OPINIÓN

Cubazuela ¿el principio del fin?

por Alberto López Núñez Alberto López Núñez

Los comunistas y sus compañeros de ruta tienen un especial don para camuflarse como lo que no son, o más bien, los demócratas liberales se caracterizan por su ingenuidad ante el enemigo. A pesar de que él mismo confesó haber estado auspiciando el Bogotazo en 1948, Fidel Castro llegó al poder apoyado por Estados Unidos, el empresariado y la Iglesia cubanos y todos los regímenes demócratas latinoamericanos, para al poco tiempo de tomar las riendas declararse como lo que era: revolucionario marxista-leninista. Chávez, a pesar de haber liderado un frustrado golpe militar a la democracia venezolana y en los documentos incautados luego del 4F a él y sus compañeros golpistas expresar claramente ideas de izquierda; a pesar de haber estado aupado por dos líderes históricos del comunismo, Luis Miquelena y José Vicente Rangel, llegó al poder democráticamente apoyado por los grandes cacaos caraqueños, los grandes medios de comunicación y varios obispos y los inefables jesuitas. Juan Manuel Santos, a pesar de haber propiciado un golpe a Samper con los carteles del narcotráfico, los puros y los narcoterroristas comunistas, logró infiltrarse en el uribismo y llegar a la presidencia con el apoyo de Uribe, sin lo cual no hubiese llegado ni a presidente de una junta de condominio.

Pero los demócratas no parecen querer aprender de las malas experiencias, por eso soy prudente respecto a vaticinar el futuro de los regímenes comunistas cubano y venezolano. Veamos por qué: