La vocería empresarial eleva sus llamados de alerta ante los constantes aumentos de impuestos tanto nacionales como municipales, lo que unido al incremento de las tarifas de los servicios públicos -electricidad, agua y aseo urbano- ha generado un costo adicional que se refleja en el precio final de los productos que consumimos.
Algunos analistas estiman que en los últimos 2 años estos montos han crecido entre 7 y 10 veces, lo que tiene incidencia en el alza de los artículos de consumo.
Asimismo, en la medida que estos impuestos y servicios públicos han aumentado, es notable y muy preocupante el incremento de la informalidad. Se estima que el comercio informal ya alcanza la mitad de toda la actividad mercantil nacional. Salta a la vista al observar a lo largo y ancho del país, en cada centro urbano, las ventas de carreteras y la oleada de vendedores ambulantes que ofrecen sus mercaderías en calles y avenidas. Un incremento desbordado se observa en el área de mantenimiento y reparaciones diversas.
Para lograr un crecimiento adecuado se requiere fortalecer los sectores económicos, que generen empleos bien remunerados y mejoren tanto la producción como el comercio formal, como se observa en los países con mayores niveles de desarrollo en lo económico y social.
Si bien la informalidad se ha convertido en una alternativa a la falta de trabajo, se requieren mecanismos eficientes que permitan su reincorporación a la actividad formal, haciéndola atractiva y que se aprecie como la mejor vía para lograr metas de bienestar y calidad de vida.
Ajustar equilibradamente el valor de los impuestos y garantizar la excelencia en los servicios públicos, en correspondencia con los montos de sus tarifas, es imperiosamente necesario para lograr crecimiento económico con mayor productividad y así sostener precios estables.