Hace unas horas leía en las redes el post de una usuaria que tachaba como una burla la actuación de Juan Guaidó, a quien se refería diciendo: “Fue presidente interino, con el apoyo de Estados Unidos y 62 países en 4 largos años y no hizo una M y ahora quiere ser candidato. El chiste se cuenta solo”. Realmente concuerdo perfectamente con esa opinión.
Estas reacciones surgen luego de que medios como El Nacional reseñaron que Guaidó oficializará su candidatura presidencial a las primarias de la oposición durante la primera semana de marzo de este año.
Aunque el exinterino no estuvo a la altura de la responsabilidad histórica que llegó a tener entre las manos, ahora pretende seguir haciéndole perder el tiempo a la poca gente que todavía pudiese creer en él. La idea de Guaidó es participar en la medición interna que buscará elegir a quien finalmente enfrente con votos al dictador Maduro. Medirse en unas elecciones contra un tirano que controla al aparato electoral es un total absurdo.
Somos millones los que ansiamos un cambio y la oportunidad de reconstruir a nuestra patria, pero personajes como el señor Juan Guaidó lejos de luchar por la causa de la libertad les han dado oxígeno al régimen, la nación ya sabe que poco puede esperar de los que no tuvieron ni tienen ni la voluntad ni la vocación de ayuda hacia sus propios congéneres.
Siguen apareciendo más posibles candidatos, cada uno con peor historia que el otro, la lista es larga y el compromiso de esos actores políticos con los venezolanos es escaso por no decir nulo. La única excepción en este momento es María Corina Machado, quien al día de hoy ha demostrado ser la dirigente más seria y capaz en el panorama, sin embargo quiere participar en esas elecciones quizá por una visión idealista y poco realista de las circunstancias.
La gran mayoría de quienes se quieren medir electoralmente con el dictador no lo hacen por ingenuidad, ellos saben que el dictador no va a dejar el poder por las buenas; sin embargo, podrían existir demasiados intereses y beneficios personales que sólo con el tiempo saldrán a la luz pública. Para muchos es Juan Guaidó el más descarado de los políticos que dicen ser de oposición al régimen y se prestarían a participar en una farsa electoral en la que ya se conoce al ganador.
¿Cuál cree usted que es el más caradura de todos?
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