prioridad a las malas noticias, sabiendo esto son elementos importantes de tener pendiente en momentos de llevar a cabo negociaciones de contratación colectivas o cualquier otro tipo de negociación política. Además, tener presente en los casos de elaborar contratos de seguros de hospitalización, cirugía y maternidad o de seguros de vidas, etc., que la gente lo que compra es tranquilidad mental, busca eliminar preocupaciones más que el propio hecho económico involucrado en la obtención de un seguro, esto se acentúa sobre todo cuando se exacerba por una razón de actos terroristas.

Jeremy Berthan dijo que la humanidad está ceñida a la autoridad de dos alternativas supremas “el dolor y el placer”, para el ser de la memoria el cómo termina o cambia la historia de un evento es fundamental, sin importarle mucho el tiempo que toma el mismo, mientras que el ser de la experiencia no es indiferente a la duración de dicho evento. Por tanto son dos entidades muy diferentes. Al ser de la experiencia le importa primeramente el presente, el aquí y el ahora, mientras que al ser de la memoria le interesa la historia porque toma nota de los eventos de la vida, siendo esta la responsable de la toma de decisiones.

Hoy día los políticos deben tomar en cuenta en sus desarrollo de políticas públicas esta diferencia de estas dos entidades en como procesan la información, para saber diferenciar el concepto de felicidad siendo la responsabilidad del él mismo, llevarle la mayor suma de felicidad al ciudadano, para la experiencia el concepto de felicidad es una cosa y para la memoria es otra, entonces, ¿de cuál felicidad se habla?, ¿el del yo de la experiencia o el del yo de la memoria?

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