OPINIÓN

Cuando los niños hablan de tener novios y novias…

por Dra. Nancy Álvarez Dra. Nancy Álvarez

Los padres tendemos a “frisarnos” cuando un hijo pequeño nos habla de tener novio o novia. ¿Qué hacer? Existen varias posturas. Están quienes lo fomentan y lo toman a juego, pero no se trata de un juego. Lo triste del caso es que la actitud paterna varía si es hombrecito o mujercita quien pregunta. De nuevo, el machismo nos moldea. Cualquier relación —no importa el sexo— envuelve responsabilidad. Y en esa edad comienza este aprendizaje. Es parte de una educación sexual sana y funcional.

La actitud extrema de algunos padres —“no se puede hablar de eso porque es malo”— es también muy dañina. Si algo podemos hacer por la educación sexual de nuestros hijos es hablar libremente de todos esos temas con ellos. Si no lo hacemos ahora, ¿cree usted que no le preguntarán después? Los adultos no debemos transmitir a los niños miedos y tabúes en relación con lo sexual.

Y quizás lo más negativo es fomentar que el varón puede tener “muchas novias”, mientras prohibimos a la hembra mencionar el tema. Esta forma de crianza es la responsable de muchos divorcios y problemas en los adultos, tales como infidelidad, machismo, alto porcentaje de sida, etcétera.

Si los niños nos hablan de novios, debemos decirles que a esa edad lo que deben tener son amigos. Y también que, cuando sean grandes, tendrán un solo novio o novia, que será algo muy hermoso, pero con una gran responsabilidad porque no se debe jugar con los sentimientos ajenos.

También deben saber que sentirán por esa persona una gran atracción sexual, algo muy normal. Y que deben responsabilizarse de su actividad sexual. El hombre y la mujer son responsables de un embarazo no deseado. Son estos los precisos momentos donde debemos hablar de la importancia de crear un vínculo de afecto, cuya base sea el respeto. Y destacar que ambos sexos son iguales.

Todo esto se dirá de acuerdo con la edad del niño o preadolescente. Y quizás lo más importante de todo: enseñar con el ejemplo. Nuestra actitud hacia el sexo y hacia las relaciones serán copiadas por nuestros hijos. ¿Está usted dando buen ejemplo a sus hijos? ¿Necesita usted educación sexual para poder darla? Casi siempre queremos enseñar lo que no practicamos. Tristemente, en este caso, no funciona.

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