Hoy nuestro país sigue atravesando por la crisis política, económica y social más compleja de su historia contemporánea, con la hiperinflación más alta del mundo, con una crisis institucional que cada vez se acentúa más, con fallas generalizadas en los servicios públicos, salarios insuficientes y el permanente éxodo de profesionales y mano de obra calificada que abandonan el territorio nacional huyendo de todos estos problemas.
La historia universal narra como muchos países atravesaron por distintas crisis de los cuales la mayoría de estos salieron fortalecidos al superar todas las adversidades, tales como Japón y la Alemania de la posguerra, Estados Unidos después de atravesar por la gran depresión económica de 1929, la superación de la violencia en Colombia, la España posguerra civil y el milagro económico chileno, por nombrar algunos ejemplos.
Todos estos países tienen algo en común: atravesaron por una compleja adversidad y la superaron. Estoy completamente seguro de que Venezuela no será la excepción.
La crisis más compleja por la que atraviesa nuestro país es la política y esta debe ser percibida por todos los actores políticos de forma sincera como una oportunidad para dejar a un lado todos los elementos que los dividen e identificar aquellos puntos que los unen para construir las grandes soluciones que requiere la nación.
Por otro lado, la crisis económica es una gran oportunidad para comprender que se debe diversificar la economía, dejando la dependencia de la renta petrolera e iniciar un proceso de reindustrialización de todos los sectores productivos, en el que Venezuela cuenta con ventajas competitivas.
Invito a todos los sectores políticos y de la sociedad venezolana en general a que demos un paso al frente para trabajar unidos y hacer de esta crisis una gran oportunidad para sacar al país hacia adelante.
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