«Does the body rule the mind or does the mind rule the body?«* (STEVEN PATRICK MORRISSEY)
Una mañana de junio de este año iba caminando yo solo por una larga avenida. Me acercaba a la biblioteca de la ciudad. Un hombre y una mujer se cruzaron conmigo, yendo ellos en sentido contrario. Al pasar de largo se cruzaron además nuestras miradas. Seguí andando para encontrarme con otra persona que dirigía sus pasos hacia mí sin darse cuenta de mi presencia. De tal modo caminaba ella. La joven parecía guiada por una brújula. Sin levantar los ojos de lo que resultó ser un teléfono móvil, a punto estuvo de arrollarme.
Es verdad que tenemos un cuerpo y tenemos una personalidad, pensaba. Platón decía que los hombres somos la síntesis de un cuerpo y un alma. Cuando uno ve a gente en la calle, le mira la cara y se fija en su actitud, así a primera vista, cree que este es arrogante y estúpido, que aquel parece humilde, noble y le gusta o le cae bien sin ni siquiera hablar con él. Es cierto que hay algo, un toque o un signo que no es fácil de explicar, y al que unos llaman espíritu y otros llaman alma que permanece allí dentro, dando luz como si estuviese avivando un fuego interior. Luego está el cuerpo, lo visible. El cuerpo que se va transformando de forma evidente con el paso de los días, los meses y los años. Nuestra imagen cambia porque es parte del juego, de las reglas de la vida, la edad, el estilo de vida que llevamos siendo estudiantes, profesores, periodistas o lo que sea. Me pregunto quién o qué nos pone este cuerpo y qué o quién decide nuestra alma. No sé si existimos de verdad o somos los actores de una obra de teatro como intuía Shakespeare.**
Quiero encontrar un sentido a la vida, a mi vida. Me niego a no existir. No juego más a este juego. Me niego a ser otro. Quiero ser yo.
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* ¿Gobierna el cuerpo sobre la mente o es la mente quién gobierna al cuerpo? (Morrissey, vocalista de The Smiths).
** «All the world’s a stage, and all the men and women merely players» (SHAKESPEARE)/ «El mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres somos simplemente actores».