Naturalmente apelar a cifras oficiales sobre “actividades económicas” de Cuba es poco menos que una broma. Es un régimen comunista totalitario que no permite actividad privada intensiva (¡no hay corporaciones, empresas ni inversiones a escala!) y menos permite una disidencia política, peor aún van a tener datos sobre “actividades económicas” o aquellas referidas a su “industria” energética.
El 17 de octubre de 2024 fue el peor día para la gestión de la electricidad en la isla.
Además del abusivo comunismo que los queridos amigos cubanos deben soportar día a día, todo el 2024 estuvieron con serios problemas de suministro eléctrico en la isla. En realidad, los problemas de suministro eléctrico en la isla fueron desde que se instaló el castrismo.
Por supuesto que los “apagones” no pueden ser explicados por altos oficiales del régimen ni menos por su compañía eléctrica estatal. Alguien dijo que Cuba es un “agujero negro en medio del Caribe”, en contraste con pujantes y vibrantes economías como República Dominicana, Jamaica o Puerto Rico, por citar ejemplos.
El régimen tiene un “Ministerio de Energía y Minas”, sin que haya actividad significativa en ninguna de esas dos industrias. Pero bueno: el 17 octubre hubo “desconexión total” del denominado “Sistema Electroenergético Nacional”. Se quedaron a ciegas, no sólo los ciudadanos sino hasta la propia cúpula del régimen.
Seguramente el servicio se irá restableciendo de a poco, en semanas próximas, pero lo que no puede garantizar ya el régimen es un suministro fluido, confiable y constante de electricidad. De manera que sin energía no puede haber industria, ni actividades comerciales o negocios; y la población está condenada a sufrir “calorones” sin aire acondicionado y con interrupciones constantes de electricidad, que afectan, ciertamente a servicios de comunicación, refrigeración y otros.
Lo que ocurre en la isla es exactamente como cuando usted observa la imagen satelital nocturna de Corea del Norte versus Corea del Sur. La Corea comunista es un black hole en cambio Corea del Sur es un paraíso de la electricidad, alumbrando 24 horas su camino de prosperidad.
Normalmente los regímenes totalitarios esgrimen una respuesta -cuando se les consulta el por qué de los “apagones” y de sus otros fracasos en la gestión pública- y dicen sin ningún empacho que son “sabotajes externos” o “ataques del imperio”. Nada más absurdo y alejado de la realidad objetiva.
La respuesta a los apagones es que Cuba no tiene una industria de generación, transmisión ni distribución eléctrica que sea moderna. Es completamente obsoleta y depende de dádivas de otros regímenes que alimentan su matriz energética.
Su vieja infraestructura energética está colapsada y ya no aguanta más “soluciones” tipo “parche”. El país requiere inversiones en toda la cadena energética. Y esas inversiones únicamente ocurrirán cuando la bella isla sea democrática y deje el socialismo empobrecedor.
Las termoeléctricas cubanas son herencia de la “ayuda” del imperio soviético. Nunca se hicieron inversiones de upgrade ni menos nuevas inversiones para nuevas centrales de generación eléctrica.
La isla tiene una capacidad -si es que confiamos en cifras y datos del régimen, yo particularmente no creo- de generación eléctrica de 1.600 megavatios (MW) para una demanda que seguramente superan fácilmente los 4.000 MW.
Ese déficit no puede ser cubierto porque sencillamente:
a) la infraestructura de generación eléctrica está obsoleta y es inservible;
b) no tienen dólares para invertir en nueva infraestructura energética;
c) no podrán tener un sistema de generación eléctrico renovable (solar y eólico) porque requiere inversiones privadas fuertes y nadie invierte en paraísos comunistas;
d) sus actuales centrales son alimentadas con petróleo barato (prácticamente una “caridad” de sus “aliados” Venezuela, Rusia y México) y esos países tienen sus propios problemas como para seguir -casi obsequiando– su petróleo a Cuba;
e) su producción de gas y petróleo no es de un volumen tal que permita ser independientes totalmente; en algún momento afirmé que si el régimen castrista hubiera podido “llevarse” el gas boliviano lo haría (menos mal que las consideraciones objetivas de geografía y distancia impidieron aquello);
f) no podrán tener industrias derivadas a la energía porque la industria energética está, reitero, colapsada.
La cereza sobre el pastel fue cuando un alto oficial del régimen dijo -y sus declaraciones están en redes- que “se prevé aumentar el uso de fuentes de energía renovable, como solución a la crisis para eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, sustituyéndola por energía limpia”. Una utopía absoluta. Para que esa ecuación funcione Cuba debe invertir, en cálculos muy conservadores, cerca de 15.000 millones de dólares (en 3 años) para reconstruir su matriz energética, fomentar la exploración de áreas de petróleo y gas off shore, construir nuevas centrales de generación, renovar su sistema de transmisión y de distribución eléctrica a ciudades.
Naturalmente un país con un sistema energético colapsado no puede garantizar servicios públicos, ni privados, ni habrá inversiones si es que el estado continúa siendo comunista.
Siempre discuto estos temas con mis queridos amigos del exilio cubano. Cuando compartí criterios, tomando un cafetín en 8 calle del Southwest en Miami, llegamos a una conclusión: por supuesto que hay solución a la crisis energética y política cubana. La solución es abandonar el comunismo.
Yo particularmente anhelo una Cuba libre del comunismo. Inmediatamente habrá un flujo de inversiones en todos los sectores. El primordial flujo será, con seguridad, para la (nueva) industria de energía que es la “madre” para todas las otras industrias: cementeras, hierro, tecnología, puertos, almacenamiento de datos, inteligencia artificial, etc.
Al flamante presidente de la Cuba liberada le pido, desde hoy y mediante intermedio de mis amigos cubanos de la Florida, que me dé la oportunidad de ayudar a coadyuvar en reconstruir el sistema energético de esa isla tan bella. Sería un honor, como latinoamericano, ayudar a establecer un sistema, normativa y regulación de total apertura a Cuba a las miles de oportunidades que habrán para invertir en industria energética, relacionada a:
- Exploración para nuevos campos de petróleo y gas,
- Construcción de nuevas termoeléctricas, utilizando gas natural,
- Construcción de parques eólicos y solares, para impulsar la transición energética sostenible,
- Construcción de sistemas de transmisión de electricidad por toda la isla, de punta a punta,
- Construcción de estaciones de distribución de electricidad, que permita adicionalmente la generación distribuida, la electromovilidad, la nueva construcción e ingeniería sostenible verde y domótica,
- Y políticas de inversiones para eficiencia energética e inversiones en hidrógeno verde y minerales críticos, como nuevos modelos de negocios de la industria.
El mundo de la industria energética para Cuba es gigante y se logrará cuando esa bella isla tenga un sistema democrático y liberal de dirección de la sociedad. ¡Dios ayudará a Latinoamérica y a Cuba a salir adelante!
El autor hace comentarios en sus redes oficiales: X @BorisSGomezU e Instagram @borissantosgomezuzqueda