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“Compromiso irrenunciable”

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Edmundo González reunión Pedro Sánchez

EFE/ Fernando Calvo/Pool Moncloa

Después de que Jorge Rodríguez armara otra de sus alharacas en la Asamblea Nacional oficialista, de cortar todo vínculo con España, Edmundo González Urrutia era recibido en el Palacio de La Moncloa por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Fue al día siguiente de la votación en el Congreso de los Diputados que reconoció a González Urrutia como el presidente electo de Venezuela. 

Rodríguez sabe, como todo el mundo, que el gobierno de Sánchez no convalida la iniciativa parlamentaria de reconocer a González Urrutia, pero su intervención destemplada lo que anuncia es que el régimen venezolano mantendrá la presión tanto sobre los socialistas españoles y sus socios más a la izquierda, como sobre toda acción política que se despliegue sobre Venezuela y en torno a González Urrutia. El acoso no cesa, aun cuando el candidato ganador de las elecciones del 28J se encuentre fuera del país.

Que Sánchez haya recibido en La Moncloa al hombre que los venezolanos eligieron como su presidente es un gesto que vale tomar en cuenta.  Lo hizo, dijo, por “solidaridad y compromiso humanitario”, expresiones que seguramente no serán del agrado de Miraflores. González Urrutia se comportó como lo que es, una persona curtida en las relaciones diplomáticas, que aprecia la protección brindada por el Reino de España y que aprovechó la cita para ratificar su “determinación de continuar la lucha por hacer valer la voluntad soberana del pueblo venezolano”.

La lucha política está llena de tropiezos y sinsabores. La nuestra del último cuarto de siglo parece la historia de nunca acabar. Y es muy comprensible que en diversos sectores e individualidades se asome, de nuevo, la desazón y la tristeza porque la victoria electoral, tantas veces esquiva, se alcanzó con contundencia y expresó un sentimiento de unidad, de alegría y de competencia nunca antes vivido y, sin embargo, aún es incierta la posibilidad de lograr la transición democrática y dejar atrás esta tragedia histórica.

Pero el liderazgo venezolano está intacto. Tanto María Corina Machado como Edmundo González siguen al frente de la causa democrática. “Mi compromiso con el mandato que he recibido de parte del pueblo soberano de Venezuela es irrenunciable”, dio el jueves tras su encuentro con Sánchez. 

También es un hecho innegable que Maduro no tiene reconocimiento alguno en la escena internacional y que su permanencia en el poder, además de ilegítima, es un atraso monumental y un lastre para los países de la región que padecen también los estragos de la desestabilización causada por los desvaríos del régimen. Es el momento de sumar aún más fuerzas, nacionales y globales, y perseverar para concretar el cambio político que la amplísima mayoría de los venezolanos reclaman a cada hora. 

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