Venezuela vive una situación inédita, al igual que el resto del mundo. Hasta el momento el aumento de los casos de manera exponencial de covid-19 es alarmante.
En Venezuela se han duplicado los casos desde que el “gobierno” de manera oficial anunció la llegada del virus a Venezuela con 2 casos. A partir del 13 de marzo se potenció en los venezolanos la dosis de ansiedad, temor e incertidumbre ante el panorama que se vislumbra en nuestro país por la presencia de esta enfermedad.
Se había pronosticado desde un principio, al ser decretada la alerta sanitaria internacional el pasado 7 de febrero, dadas las características relacionadas con la velocidad de propagación y alta transmisibilidad de este nuevo coronavirus, que América Latina y por supuesto Venezuela no iba a estar exenta de esta enfermedad.
La salud mental del venezolano ya estaba presentando signos de alarma por la disminución de la calidad de vida en todos los aspectos que se relacionan con el día a día del individuo o mejor dicho con la sobrevivencia diaria en este país. Desde hace una semana la pregunta que todos nos hacemos es: ¿vamos a poder afrontar y superar esta contingencia sanitaria en una Venezuela sumida en medio de la mayor crisis social, política y económica de toda su historia?
Un sistema de salud precario, inseguridad alimentaria, hiperinflación y servicios públicos deficientes -haciendo énfasis en la crisis de agua- están agudizando la inestabilidad emocional de cada venezolano, o mejor dicho de la mayoría, en el comienzo del brote de covid-19 en el país. Solo los privilegiados, los que sabemos quiénes son, tendrán toda la protección y seguridad para permanecer tranquilos y seguros durante este acontecimiento.
La cuarentena que se está viviendo y que apenas está comenzando, la cual es necesaria indudablemente, pone a prueba el aguante que hemos tenido los venezolanos ante todos los males que nos han azotado y que no han recibido respuesta ni solución por parte de este “gobierno” caracterizado por la indolencia y desidia. No obstante, debemos decir que las medidas de aislamiento social que se han implementado son las adecuadas, pero debe ser responsable en proporcionar la seguridad necesaria a los ciudadanos, sobre todo en salud y alimentación, a fin de soportar esta medida que se extendió a todo el territorio nacional. Esa responsabilidad que debe asumir está por verse. Como decimos coloquialmente: “como va viniendo vamos viendo”, manera muy criolla de referirse a las acciones que a toda luz pudieran ser improvisadas
Es indudable que esta cuarentena, que también se ha implementado a nivel mundial, sumada a todos los riesgos desde el punto de vista sanitario, ha causado un gran impacto psicológico en la población venezolana. Los pensamientos de angustia, ansiedad, miedo e incluso sensación de pánico, más la gran incertidumbre porque no sabemos con certeza cuánto durará este confinamiento, acompaña permanentemente al venezolano y más si conocemos la poca capacidad de respuesta que pudiera haber por parte de las autoridades pertinentes debido a la situación país que todos conocemos y el trauma al cual hemos estado sometidos en los últimos años.
En estos momentos tenemos que sacar todas las fortalezas que caracterizan al ser humano, sobre todo resistencia y resiliencia, lo cual significa superar la adversidad.
Ante esta situación adversa, los expertos en psicología indican que se debe tratar de cumplir una rutina diaria dentro de nuestros hogares, a pesar de la restricción impuesta. Hay que mantener la unión y comunicación en el núcleo familiar, darle la máxima protección a los más vulnerables como son los niños y personas de la tercera edad. Asimismo, hay que incrementar la recreación o distracción dentro de nuestras casas.Todas estas recomendaciones ayudan a equilibrar las emociones.
Tener en cuenta, en caso de que se exacerbe la ansiedad o que se llegue al límite de tener crisis de pánico o sentir una gran depresión, comunicarse con aquellas organizaciones o fundaciones reconocidas que están ofreciendo atención y ayuda a distancia, por ejemplo Psicólogos sin Fronteras o la Federación de Psicólogos de Venezuela.
Hay que saber buscar la información oportuna y veraz proveniente de expertos en relación con esta enfermedad, no hacer caso de aquellas que son alarmantes y no confirmadas que llenan de pensamientos angustiosos. En fin, mantener la calma y la serenidad.
Esperamos que esta situación adversa que vivimos sea transitoria. Esto nos debe servir de aprendizaje para salir más fortalecidos, a fin de lograr el cambio que todos queremos y lograr una Venezuela de paz, de convivencia y de seguridad, en la que se respeten la libertad y los derechos humanos más fundamentales de todos los venezolanos.
@mariayanesh