Ante la presencia de un gobierno hostil con los empresarios, ninguna empresa -con o sin fines de lucro- quiere llamar la atención exhibiendo sus estados financieros de manera voluntaria. Solo los exhiben públicamente –y con notable retraso en la mayoría de los casos tal y como puede ser fácilmente comprobable- aquellas empresas que están obligadas por la ley respectiva, como es el caso, a modo de ejemplo, los emisores en el mercado de valores.
Ahora bien, no siempre los gobiernos en Venezuela fueron hostiles con el empresariado, aun así y sin embargo, siempre ha persistido la no-revelación de información financiera voluntaria. Este artículo esboza una conjetura sobre tal hecho.
Según Radebaugh y Gray, la cultura influye en las prácticas de revelación de la información financiera. Estos autores presentan un modelo para explicar las diferencias culturales en las prácticas de medición y revelación contable como función de dos variables: a) el grado de precaución de las empresas al valuar los activos y reconocer los ingresos y b) el grado en que las empresas revelan información al público.
También y según Doupnik y Riccio, este marco teórico sugiere que los valores culturales de una sociedad conducen a valores contables compartidos que, a su vez, influyen en la naturaleza del sistema contable de una nación.
Según Radebaugh y Gray, el conservadurismo y el secreto afectan más directamente la medición y la divulgación de información en los informes financieros y, por lo tanto, son los valores contables que tienen el mayor potencial de afectar la comparabilidad internacional de los estados financieros.
Doupnik y Riccio se refieren al conservadurismo como «una preferencia por un enfoque cauteloso de la medición». El conservadurismo implica una tendencia a diferir el reconocimiento de activos y elementos que aumentan la utilidad neta (ingresos, utilidades, ganancias) y una tendencia a acelerar el reconocimiento de pasivos y elementos que disminuyen la utilidad neta (como gastos y pérdidas). Además, describen el valor contable del secreto como «una preferencia por la confidencialidad y la restricción de la divulgación de información sobre el negocio». El secreto se manifiesta en una tendencia a restringir la divulgación de información disponible a los actores externos. La hipótesis del secreto la desarrollan citando a Radebaugh y Gray, quienes aplican las dimensiones culturales de Geert Hofstede.
La preferencia por el secreto es consistente con una fuerte aversión a la incertidumbre porque de esta última se deriva la necesidad de restringir la divulgación de información a personas externas para evitar conflictos y competencia, y para preservar la seguridad.
También parece probable que exista una estrecha relación entre el secreto y la distancia de poder, ya que es probable que las sociedades de alta distancia de poder se caractericen por la restricción de información para preservar las desigualdades de poder. La distancia de poder según Hofstede, es el grado en el cual una sociedad acepta la distribución desigual de poder en instituciones y organizaciones.
El secreto también es consistente con una preferencia por el colectivismo, en oposición al individualismo, en el sentido de que su preocupación es por los intereses de las personas más estrechamente relacionadas con la empresa que por las partes externas. El colectivismo, también según Hofstede, representa un marco social muy unido en el que los individuos forman parte de un todo, a diferencia del individualismo, en donde los individuos se ocupan solo de sí mismos
Una orientación a largo plazo también sugiere una preferencia por el secreto que es consistente con la necesidad de conservar los recursos dentro de la empresa y asegurar que los fondos estén disponibles para la inversión en relación con las demandas de los accionistas y empleados con salarios más altos.
Un país como Venezuela estaría en los extremos de ambas variables: el grado de precaución es máximo y el grado de revelación al público es mínimo. Como si fuera poco, no deja de ser una ironía que una cultura totalmente adversa al riesgo se encuentre inmersa en un estado de incertidumbre total.
Esbozada la conjetura, consideremos ahora el caso de las normas contables NIIF S1 y S2 referidas a la sostenibilidad cuya aprobación, tal como están o modificadas, se espera por parte de la Federación Venezolana de Colegios de Contadores Públicos.
Entonces, la conclusión es que un elemento que haría difícil el cumplimiento efectivo de dicha normativa es la propensión del venezolano a revelar la mínima información y más aún ante la presencia de un gobierno hostil con los empresarios.