Durante los 12.000 años de historia los avances de la humanidad fueron graduales sin embargo todo se transformó en los últimos dos siglos.
Adaptación y resiliencia
En los últimos 200 años la humanidad tuvo que adaptarse rápidamente y asumir los cambios, y conoció por primera vez la palabra resiliencia. Sin embargo, lo que viene en las siguientes cinco generaciones, los próximos 125 años, las vueltas y las innovaciones que veremos pondrán en jaque a la humanidad porque además de los dramáticos adelantos en la ciencia, la tecnología, la medicina, en lo social, económico, en la política, y en la biología humana, serán inconmensurables. Los humanos tendremos que hacer uso, no solo de un GPS para orientarnos, sino de esta capacidad que tenemos individualmente, y socialmente, para acondicionarnos y recuperarnos frente a la adversidad, los retos y las situaciones complejas. Solo así lograremos superar los extraordinarios, asombrosos e inconcebibles avances que se presentarán, y salir fortalecidos. En términos psicológicos, necesitaremos esta extraordinaria habilidad para enfrentar el estrés y las dificultades, manteniendo el bienestar emocional y mental. En una palabra, estaremos apremiados a ser resilientes.
Las últimas dos centurias
Todo comenzó con la revolución industrial que transformó el concepto de la producción de bienes, los sistemas de trabajo y las estructuras sociales. En los siglos XIX y XX, los adelantos en la ciencia y la tecnología progresaron radicalmente la vida diaria de las personas. Las revoluciones políticas y sociales como la Revolución francesa, los movimientos de independencia de las colonias, la Revolución americana, las dos guerras mundiales y las posteriores luchas por los derechos civiles y la igualdad han alterado profundamente la estructura del poder.
La creciente interconexión del mundo, el comercio global, y las tecnologías de comunicación han acelerado los intercambios culturales, económicos y políticos.
La medicina ha experimentado una transformación substancial y contundente en los últimos dos siglos, lo que ha incrementado la esperanza de vida y reducido la mortalidad. En el año 1800, la esperanza de vida promedio a nivel mundial era de aproximadamente de 30 a 40 años, hoy es entre 73 y 80 años.
Por otra parte, la bomba atómica y la energía nuclear han tenido un impacto profundo en la historia y en las últimas décadas, la Inteligencia artificial (IA) está transformado a la humanidad en todos sus ámbitos, y el impacto potencial de la IA sigue en expansión.
Además, la Informática y computación cuántica a pesar de que todavía está en sus primeras fases, será uno de los avances más revolucionarios del actual siglo. Estos progresos, junto con otros, seguirán renovando radicalmente la forma en que entendemos y manejamos el mundo y la concepción del Universo.
¿Cuál es el resultado?
Hasta el año 1800 DC, nuestra especie, los humanos, éramos 900 millones. Del año 1800 al 2024 ¡en solo 224 años nacieron, en promedio, 7.100 millones de personas! De un promedio de 89.000 nacidos por año, durante 10.200 años, en 2023, nacieron 134 millones de bebés en todo el mundo, y hoy somos más de 8.100 millones de seres humanos.
Qué cosas y cambios sucedieron en el siglo XX
Primera generación del siglo XX (1900-1925)
Ford revolucionó la industria al crear la primera línea de montaje para la producción masiva de automóviles en 1913. El primer vuelo de un avión de pasajeros se realizó en 1914, en Estados Unidos, y marcó el inicio de la aviación comercial. Más tarde el telégrafo y el teléfono perfeccionaron las comunicaciones.
La migración masiva a las ciudades cambió la estructura familiar y social, mientras Albert Einstein le dio un giro a la ciencia con su teoría de la relatividad. Fue el fin de 12.000 años de historia de la “verdad absoluta”. Desde entonces todo es relativo, y la verdad lo es hasta que deja de serlo, cuando la ciencia lo demuestra.
Los trabajos de Max Planck, Niels Bohr y Werner Heisenberg en la mecánica cuántica revelaron la naturaleza probabilística de los fenómenos a nivel atómico y subatómico.
