El coronavirus no solo afecta a los seres humanos, también tiene un impacto en la economía mundial, la cual cerró 2019 con un crecimiento moderado de 1,5%. Pero ahora, con la acelerada propagación del coronavirus en más de 114 países, la economía mundial entra en un período muy difícil y se enfrenta a la amenaza de una recesión.
Los pasajeros dejan de viajar y el sector transporte pierde: según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) la industria de aerolíneas podría perder 113.000 millones de dólares en ingresos por la suspensión de miles de vuelos y el impacto de las medidas preventivas tomadas por los Estados para evitar la propagación del coronavirus.
Se desploma el sector turismo: los datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo indican que la industria turística representa 10,4% del crecimiento económico mundial y genera cerca de 319 millones de puestos de trabajo, 10% del empleo a nivel global. Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, las pérdidas globales se elevan a 2 billones de dólares y aumentarán hasta que se detenga la propagación internacional del virus.
Se paraliza la industria: la suspensión de viajes internacionales y de la movilidad interna en los países industrializados afectan los procesos de producción global, al obstaculizar la logística de cadenas productivas internacionales. Las drásticas medidas adoptadas por varios países impactan a miles de empresas en todo el mundo que forman parte de cadenas productivas internacionales, han visto afectados su oportuno aprovisionamiento y no pueden reponer a tiempo los inventarios de materias primas, insumos y productos terminados, cuestión que origina la desaceleración, estancamiento y contracción de la actividad industrial, con la consiguiente escasez y especulación que luego se genera.
Se derrumban las bolsas de valores: el impacto del virus en la aviación se ha reflejado en la volatilidad de los mercados bursátiles en las últimas semanas, con caídas generalizadas en torno al 10%. En apenas dos meses, las bolsas de valores han perdido más de un tercio de lo que ganaron en los 12 meses de 2019. Las autoridades económicas no tienen instrumentos eficaces para encarar esta crisis.
Se hunden los precios del petróleo: las restricciones globales al tráfico de pasajeros causan una contracción en la demanda de combustibles que se reduce al ritmo de las medidas gubernamentales para frenar la propagación de la pandemia. Mientras más países limiten la movilidad pública, cierren fronteras y cancelen vuelos, mayor será el impacto en la demanda de petróleo. Por si fuera poco, la sobreproducción de los grandes exportadores está causando una caída en los precios. La cesta OPEP perdió más de 14 dólares en una semana al pasar de 51,64 dólares por barril a 37,51 dólares por barril.
Gana el sector de entretenimiento en línea: si bien la expansión internacional del coronavirus ha significado un duro golpe para el sector del transporte aéreo, industria turística, eventos deportivos y espectáculos públicos que han tenido que ser suspendidos, el aislamiento en casa para no contraer la enfermedad ha impulsado el crecimiento de los sectores de entretenimiento. Empresas como Netflix han visto aumentar los suscriptores y la facturación, obteniendo jugosas ganancias que han aumentado el valor de sus acciones en los mercados bursátiles.
Industria farmacéutica es la gran ganadora: este sector ha crecido empujado por la demanda de suplementos y tratamientos para la prevención, diagnóstico y control del coronavirus. Al aumentar el volumen de ventas, las proyecciones de ganancias seguramente superarán los 30.000 millones de dólares del año anterior.
El impacto económico sobre Venezuela: según el Ministerio de Petróleo de Venezuela, la cotización del crudo venezolano cayó más de 13 dólares por barril, una baja de 32,41% en lo que va de marzo, al caer a 27,19 dólares luego de haber cotizado en 40,24. Recordemos que en 2019 el precio promedio fue de 56,83 dólares por barril. En 2019, Venezuela exportó aproximadamente 600.000 barriles diarios de petróleo a un precio promedio de 56 dólares por barril, para un ingreso de aproximadamente de 10.950 millones de dólares. Para igual volumen de exportaciones pero con un precio reducido en un tercio, Venezuela recibiría menos de 8.000 millones de dólares en 2020. Con un nivel de reservas internacionales de apenas 6.900 millones de dólares, de los cuales más de 60% es oro, faltarán divisas para asegurar el mínimo nivel de importaciones que requiere la economía. La situación puede ser peor si Pdvsa se ve obligada a rebajar aún más los precios debido a las sanciones impuestas a su comercializadora Rosneft Trading.
Venezuela no está preparada para enfrentar una masiva y acelerada propagación del coronavirus. La precariedad de la infraestructura hospitalaria y la debilidad de un aparato productivo diezmado después de seis años de recesión, colocan a toda la nación en un estado de extrema vulnerabilidad. No le abramos las puertas de nuestros hogares a la enfermedad. Nuestra primera prioridad ahora debe ser la de reforzar las medidas de prevención personal para evitar tener que depender de la asistencia del gobierno o de la solidaridad internacional.
@victoralvarezr