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Cuba sigue pasos de Nicaragua con ley que arrebata ciudadanía a quienes piensan distinto

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Protestas del 11 de julio de 2021 en contra del régimen cubano / Archivo

Bajo la excusa de modernizar una obsoleta ley migratoria, Cuba ha dado otro zarpazo al pueblo. Una nueva legislación otorga al dictador la potestad faraónica absoluta de decidir quién es cubano o no. Quien vive o muere jurídicamente ante la ley.

El artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a una nacionalidad. A nadie se le puede privar arbitrariamente de su nacionalidad. Arrebatar a una persona de su ciudadanía es una violación a los derechos humanos más esenciales.

La nueva ley comunista puede ser considerada un crimen de lesa humanidad. De acuerdo al Estatuto de Roma, un crimen de lesa humanidad puede ser “la privación intencional y grave de derechos fundamentales en contravención del derecho internacional”.

La norma jurídica comunista se produce en un contexto de miseria y migración. En los últimos 3 años Cuba ha perdido a 10% de su población. Todos huyen del fracaso revolucionario. 80% de los que dejan la isla tienen entre 15 y 40 años. El alma y motor de la sociedad.

Un nuevo periodo especial. Cuba vive una etapa de miseria extrema similar al experimentado después de la caída de la Unión Soviética. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos registra 89% de pobreza. Solo 15% de la población come 3 veces al día y 7 de cada 10 no desayunan.

El régimen maldice al imperio, pero ama los dólares. La dictadura anunció la dolarización parcial de su economía y con la nueva ley migratoria da luz verde a las inversiones de ciudadanos cubanos en el exterior, los mismos a los que antes llamaba peyorativamente “gusanos”.

Por años el régimen de la isla había sido implacable con los que dejaban el país. Estaban en listas negras y muchos no podían volver. Algunos eran etiquetados como emigrados desafectos o traidores. Perdían vehículos, terrenos o viviendas. El estado socialista se apoderaba de todo el botín.

Cuba eliminó normativa confiscatoria de 24 meses. El régimen determinó que ya no confiscará (robará) los bienes de los cubanos que se ausenten del país por 2 años. Ahora se muestran abiertos a que ingresen cuando quieran al país, en especial si lo hacen con dólares o euros.

La nueva ley migratoria en pocas palabras otorga más derechos a los cubanos que viven en el exterior y menos a los que viven en la isla. Es decir, se crean dos tipos de ciudadanos, unos con más derechos y otros con casi ninguno. El objetivo es revitalizar la economía y mantener la mano de hierro represiva.

Nicaragua, Cuba y quizás muy pronto Venezuela estarían uniendo esfuerzos para implantar la apatridia y el robo de la ciudadanía como práctica habitual. Así castigan a sus adversarios y a los que piensen distinto. Nada logra esconder su fracaso monumental generador de hambre, miseria y migración.


El autor es periodista exiliado, exembajador de Nicaragua ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).

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