En el rancio socialismo del siglo XXI la valentía y el patriotismo se tasan a 4,79 dólares. Ese es el monto del bono que el sistema Patria pagará este mes de marzo. A falta de salarios, en un país sin producción y sin empleos, se reparten bonos.
Aunque el bono de marzo se volvió agua en febrero, la inflación se estiró 20% más, el régimen al mando ha tenido el detalle de comunicar a los beneficiarios su entrega con un mensaje ilusionante. “¡Indetenibles! Venezuela llena de valentía, patriotismo y con la creatividad que la caracteriza ha conquistado el nuevo mundo”. Lo de “indetenibles” debe hacer referencia, subliminal, al estancamiento de la investigación por crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional.
El paraíso prometido es una economía donde todos los habitantes del país, si se pudiera, estarían bonificados. Sujetos de por vida a la dádiva oficial. Ya hay bonos para casi todo: Hogares de la Patria, para familias con dos o más integrantes, que recibirán un monto entre 2,98 dólares y 7,47 dólares; bonos Economía Familiar y 100% Escolaridad también de 2,98 dólares; Parto Humanizado y Lactancia Materna es de 5,97 dólares; y uno más, el bono José Gregorio Hernández, aporta 4,48 dólares benditos.
El discurso oficial, inalterable durante un cuarto de siglo, insiste machaconamente que Venezuela es una potencia. Y cada tanto hay nuevos anuncios para reforzar la terca idea de que ahora sí se producirá el milagro de la independencia y la consolidación de la soberanía. Siempre habrá factores malignos que lo impedirán, nunca el reconocimiento del fracaso de un modelo político y económico alérgico a la libertad para pensar, idear, inventar, arriesgar.
Una nota editorial del portal Analítica, de la semana pasada, se preguntaba ¿por qué no hay voluntad política para abordar la crisis? Una crisis jamás padecida por el país a lo largo del siglo XX, a pesar del trecho largo de gobiernos dictatoriales. 80% de pérdida del PIB, 30% de la población forzada a salir del país, servicios públicos inservibles y el más bajo salario mínimo de toda América Latina.
La respuesta que se da Analítica es un cambio radical, de raíz, a fondo, que se supone debe ser primera y urgentemente de concepto: un sistema económico de respeto escrupuloso de la propiedad, capaz de incentivar y apoyar la preparación de los recursos humanos, de estimular la inversión, de erradicar los controles innecesarios y abusivos y fomentar, de verdad, la creatividad a la que hace alusión el mensaje, sarcasmo aparte, que acompaña la bonificación por valentía y patriotismo.
La valentía y patriotismo de los venezolanos es impagable. Soportar durante 25 años un sistema que cada día se hunde más en la ineficiencia y la indolencia, solo puede tener el premio de la libertad y la democracia. No como un bono mensual o episódico, sino como una realidad permanente sostenida sobre el trabajo, reglas claras, la solidaridad, y la esperanza de un futuro mejor.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional