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Crucifixión

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“El castigo más cruel y aberrante que puede existir es la crucifixión”

Cicerón.

La crucifixión, fue un tormento indecible, ideado desde la época de los asirios cuando estos desarrollaron su imperio desde las costas del Golfo Pérsico, hasta lo que actualmente es Turquía y Egipto, este inmenso imperio se consolidó bajo la argamasa de la crueldad y la advertencia del enemigo sempiterno, el primer emperador de Asiria Senaquerib, fue el exponente máximo del concepto de guerra total, el testimonio asirio, su traza a través de la historia se fundamenta en la expansión vía la conquista bélica y en la aplicación de castigos que dejaren una huella indeleble en sus víctimas, así los enemigos debían de estar sometidos a la terna, “dominación, derrota y subyugación” (Miller, 2003).

“El castigo de la crucifixión, se inició en Asiria, luego pasó a los persas en el siglo VI AC” (Cillier, L; Rertief, FP, 2004), “el propósito de este castigo era promover un método cruel y violento para los criminales, que además contuviese la idea de revelarse ante ese poder omnímodo, “de allí la necesidad semiológica del enemigo a exterminar, de la guerra total” (Miller, 2003). Los persas usaban árboles, maderos, para colgar a las víctimas y allí dejarlos perecer de cansancio, desangrados, desnudos y auto infringiéndose dolor al respirar.

La diseminación de este castigo oriental, es obra de Alejandro  Magno, quién al conquistar Persia, copia este modelo de castigo, de hecho al sitiar la ciudad de Tiro, actual Líbano, las tropas del macedonio crucificaron a más de dos mil hombres y asesinaron a sus familiares, mientras las víctimas agonizaban asidos a cualquier superficie, de este modo la técnica pasó a Egipto y de allí a Cartago al norte de África,  durante el fragor de las guerras púnicas fue asumida, bajo una suerte de sincretismo cruel por Roma, quien la perfeccionó durante quinientos años, los romanos crearon la cruz en equis (X), cruz decusata, cruz de Tau (Inmissa, Conmissa, Homilis), para Cicerón:

«La sola palabra ‘cruz’ debería estar muy alejada no solo del cuerpo de un ciudadano romano, sino también de sus pensamientos, de sus ojos, de sus oídos». (Cicerón, 2021).

La simple idea de la cruz era abominable para un romano, justo en este instrumento  de castigo, padeció Jesús de Nazareth, bajo quien jamás pesó mácula alguna de violencia, más sin embargo este tormento fue aplicado, al unigénito hijo  de Dios, sobre quién pesaron todos los pecados e iniquidades de la humanidad, flagelado hasta despellejarle en vida, fue atado al madero y tuvo que cargarlo, hasta el patíbulo, el gobernador de Judea Poncio Pilatos, fue advertido por su esposa Claudia Prócula, de la inmensa injusticia que se cometía, la cruz de ser un instrumento para el padecimiento se convirtió en símbolo de redención y de culto para cristianos y católicos, empero las crueldades de este martirio, fueron borradas de nuestra memoria, los clavos de 18 centímetros de largo y once centímetros de dolor, fueron clavados en las muñecas del nazareno, los pies uno sobre el otro traspasados por un clavo de 20 centímetros de largo y el mismo grosor, que atravesaban los huesos del metatarso, así para que Jesús pronunciare las siete palabras, debía hacer pivote usando los pies atravesados de fulcro e imprimirle movilidad a los brazos y hombros, rozando una espalda en la dermis, contra el madero, lo propio debió hacer para respirar, desde el madero logró indicar:

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

“De cierto te digo hoy estarás conmigo en el paraíso”

“Mujer he allí a tu hijo”

“Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?»

“Tengo sed”

“Consumado está”

“Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.

(Mateo, 1975).