El movimiento por los derechos al voto de las mujeres comenzó en diferentes partes del mundo a finales del siglo XIX y principios del XX, con hitos importantes que marcaron avances en diversas naciones. Nueva Zelandia fue el primer país en otorgar al sufragio femenino en 1893. Australia el segundo en 1902. Finlandia fue el primer país europeo en 1906. En el Reino Unido, fue aprobado parcialmente en 1918, y 1928 se igualó a los hombres. En Estados Unidos, se logró en 1920, Alemania en 1918, y Holanda en 1919. Esta generación se cierra con la denominada —en ese entonces— la “Gran guerra mundial” (1914-1918) que causó un número devastador de muertes. Se estima entre 15 y 20 millones de personas los fallecidos como resultado directo del conflicto.
La familia a principios del siglo XX
En general, la forma de vestir entre 1900 y 1925 reflejaba una transición de la formalidad hacia un estilo más funcional y relajado, influenciado por los cambios sociales tras la primera guerra mundial y los inicios de la modernidad. Las familias solían ser extensas, viviendo a menudo en la misma casa o cercanas unas de otras. Eran apreciadas como la unidad central de la sociedad. Los hombres eran los principales proveedores económicos del hogar. Eran la figura de autoridad y tomaban las decisiones importantes. Las mujeres, eran responsables de la gestión hogareña y la crianza de los hijos. A partir de la primera guerra mundial, muchas comenzaron a incorporarse al mercado laboral debido a la necesidad de mano de obra, lo que marcó el inicio de un cambio social en cuanto a sus roles. La relación de los padres con los hijos solía estar basada en la disciplina y el respeto. Las niñas aprendían desde pequeñas a cumplir con las expectativas de la maternidad y el cuidado del hogar, siguiendo el ejemplo de sus madres.
Generación del medio siglo (1925-1950)
La II guerra mundial (1939-1945) tuvo un impacto. Fue el conflicto más mortífero de la historia, causando un total de entre 70 y 85 millones de muertes, 50 a 55 millones de civiles murieron, incluyendo víctimas de bombardeos, genocidios —como el Holocausto responsable de unos 6 millones de muertes judías— en el cual alrededor de 6 millones de judíos fueron asesinados, o en hambrunas, enfermedades y otros efectos de la guerra. Las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki ocurrieron en agosto de 1945. Se estima que más de 200,000 personas murieron como resultado directo de ambas bombas, y decenas de miles más, en los años posteriores debido a complicaciones relacionadas con la radiación. Estas conflagraciones moldearon a esta generación caracterizada porque tuvieron que adaptarse a situaciones muy difíciles y extremas.
La depresión económica de 1929 afectó a cientos de millones de personas. Quienes vivieron ese tiempo aprendieron a valorar el ahorro, y a aprovechar al máximo los recursos disponibles. Tras la guerra, muchos países entraron en un periodo de crecimiento económico. Hubo un optimismo general sobre el futuro, sobre todo en naciones como Canadá, Estados Unidos y otras. Con el plan Marshall —un programa de ayuda económica lanzado por Estados Unidos. en 1948 para reconstruir Europa— los europeos comenzaron un auge económico durante la posguerra. Igual con Japón.
El período posterior a la guerra dio inicio de la “guerra fría” y la amenaza de un conflicto nuclear. Todos vivían con la preocupación de una contienda que pudiera ser mortal para la humanidad. Esta época vio el inicio de movimientos sociales que desafiaron el status. La experiencia de las mujeres en la fuerza laboral durante la guerra sembró las semillas para los futuros movimientos feministas. Las mujeres brasileñas obtuvieron el derecho al voto en 1932. España en 1931, Turquía y Cuba 1934, Filipinas 1937. Las francesas en 1944, y las italianas en 1946. La nueva constitución de Japón, de 1946, otorgó el derecho al voto a las mujeres. Argentina en 1947 igual que la India. México en 1953.
La radio se convirtió en el principal medio de comunicación, y el cine en una forma popular de entretenimiento. Las dificultades económicas y la guerra fomentaron una mentalidad de resiliencia y adaptabilidad y de una cultura más allá de la propia.
La familia en la segunda generación del siglo XX
Aunque todavía estigmatizado, el divorcio comenzó a ser más común y socialmente aceptado. A nivel mundial, las normas sociales eran en gran medida conservadoras, especialmente en cuanto a la familia, la religión, y los roles de género. Se seguía esperando que los hombres fueran los principales proveedores, mientras que las mujeres debían cuidar del hogar y los hijos. Aunque hubo excepciones, especialmente durante la guerra cuando las mujeres entraron al mercado laboral.
