La situación presentada el día 6 de diciembre de 2020 es un hito histórico dentro del conflicto político en Venezuela, pues fija nuevos parámetros de actuación para los diversos actores políticos, de acuerdo con la percepción particular que se tenga sobre dicho fenómeno político, el cual simplificaremos en 3 visiones, a efectos prácticos:
1. Visión opositora (G-4 más 57 países)
Encabezada por Juan Guaidó, tiene la percepción de un arrollador triunfo político con una narrativa de una abstención que se maneja entre 80% y 90%, de acuerdo con sus propios números, pretendiendo dar otro golpe político y psicológico a través del desarrollo de la denominada consulta popular, cuyos guarismos de participación no se pueden calcular aún, pero que sin duda serán asumidos con entusiasmo por este sector opositor, así como la OEA y demás países que se enfrentan a Nicolás Maduro. Es importante señalar que en esta etapa el conflicto político en Venezuela se puede terminar de internacionalizar por completo desde muchos sectores, por lo cual habrá que observar las acciones políticas de los próximos días.
2. Visión opositora (Factores políticos que participaron en el proceso electoral)
Se enfrentan a una situación difícil, debido a las acusaciones de legitimidad de origen de las elecciones que algunos partidos y dirigentes políticos han comenzado a afrontar a través de la legitimidad de ejercicio o praxis política. Destaca en este caso la denuncia que hizo Felipe Mujica (Movimiento al Socialismo – MAS) sobre una participación electoral muy inferior a la anunciada, cuestionando todo el proceso; y muy especialmente, la denuncia de Leocenis García, quien planteó con “pelos y señales” una serie de irregularidades muy concretas, con nombre y apellido, que le podrían costar nuevamente la persecución judicial y política de otras épocas.
En el momento de redacción de este artículo, el último reporte adjudica 274 de los 277 escaños y deja 21 diputaciones para formaciones opositoras: 11 para Acción Democrática, 3 para Avanzada Progresista, 3 para El Cambio, 2 para Primero Venezuela, 1 para el partido socialcristiano Copei y otro para el Partido Comunista. El partido de gobierno (PSUV) se hizo con el 91% de las curules de la Asamblea Nacional, de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, que le adjudica 253 de los 277 puestos en disputa.
Esta situación les hará imposible a los diputados electos fuera de la plancha del PSUV colocar su agenda y puntos de vista en dicho foro político, donde de forma casi segura serán atropellados políticamente y solo les quedará la opción de elegir entre ser focas o leones, limitándose a un rol de conciliación, que muy difícilmente será correspondido por una inmensa cantidad de oficialistas y opositores, o tratar de hacer una oposición frontal y dramática, para hacer contacto emocional con el 80% del electorado que rechaza la gestión de gobierno de Nicolás Maduro; o tratar de ser canales de comunicación con actores internacionales y nacionales para encauzar la opinión pública o conseguir apoyo internacional para asistencia humanitaria, pues quien intente presentar proyectos de ley propios o hacer contraloría de la gestión pública, simplemente va a ser pateado por la vasta mayoría del PSUV.
3. Visión oficialista (PSUV)
En este campo se tienen diversas lecturas, más allá de los elementos propagandísticos que simplifican la visión de una victoria con más de 2/3 de los diputados de la Asamblea Nacional. Se ha hecho evidente el hartazgo que siente buena parte del país hacia las promesas gubernamentales; sin entrar en la discusión sobre si sufragaron 2 o 6 millones de electores, lo cierto es que las amenazas de pérdida de empleos públicos, ayudas sociales y otros beneficios, no tuvieron el efecto movilizador del pasado y ello es una demostración incuestionable de debilidad política del gobierno de Nicolás Maduro para sus aliados nacionales, especialmente el sector militar que le apoya, que puede verse tentado muy legítimamente a solicitar una cuota de ministerios e institutos muy superior a la actual e incluso una tajada mayúscula de los candidatos a gobernadores y alcaldes en las próximas elecciones regionales (lo que acabaría con la pretensión de las 200 ciudades comunales para antes del 24 de junio de 2021), mientras que los grandes y únicos soportes internacionales del régimen, o sea Cuba, Irán y Rusia, pueden ver esta situación política como el momento propicio para que se escoja el sucesor de Nicolás Maduro, en caso de colapso económico total del país, entre sus favoritos: Tareck el Aissami, Jorge Rodríguez y Vladimir Padrino López, cuya simpatía, respeto y apoyo no es ocultada por dichos países.
Planteamiento de Nicolás Maduro: en rueda de prensa con periodistas internacionales anunció los dos grandes campos de acción política, que vale la pena comentar brevemente por las limitaciones de espacio y la paciencia del lector.
1. Diálogo político
Las elecciones del 6D acaban con toda posibilidad de diálogo político con la oposición política que adversa a Nicolás Maduro, que cuenta con el apoyo de más de 50 países, muchos de ellos de gran peso económico, especialmente la Unión Europea, además de las naciones limítrofes como Brasil, Colombia y Guyana, que entran a una nueva etapa de confrontación política mucho más aguda, desde lo que se puede percibir como un gobierno y Asamblea Nacional en el exilio, apoyada por las decenas de países que rechazaron la celebración del proceso electoral parlamentario del 6 de diciembre. Se puede deducir entonces que los intentos de diálogo político serán limitados a los factores políticos que aceptaron participar en el proceso electoral parlamentario, siendo difícil calcular, hasta no conocer todos los nombres de los diputados electos por la oposición, cuántos de ellos serán capaces de ejercer una labor muy complicada de ser oídos de 80% de descontentos, que quieren escucharlos fustigar y enfrentar al gobierno, mientras mantienen un pulso político conciliador.
Simplemente, se optará por ignorar o perseguir a los dirigentes y líderes políticos que no apoyan al gobierno, según la peligrosidad política de sus acciones…
2. Recuperación económica
En este apartado no es exagerado decir que el régimen se ha lanzado al voladero, al enfrentar a todos los países que le adversan, renunciando tácitamente a los recursos financieros y mercados internacionales que ellos representan. Los diputados electos el 6 de diciembre pasado se enfrentan a la necesidad impostergable de aprobar la negociación (incluso regalar) de grandes cantidades de empresas a los países que apoyan a Nicolás Maduro, especialmente la República Islámica de Irán, dispuesta a correr riesgos políticos y económicos que Rusia y China pueden ver muy costosos para sus empresas de verse involucradas en denuncias internacionales de legitimación de capitales o financiamiento a violaciones de derechos humanos o incluso terrorismo, según lo interpreten los Departamentos de Tesoro, Justicia y Estado estadounidenses, que de acuerdo con el mismo Nicolás Maduro le han privado de 99% de sus ingresos fiscales y han puesto el PIB anual de Venezuela en 40 millardos de dólares.
En un país con tantas deficiencias materiales y financieras, existe una elevada probabilidad de ocurrencia de situaciones de colapso económico y social por etapas o sectores que terminarán derrumbándolo todo…
A esperar…