Si en nuestra mente rondan de manera recurrente pensamientos que causan incertidumbre, que generan intranquilidad, que no nos dejan avanzar, entonces estamos experimentando una crisis existencial. Por lo tanto, se convierte en un excelente momento para reflexionar y buscar respuestas sobre cómo podemos superarla y aprovecharla en nuestro beneficio.
Una crisis existencial nos invade cuando no tenemos la capacidad de asumir ciertas circunstancias, lo que hace que experimentemos cambios y cuestionemos desde nuestra identidad hasta el momento que estemos viviendo. Tenemos a diario una sensación de inseguridad y de descontento que no podemos explicar.
No encontramos sentido a nuestra vida, no estamos satisfechos con lo que somos, nos sentimos tensos, angustiados, por no saber con certeza cuál es el significado de nuestra existencia y comenzamos a dudar sobre nuestros propósitos. Esta situación nos genera ansiedad, pues no sabemos la manera cómo podemos superarlo ni cuál es la razón para que nos sintamos así.
Esta crisis consiste en un cuestionamiento en nuestro interior, que nos exige realizar un análisis y un nuevo planteamiento de tipo vital, ¿cuál es nuestro fin en la vida? Cuando nos hacemos estas interrogantes es debido a la falta de objetivos claros que nos den el empuje, el enfoque y la motivación que requerimos para evitar sentirnos así. Tener metas establecidas le brinda a nuestra existencia una razón de ser.
Por este motivo, se requiere hacer una reflexión introspectiva que nos lleve a analizar los distintos aspectos que hemos asumido como ciertos y que no nos habíamos cuestionado antes. Nos sentimos de alguna manera inquietos por esas ideas que nos asaltan, las cuales deseamos responder, convirtiéndose en una sensación de urgencia. Son interrogantes que van orientadas a entender nuestras necesidades y a intentar satisfacerlas, buscando un significado a nuestra vida.
Para superar nuestras inquietudes es necesario encontrar fuerzas y establecernos metas, con el fin de tener un motivo que nos dé energía y ganas de alcanzarlas. Además, es importante buscar algo que nos apasione y sirva de inspiración. También es excelente idea recordar que no siempre debemos tener un sentido claro de la vida, pero saber quiénes somos y que lo sepan quienes nos rodean en esos momentos de crisis nos ayuda a motivarnos y a creer en nuestro valor.
Hay que seguir adelante buscando las respuestas que necesitamos, recordando que vivir significa encontrar el camino acertado.