A partir del 1 de enero de 2024, Venezuela entrará en un año de elecciones presidenciales. El CNE y los órganos subalternos del poder electoral están llamados a planificar con tiempo la logística de todos los pasos del proceso electoral, y no solo los correspondientes al día de las elecciones.
Los ciudadanos debemos estar conscientes de las diferentes fases y etapas del proceso electoral y contar con la información sobre los candidatos postulados, sus propuestas, la ubicación de los centros de votación y la mesa en la que nos corresponde votar. La información y educación electoral es fundamental. Sin embargo, muy poco sabemos del proceso electoral venezolano y muchas veces no estamos ni siquiera conscientes de cuáles son nuestros derechos políticos y electorales.
Las normas ISO sobre procesos electorales nos ofrecen una amplia gama de definiciones y condiciones que nos pueden ayudar a entender con más claridad si el sistema de gestión electoral venezolano está a tono con los estándares internacionales. ISO (por sus siglas en inglés) es la Organización Internacional de Normalización de la que forman parte los organismos nacionales de normalización. Elabora normas internacionales a través de los llamados Comités Técnicos de ISO. ISO aplicó los requisitos genéricos de sus normas para evaluar y demostrar la capacidad real de las instituciones electorales de organizar un proceso electoral de calidad, cuyos resultados puedan ser reconocidos nacional e internacionalmente.
La ISO/TS 17582:2014 fue la primera norma de carácter internacional que propuso un marco de gestión de la calidad para los procesos electorales. En su contenido se adecuaron los requisitos de la norma ISO 9001 para su aplicación en organizaciones electorales. Fue desarrollada por un grupo de trabajo dirigido por la OEA y publicada el 14 de febrero de 2014 por la Organización Internacional de Normalización (ISO). Luego, en 2019 se publicó la norma ISO/TS 54001:2019 (en adelante norma ISO) que es un estándar internacional basado en la norma ISO 9001:2015, aplicable a organizaciones electorales para todos los niveles de gobierno.
Esta norma puede ser una referencia de mucha utilidad a fin de conocer cuáles son esos estándares internacionales para la organización de un proceso electoral, toda vez que especifica los requisitos que debe cumplir un sistema de gestión de la calidad del poder electoral, el cual debe demostrar su capacidad para gestionar elecciones limpias por votación directa, universal y secreta; y, proporcionar resultados transparentes, justos y confiables.
La mencionada norma define una serie de estándares internacionales para procesos electorales entre los cuales se destacan los siguientes:
- Registro Electoral: reconoce la importancia de un registro de electores actualizado, en el que queden identificados todos los ciudadanos que pueden ir a votar,
- Registro de las organizaciones políticas y de los candidatos: que deben cumplir con los requisitos legales para poder postularse y ser elegidos.
- Logística electoral: establece la necesidad de una planificación y organización estricta para asegurar el éxito del proceso electoral.
- Sufragio: a través del cual el ciudadano ejerce su derecho de elegir un candidato u organización política y generar la evidencia documentada que sirva luego para verificar el voto de cada elector.
- Recuento y declaración de resultados: Es el conteo de votos y el poder electoral es el único autorizado de anunciar los resultados oficiales.
- Educación electoral: Proceso de información, sensibilización y capacitación de votantes, organizaciones políticas y candidatos sobre el proceso electoral, registro de votantes y participación.
- Fiscalización del financiamiento de las campañas electorales: Establece reglas para la financiación transparente de las campañas, evitando el financiamiento ilegal con fondos de la corrupción, narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero, etc.
- Resolución de conflictos electorales: Con canales y vías adecuadas para la gestión de cualquier queja recibida o generada en el proceso electoral.
Sin lugar a dudas, la implementación de un sistema de calidad en el poder electoral venezolano, según la norma ISO, es una tarea pendiente y sería de gran utilidad para que los electores, organizaciones políticas y la opinión pública nacional e internacional certifiquen la transparencia y legalidad de los procesos electorales, la validez de los resultados y la legitimidad de los ganadores.
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@victoralvarezr