La manipulación de la verdad por el comunismo es un fenómeno bien documentado en la ciencia política (https://www.researchgate.net/publication/321958734_LA_MANIPULACION_POLITICA_DE_LA_INTERNACIONAL_COMUNISTA), desde la I Internacional, Lenin se encargó de que la propaganda comunista estableciera una “verdad” histórica apropiada a los objetivos de la revolución. Willi Münzenberg fue el encargado de crear toda una organización de encantamiento de la intelligentsia occidental para la difusión de las mentiras leninistas: “Sin duda, todo el aparato cultural e intelectual del estalinismo “idealista” fuera de Rusia y gran parte de su apparat secreto operaban en el seno de un sistema que Münzenberg había puesto en funcionamiento” (KOCH, S. El fin de la inocencia. Barcelona, Tusquets, 1997. p. 27). Las FARC como aparato subversivo del Partido Comunista también tuvo sus campañas de desinformación, las cuales probablemente originaron la condescendencia del establishment colombiano con su accionar terrorista. Una vez lograda la meta de continuar sus crímenes de lesa humanidad, pero bajo la legalidad y con el financiamiento y apoyo estatal, una de sus tareas fundamentales fue la imposición de su “verdad” como la verdad histórica aceptada y divulgada por el aparato ideológico del Estado y la sociedad colombiana. Por ello ese acuerdo de entrega del país a las FARC instituyó una “Comisión de la Verdad” con la finalidad de copiar acá el sistema de manipulación propio del comunismo, el Münzenberg colombiano es el cura comunista Francisco de Roux, como lo señalábamos el año pasado:
“Esa Comisión de la Verdad (CDLV) tiene como objeto la inoculación societal de una verdad única, marxista por supuesto, que exima en mayor medida a los criminales de lesa humanidad y narcoterroristas de las FARC y culpe al Estado como institución de los horrores de la guerra, que no fue más que una subversión armada de un grupúsculo narcotraficante, quien con terrorismo y crímenes de lesa humanidad pretendía derrocar al sistema democrático colombiano” (https://bitlysdowssl-aws.com/opinion/la-comision-de-la-mentira/).
Por ello es vital el hacer la tarea de analizar cuidadosamente el informe de esa quinta columna comunista dentro de la sociedad colombiana que es el informe del cura comunista de Roux, y establecer una verdad histórica, que no esté manipulada por la desinformación comunista, para ello es menester darle la palabra a las víctimas de esos genocidas de las Farc apoyados por la CDLV de Roux. Eso lo ha hecho el centro democrático, el cual ha publicado un Informe sobre los crímenes de lesa humanidad de las FARC, contado por las víctimas y analistas reputados tanto de la academia como de la sociedad civil y la política colombiana. Lamentablemente ese informe no ha tenido la difusión y por lo tanto el análisis que su importancia amerita. Intentaré condensar con alguna observación personal tal informe (https://www.centrodemocratico.com/la_verdad).
Prologa el informe el presidente Uribe, el cual inicia con una verdad inobjetable: “No tiene pretensiones de verdad absoluta, que no existe. Los dogmas de fe son absolutos, la verdad es relativa que aumenta sus grados de aproximación a través del debate. A este queremos contribuir”, contrario a la intención hegemónica de las FARC de querer imponer una “verdad” fabricada por de Roux, Uribe plantea que su escrito es solo una contribución a construir la verdad de la historia de los crímenes de las FARC.
Recuerda Uribe que la Comisión de la Verdad nació del antidemocrático procedimiento de enmendar un plebiscito con una proposición del Congreso. También el hecho elemental de que “es notoria la inclinación ideológica de los miembros de la Comisión de la Verdad con excepción del exmilitar mayor Carlos Ospina, persona ecuánime cuyas apreciaciones fueron desconocidas”.
