Los comunistas y sus compañeros de ruta tienen un especial don para camuflarse como lo que no son, o más bien, los demócratas liberales se caracterizan por su ingenuidad ante el enemigo. A pesar de que él mismo confesó haber estado auspiciando el Bogotazo en 1948, Fidel Castro llegó al poder apoyado por Estados Unidos, el empresariado y la Iglesia cubanos y todos los regímenes demócratas latinoamericanos, para al poco tiempo de tomar las riendas declararse como lo que era: revolucionario marxista-leninista. Chávez, a pesar de haber liderado un frustrado golpe militar a la democracia venezolana y en los documentos incautados luego del 4F a él y sus compañeros golpistas expresar claramente ideas de izquierda; a pesar de haber estado aupado por dos líderes históricos del comunismo, Luis Miquelena y José Vicente Rangel, llegó al poder democráticamente apoyado por los grandes cacaos caraqueños, los grandes medios de comunicación y varios obispos y los inefables jesuitas. Juan Manuel Santos, a pesar de haber propiciado un golpe a Samper con los carteles del narcotráfico, los puros y los narcoterroristas comunistas, logró infiltrarse en el uribismo y llegar a la presidencia con el apoyo de Uribe, sin lo cual no hubiese llegado ni a presidente de una junta de condominio.
Pero los demócratas no parecen querer aprender de las malas experiencias, por eso soy prudente respecto a vaticinar el futuro de los regímenes comunistas cubano y venezolano. Veamos por qué:
- Cuba ha estado dominado durante 62 años por un régimen comunista sanguinario que ha matado desde el origen a toda disidencia democrática. Es por eso que el 11 de julio es una fecha de trascendente contenido histórico.
- El 11J significa el primer estallido de protesta auspiciado por movimientos sociales democráticos como el San Isidro y 20 de Noviembre. Por primera vez en la historia de la Cuba castrista el pueblo dejó el miedo y desafió la tiranía.
- Pero obviamente el poder represivo del régimen cubano es inagotable y desde el primer momento sus fauces asesinas se abalanzaron contra los protestantes pacíficos.
- Primer paso, heroico, pero primer paso al fin, todo dependerá del poder de resistencia del pueblo cubano frente al aparato represivo comunista.
- En Venezuela, estamos en un recorrido inverso. Frente a la unidad democrática que propulsó las grandiosas, cuantitativa y cualitativamente, marchas de principios de siglo. El golpe democrático contra Chávez que se asustó con el cuero después de haber matado al tigre. El fenomenal triunfo de haber ganado la Asamblea Nacional en 2015, que se durmió en los laureles y desperdició la oportunidad de haberle dado jaque mate al comunismo, parece que se está en un punto de inflexión.
- Pero este parece inclinado hacia el régimen, pues aparentemente la dirigencia democrática está claudicando ante las estrategias de afianzamiento del régimen chavomadurista. Con Fedecámaras claudicando ante el régimen, la iglesia “aggiordanando” su postura, obviamente presionada por Francisco y la “oposición” rindiéndose a otro “diálogo”, para seguramente llegar a participar en las elecciones regionales de noviembre, el paso que Maduro necesita para aparecer como democrático, en la treta que tiene armada con Biden para que le levanten las sanciones y así afianzarse en el poder al mejor estilo de sus mentores cubanos, nada bueno parece augurarle el futuro a la democracia venezolana.
- Pero, repito, la esperanza es lo último que se pierde, puede ser que estos acontecimientos en la “isla de felicidad” que es Cubazuela sean signos premonitorios de un revolcón -ese sí revolucionario- a la historia, y que los pueblos cubano y venezolano, cansados el primero de una falta de dirigencia opositora firme y el segundo de una claudicante, salvo las honrosas excepciones de María Corina y Ledezma, dirigencia de la resistencia, hagan surgir una nueva página en la historia política de esos países.
- Por ello y en conclusión, no se puede ante la incertidumbre actual, saber si se está en ambos países en un punto de inflexión que signifique el principio del fin del régimen comunista o solamente un aullido más de desesperanza de esos sufridos pueblos.
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