En estas siete palabras, se advierte el origen divino del Cristo, bajo un shock hipovolémico, fue capaz de hablar, incluso se gritar para encomendarse al Padre, esto espantó a los fariseos y a los maestros del Templo, empero es menester recordar, que la imagen de Cristo en la cruz se ha edulcorado, era un hombre hecho hilachas de carne, desnudo, sometido al escarnio, desangrado y expuesto a un gran estrés, esas seis horas bastaron para acabarlo, no tuvieron necesidad de fracturar las rotulas, para que el peso corporal le matara, sin embargo fue traspasado por la lanza de Longinos, un centurión quién luego se convirtió al cristianismo, desde la cruz nos perdonó, nos entregó a su madre, nos indicó que tenía sed y esta necesidad, fue satisfecha bajo la peor humillación, se le aproximó una esponja embebida en vinagre, instrumento usado en las letrinas romanas, para el aseo luego  de defecar, esto demuestra el horror de la cruz, la impiedad de sus verdugos, también la cruz fue empleada por los germanos, el caudillo Arminio, ordenó que se crucificasen a tres legiones romanas, en los fríos bosques de Teotoburgo, territorio alemán, durante el reinado de Augusto, de hecho en la novela de Robert Graves, se nos presenta a un Emperador romano, gritando: “Quinto Varo,[1] regrésame mis águilas” (Graves, 2014), de hecho tuvo que acudir a su hijastro Tiberio y a su nieto Germánico hijo de Antonia y de Druso, para imponer el orden desde el Rin hasta la Galia, la crueldad siempre regresaba con crueldad, la reina Boudica de la antigua Britania, hoy Inglaterra, también usó este método contra los romanos.

En el reinado del engendro de Agripina la menor, el ilegítimo Lucio Domicio, adoptado por Claudio, las crucifixiones se hicieron comunes incluso en la Roma metropolitana.

“Veo cruces allí, no solo de un tipo, sino hechas de diferentes maneras, algunas tienen a sus víctimas de cabeza al suelo, otras empalan en sus partes íntimas y otras extienden los brazos” (Séneca, 2007).

Así pues la humanidad, supero este horror de los tiempos de bárbaros, durante los cuales de las cruces pendían hombres violentos, hoy de los cuellos de los violentos cuelgan cruces, nuestro país está crucificado, sometido al horror de la violencia por retar al poder, por decir la verdad, por atreverse a pensar, el miedo, la dominación y la subyugación son la misma terna de este madero, sobre el cual son desnudadas, la virtud, la decencia y la libertad, cada vez cuesta más usar nuestros pies atravesados y martillados para hablar, la asfixia es una constante y el Cristo muere, en cada ergástula, en cada juicio manido, en cada Prócula acallada, en cada estertor de ese Cristo moribundo, quién nos perdona, ese mismo Jesús quién bajo su humanidad, exclama: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado” (Mateo, 1975).

Frente a esa desesperación, surge la arenga de San Juan Pablo II, en 1987: “Cristo está vivo, aunque a veces en algunas circunstancias y ante ciertos eventos parezca estar inerte, el amor vence siempre, el amor vence siempre. Dios siempre puede más” (Wojtila, 1987).

Entonces tengamos fe, que no esperanza, veamos hacia Cristo que es verdad, luz y vida, no estamos en adviento, estamos más cerca del triduo pascual, ya que se decretan fechas como la navidad, ellos pueden imponer la alegría por decreto, pero no estamos de ánimo espiritual, para la natividad, nuestro ánimo es próximo al calvario, pero cercano a la pascua de resurrección. La libertad emergerá del sepulcro en el cual se pretende dejar, de esa cavidad oscura resucitará igual que Cristo, la democracia, la decencia y la pluralidad, es decir veremos la verdad y la vida, nos reconciliaremos con Cristo y la justicia, se abrirán las prisiones, que no los sepulcros, temblará la tierra bajo el paso firme de quienes fuimos estafados y pretenden que callemos.

Finalmente, bienaventurados los que sufren persecución por mí causa, pues de ellos será el reino de los cielos, bienaventurados todos los venezolanos, fe y valor, voluntad y espera.

“Era una combinación de crueldad absoluta y de espectáculo para infundir el mayor terror posible en la población”

Diego Pérez Gondar.


Referencias:

Cicerón, M. T. (2021). Discursos III. Madrid: Gredos.

Cillier,L; Rertief,FP. (2004). History and pathology of crucification. (U. o. Africa., Ed.) South Africa Medical Journal.

Graves, R. (2014). Yo Claudio. Madrid: Alianza.

Mateo. (1975). Evangelio según Mateo 27-45-47. Bilbao: Grafos.

Miller, E. (2003). Crimen y testamento discurso directo desde el enemigo inscripciones Asaradón y Asurbanipal. (U. o. Africa, Ed.) Journal of Ancient Near Eastern History.

Séneca. (2007). Tratados sobre la ira. Tenerife: Artemisa.

Wojtila, K. (1987). Mensaje a los jóvenes chilenos SS Juan Pablo II. En D. p. Comunicaciones (Ed.). (pág. 2). Roma: Editria Vaticama.

X @carlosnanezr

IG @nanezc.

[1] Comandante de las legiones de Augusto en Germania, hoy Alemania.

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