El objetivo fundamental de la Comisión de la Verdad es imponer la falsedad de la culpabilidad del Estado para justificar el genocidio de las FARC, en ello es claro Uribe: “La Comisión de la Verdad ha producido como titular de su obra la frase El Estado es el responsable. Eso es nada más y nada menos que la justificación de la violencia, el terrorismo, el asesinato, el secuestro, las violaciones, el reclutamiento de menores, las destrucciones, el atraso y la pobreza de todos los años por actuación de grupos violentos”. Hace Uribe una detallada defensa de su actuación y desvirtúa las canallas mentiras de de Roux y sus camaradas de la Comisión de la Verdad, remito al documento para su objetivo examen.
El historiador Darío Acevedo Carmona hace un prolijo análisis del discurso ideológico del informe de la CDLV de Roux. Comienza por señalar que “no es propiamente la experticia académica la que distingue a quienes fueron seleccionados en su integración sino el factor de activismo en la defensa de los derechos humanos, liderazgo de organizaciones de víctimas y afinidades ideológico-políticas”. Acevedo destaca las siguientes falencias del documento: 1) El texto no posee una unidad temática y metodológica como para caracterizarlo desde una única valoración. 2) El texto deriva en una historia sin cambios, signada por y en la violencia, que podríamos asimilar a una visión fatalista de nuestro discurrir histórico. 3) Se habla de un régimen excluyente en materia social y política, de precaria democracia, sin entrar en constataciones, datos, debates al respecto, cambios, etc. 4) “Cuando se refiere a los factores estructurales o causas objetivas, desliza una retórica tipo opinión libresca sin demostrar de qué manera, por ejemplo, el racismo, el patriarcado (que no lo caracterizan, no dicen si es de ley o cultural), la pobreza generalizada, la exclusión, el no reconocimiento del otro, como si la verdad compleja consistiera en listar una serie de fenómenos y problemas, y sobre los cuales no se realiza el ejercicio imprescindible de sustentar lo que se afirma. 5) El documento pierde su norte al referirse a asuntos que, si bien son problemáticos, no tienen una relación directa con el surgimiento y desarrollo del conflicto armado interno – CAI. La corrupción, la impunidad, el desempleo y la informalidad son un flagelo, de eso no hay duda, pero, citarlos cuando se espera de parte de la CEV análisis sobre todo lo que tenga una relación directa con el CAI, termina por distraer el objetivo para el cual fue creada. 6) ”Omisiones increíbles: no hay una sola referencia al papel y la influencia de las teorías marxistas y comunistas en el CAI, siendo como han sido,determinantes en el surgimiento de grupos guerrilleros, como tambiénde agrupaciones legales que justifican el accionar de aquellos”. En consecuencia, es obvio que calla el rol del PCC en la conformación de las FARC. 7) El tono moralista y moralizante del documento va en detrimento del esperado acento analítico. 8) En el documento no hay referencias bibliográficas a investigadores y textos que han explorado temas del CAI o que sostienen puntos de vista o hipótesis que ameritaban ser considerados en el informe. 9) “Está construyendo un relato de la confrontación que presenta lo vivido no como un conflicto armado sino como la represión sistemática de un régimen político contra la población a la que además le niega la satisfacción de sus reivindicaciones. Modelo copiado de las comisiones de la Verdad de países del Cono Sur americano”. 10) El texto es recurrente en acusar al Estado colombiano de todo los males e injusticias pasadas y actuales. 11) “En conclusión, el texto en comento no es un aporte a la verdad histórica, a la verdad compleja, a aquella que es el fruto de indagación de diversas fuentes de información, que no parte de cero, que reconoce otros textos e investigadores, que plantea hipótesis para explicar un problema, que contrasta, que demuestra, que analiza datos. En cambio, es un texto en el que se abusa de un lenguaje moralista, acusatorio contra el Estado, que iguala para borrar las diferencias, que no es concreto, que generaliza, que omite hechos esenciales”.
Sesudo análisis sistemático del texto el que realiza Darío Acevedo Carmona, refutando con claridad argumental las sandeces ideológicas de la CDLV de Roux. Es esa la desinformación típica de la manipulación que el comunismo hace desde Lenin y por ello es muy significativo el esfuerzo del Centro Democrático en la divulgación de este documento que seguiremos analizando en siguientes artículos.