OPINIÓN

Control y riesgo de la crisis bancaria en EE UU

por German Creamer German Creamer

El colapso de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, en Estados Unidos, y la crisis del Credit Suisse en Suiza, originó un gran pánico entre los inversionistas al temer que se reprodujera la crisis financiera de 2008. Por un lado, Credit Suisse ha indicado que planea pedir prestado $54 millardos del banco central suizo y comprar $3,24 de su propia deuda para proveer liquidez y tranquilizar a los inversionistas. Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos anunció el 12 de marzo que garantiza, con préstamos de emergencia, todos los depósitos de SVB y de Signature Bank, bancos especializados en nuevas compañías tecnológicas y en criptomonedas respectivamente.

Entre los factores externos que contribuyeron a la crisis de los bancos de Estados Unidos se encuentra la flexibilización de los mecanismos de supervisión y manejo de riesgo bancario como el acta Dudd-Frank de 2010, la cual requiere que los bancos medianos y grandes conduzcan tests anuales de riesgo. En 2018, la administración de Trump redujo la frecuencia y la demanda de estos tests para los bancos regionales y en 2020, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) redujo los requerimientos de capital bancario y permitió a los bancos invertir en fondos de capital de riesgo. Adicionalmente, el aumento acelerado de la tasa de interés federal desde 2022, encareció el costo de los depósitos de los clientes bancarios.

A nivel interno, SVB representa un caso extremo de fallas en el manejo de riesgo bancario. SVB se concentró en fondos de inversión de capital de riesgo y en compañías nuevas tecnológicas, violando los principios básicos de diversificación de portafolio. Este banco ofrecía créditos a este sector, pero a la vez requería que las compañías financiadas mantuviesen sus depósitos en SVB. Cuando las tasas de interés comenzaron a subir y los precios de las acciones de las compañías tecnológicas disminuyeron, estas compañías iniciaron el retiro de sus fondos para protegerse y evitar deudas adicionales a intereses mayores. Como todo banco, SVB invirtió sus activos en bonos que podrían liquidarse mientras que una parte importante de su portafolio fue invertida en bonos de largo plazo que deberían ser mantenidos hasta su vencimiento. Sus bonos de cinco o más años de madurez le daban un retorno no mayor al 2% mientras que las tasas de sus depósitos subieron a más de 4,5%. Es decir, se produce un desbalance negativo entre sus activos y pasivos. Esta situación se exacerba porque Laura Izurieta, la directora de riesgo, renuncia en abril de 2022, SVB no conduce los tests de riesgos antes requeridos por el acta Dudd-Frank, y el banco no tomó medidas preventivas cuando la Fed anticipó el incremento futuro de las tasas de interés.

En conclusión, cambios en la política monetaria como es el aumento de las tasas de interés para controlar la inflación y el desempleo, también afectan la estabilidad financiera como ha sucedido en Latinoamérica. Ante estas condiciones, para proteger a los inversionistas pequeños y grandes, es aún más importante el estricto control del sector financiero por parte de las autoridades económicas y por el sector bancario al conducir tests anuales de riesgo con nuevos factores como son el calentamiento global, inversiones en capital de riesgo y en bonos de diferentes condiciones y madurez.