OPINIÓN

COP29: que no sea un “saludo a la bandera”

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

La frase “saludo a la bandera” es una histórica frase utilizada en Perú, principalmente, para referirse a hechos que únicamente son considerados de mero trámite protocolar cuando deberían ser atendidos con la máxima prioridad, vale decir, un mero saludo a un acto que luego pasa inadvertido.

Esperemos que la COP29 no sea un mero saludo a la bandera.

Conferencia de las Partes (COP) es el grupo de naciones que firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992), para actuar conjuntamente en reducir o estabilizar concentraciones de GEI (gases de efecto invernadero) a niveles que no sean nocivas para el globo.

Hay temas importantes en materia de medio ambiente y energía que tratar y decidir en Bakú del 11 al 22 de noviembre.

Los temas que estarán -que están en realidad- en mesa son, entre otros: analizar cómo financiar la aplicación del Acuerdo de París, vale decir, analizar cómo abandonar el uso de combustibles de origen fósil. Retóricamente, es muy bonito, prácticamente no es tan fácil y requiere, como bien sabemos, una millonada de dinero y alta tecnología para reducir, no abandonar, el uso de fósiles y tener tecnología adecuadas para generación eléctrica solar y eólica, o de hidrógeno verde, que sean a costos accesibles y que ayuden a reemplazar, gradualmente, el uso de petróleo y carbón. Pero esa noción no será posible en tanto la China comunista siga siendo el principal consumidor de carbón del planeta.

Me imagino que el lobby ultrafundamentalista verde querrá que los países “ricos” (Estados Unidos y Europa) sigan financiando la transición energética, pero no dirán nada con relación a China y el uso de carbón. Espero equivocarme.

Ciertamente, es importante que los principales Estados históricamente responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero la estén en posición financiera de contribuir a proyectos de generación energética renovable para incrementar penetración de renovables versus fósiles; pero no es menos importante exigir a los países de regímenes totalitarios, que además consumen carbón y petróleo, ser responsables con sus ciudadanos y en el globo en general.

No es menos importante subrayar que la COP29 se celebrará en un Estado autoritario productor de petróleo con un alarmante historial de violaciones de derechos humanos (ver informe).

Habría que normar desde la organización y estructura hasta la forma de financiamiento del denominado Fondo de Compensación de Daños y Pérdidas, que se puso oficialmente en marcha en la COP28, pero le falta empezar a ser ejecutivo; vale decir, poner en marcha la forma en que todos los países, proporcionalmente, aporten a ese fondo sobre prevención, minimización y gestión de pérdidas y daños debidos al impacto del cambio climático.

No creo que se “elimine” el petróleo (los combustibles fósiles) de la ecuación económica en los próximos 50 años. Creo que se pueden mejorar formas de extracción y refinación, pero eliminarlo totalmente es poco creíble.

Algunos reportes indican que la Tierra continúa calentándose a un ritmo alarmante (Organización Meteorológica Mundial previó que dentro de los próximos 5 años existe alrededor de 80% de posibilidades de que la temperatura media de la Tierra sea temporalmente al menos 1,5 grados centígrados más alta de lo normal en el período preindustrial), culpando a la industria y comercio de tales incrementos porque utilizan, entre otros, combustibles fósiles. Aunque estos datos están siempre en entre dicho, es importante no ser radicales en pensar en “eliminar el petróleo” porque objetivamente no será posible, al menos no en esta generación y con esta tecnología. En algún momento se dejará de utilizar masivamente, es posible, pero de momento faltan un par de décadas para ello. Entre tanto, sigamos avanzando en la transición energética pero sin dañar economías de países liberales como Estados Unidos.

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