OPINIÓN

Cristianofobia cultural: el incendio de Nôtre-Dame de París y los Juegos Olímpicos 2024 (1ª parte)

por Jordi Picazo Jordi Picazo

La reciente inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 se ha visto ensuciada por una polémica ceremonia que incluyó representaciones drag de figuras religiosas en el contexto de la Última Cena en la escena de Leonardo da Vinci. Este despropósito con un propósito cuidadosamente planificado, ha generado una consternación similar a la suscitada por el incendio (¿provocado?) que demolió la catedral católica de Nôtre-Dame el lunes de la Semana Santa Cristiana el 15 de abril de 2019.

Ambos escenarios reflejan un conflicto cultural en Francia, donde sectores de la sociedad perciben un ataque a los valores cristianos tradicionales. Este ensayo, que vengo actualizando desde 2019, critica la influencia masónica y laicista en la restauración del templo y su relación con la estudiada provocación a los cristianos durante la ceremonia de inauguración de los Juegos. Ofrece también los nombres de todos los políticos y agentes culturales internacionales intervinientes en la restauración de la catedral mariana parisina. Esta provocación desvaloriza los símbolos religiosos y representa una blasfemia contra lo más sagrado de las creencias religiosas de los espectadores, reforzando la percepción ya extendida de una agenda secular que busca redefinir la identidad cultural de Francia.

La catedral que estorba a la masonería francesa, cinco años después del incendio

Han pasado cinco años desde el incendio de Notre-Dame el 15 de abril de 2019. Desde el primer momento salieron a la luz informaciones importantes que hacían difícil descartar una confabulación anticatólica. Macron, el presidente de la República de Francia —propietaria de Nôtre-Dame— prometió a los franceses restaurar la catedral en el plazo de cuatro años, que después extendió a cinco.

¿Por qué cinco años, a finales precisamente del 2024? La explicación plausible es por no querer alargar el proceso de restauración excesivamente. Se entenderá mejor ese plazo de tiempo, sin embargo, cuando recordemos que los Juegos Olímpicos de París están teniendo lugar en este mes de julio de 2024, cinco años después de la tragedia, 100 años después de los anteriores y primeros Juegos Olímpicos celebrados en París.

Desde el primer momento, todo el mundo fue invitado —mientras las llamas de Nôtre-Dame todavía ardían— a creer que el incendio fue un accidente. Sin embargo, a fecha de 27 de abril de 2019 —12 días después del incendio— el periodista Thierry Meyssan explicaba en su artículo que La insistencia del fiscal y del prefecto de París, Didier Lallement, en pronunciarse sobre ese tema en el lugar mismo del incendio demuestra la existencia de una cuidadosa elaboración de una versión oficial que no exija la realización de largas investigaciones, las cuales obligarían a preservar el lugar de los hechos. Comenta Meyssan que en el Consejo de Ministros del Élysée del 17 de abril de 2019 se tomó la decisión de acallar todo debate sobre las causas del incendio de Nôtre-Dame para evitar que se inicie una investigación judicial que vendría a perturbar el montaje ya descrito.

150 años para construir Notre-Dame y Macron quiere levantarla en 5: ¿una misión imposible? (CFR. Evangelio Juan 2,13-25)

Pero Macron no hablaba tanto del monumento como de una cábala masónica. ¿Por qué querrían quemar la catedral de Nôtre-Dame? ¿Para eliminar lo demasiado católico de un edificio anacrónico cuya imagen regia contradice la laicité de la République?

Primero se quiso transmitir una sensación de prisa en restaurar las ruinas del egregio templo, y se quiso hacer pasar las investigaciones como innecesarias puesto que con toda seguridad dilatarían el ritmo de la reconstrucción. Para una rápida reconstrucción, sin esperar las dilatorias investigaciones de las empresas aseguradoras en el caso (a descartar) que tuvieran que hacerse cargo del costo de los aproximadamente  ochocientos millones de dólares USA de las obras, se necesitaba contar con capital privado de las grandes familias de Francia y de empresas, también icónicas. Es por ello, como mostraré más adelante, que esa misma semana se habían prometido ya alrededor de setecientos millones de dólares por parte de los donantes.

No parece coherente que si el objetivo era eliminar de la visión del mundo, durante la próxima celebración de los JJ. OO. en julio 2024, la imagen de la catedral católica en el centro de la Isla de la Ciudad en el Sena, quisieran ofrecer la imagen de esa catedral renovada, y más moderna. O tal vez sí que era coherente, por lo de más moderna hasta el punto de psicodélica y superadora de modelos arcaicos, como mostraré más adelante: los proyectos, psicodélicos algunos, se llamaron a concurso esa misma semana y se presentaron a las pocas semanas de la tragedia.

Entre una y otra cosa, lo más fácil era que Nôtre Dame haya quedado ocultada entre andamiajes y grúas. Los Juegos Olímpicos de París-2024 coinciden con el centenario de los Juegos Olímpicos de París de 1924. Hemos asistido al espectáculo blasfemo presentado al mundo durante la ceremonia inaugural. Toda una declaración de intenciones, dirían algunos, ya desde el primer día y en la “Zona Cero” de la quema de la catedral de Nôtre-Dame, Nuestra Señora de París.

Si Nôtre-Dame hubiera permanecido en pie, como estaba, prístina y propiedad de la República Francesa, con su esqueleto de vigas de roble de ochocientos años de antigüedad, el mundo hubiera creído que el Estado Francés es católico. En el espectáculo inaugural por el Sena, la apostasía de la Hija Primigenia de Francia ha estado servida con un ataque al misterio cristiano de la Institución de la Eucaristía.

Nadie pide perdón. Francia se ha retratado. La miseria spiritual y cultural de la República le lleva a arroparse en sus propios despojos. Precisamente en los días y semanas anteriores a la inauguración de los Juegos, han aumentado os disturbios callejeros, asaltos, incendios de equipamiento urbano y coches, agresiones sexuales. Han echado lo Sagrado, Francia es ahora visitada por el mal en estado puro.

@JordiPicazo