Las familias estadounidenses en los años treinta estuvo marcada por los desafíos económicos. Entre 1925 y 1950, la forma de vestir experimentó grandes cambios.
Los hombres usaban trajes de tres piezas, generalmente con chalecos. El sombrero de ala ancha era común, junto con corbatas y camisas de cuello almidonado. Durante la depresión, los hombres comenzaron a usar trajes más prácticos y menos ostentosos.
Durante la guerra, la vestimenta fue más sencilla debido a la escasez de materiales.
La estructura familiar se movió hacia el modelo nuclear. Los hijos comenzaron a experimentar más independencia y autonomía. Aunque los roles tradicionales persistieron, hubo un aumento gradual en la igualdad de género dentro del hogar.
Generación de la posguerra (1950-1975)
La posguerra trajo prosperidad económica, tensión geopolítica, y la guerra fría. Este período estuvo marcado por el auge del consumismo, los movimientos por los derechos civiles, el aumento de la contracultura, y las tensiones nucleares, que afectaron tanto a la vida cotidiana como a las actitudes y valores de las personas. Millones vivían con el miedo de una guerra atómica, especialmente durante momentos críticos como la Crisis de los Misiles en Cuba, en 1962. Esta época también fue un tiempo de exploración tecnológica, con eventos tan extraordinarios como la llegada a la Luna en 1969.
En la década de los sesenta y principios de los setenta, hubo un auge de promover el cambio de cultura, especialmente entre los jóvenes. Los movimientos “hippies” en Estados Unidos, la revolución estudiantil de 1968 en Europa, y las protestas contra la guerra de Vietnam fueron expresiones de esta generación que cuestionaba las normas tradicionales sobre política, género, sexualidad y estilo de vida. Los derechos civiles se convirtieron en un tema central, que buscaba la igualdad racial y el fin de la segregación. Además, el feminismo también ganó fuerza en esta época, que luchaba por la igualdad laboral, el derecho al aborto y la defensa de derechos para las mujeres.
La televisión se masificó y se convirtió en el medio dominante, fijando distintas pautas del comportamiento social. Los automóviles y el transporte crecieron y fueron más accesibles para la mayoría cambiando los patrones de conducta. Los deportes se hicieron verdaderamente masivos y un sinnúmero de personas comienza a hacerse conscientes de lo que sucede en el mundo.
La familia en la tercera generación del siglo XX
Esta generación vivió el auge del conformismo de los años cincuenta, y la rebelión cultural de los sesenta. Surgió la denominada revolución sexual, que desafió las normas tradicionales. Hubo una tendencia hacia la igualdad en las relaciones matrimoniales, con una distribución más equitativa de las responsabilidades y la toma de decisiones. La tasa de divorcio aumentó dramáticamente y surgieron las familias reconstituidas. Se promovió una mayor participación de ambos padres en la crianza de los hijos. Los hombres seguían en buena medida la figura de autoridad dentro del hogar. El rol de la mujer de clase media todavía se centraba en casa aunque en general seguían en sus empleo y aportaban un complemento en las finanzas de la familia. En los años sesenta y setenta, el papel de la mujer comenzó a cambiar y se exigía igualdad en el trabajo, acceso a la educación y el control de su propio cuerpo.
Los niños eran vistos como dependientes de los padres, y su papel continuaba centrado en obedecer y estudiar para construir un futuro exitoso. Los adolescentes comenzaron a tener una voz más fuerte dentro del hogar.
Entre 1950 y 1975, la moda y vestimenta familiar experimentaron cambios significativos influenciados por los desarrollos sociales, económicos y culturales. A partir de los sesenta, hombres y mujeres comenzaron a adoptar un estilo más casual. La moda femenina se volvió más moderna y juvenil, con la introducción de las minifaldas a mediados de la década de 1960. Los niños vestían de forma similar a los adultos.
La moda en los setenta fue la más audaz, con la introducción de pantalones acampanados y el uso generalizado de bluejeans, camisas de colores brillantes con cuellos grandes, y el uso de chalecos o chaquetas de terciopelo. Los hombres también empezaron a llevar el cabello más largo.
Generación de la Revolución Digital (1975-2000)
La introducción de las computadoras personales y la expansión de internet revolucionaron la comunicación y la disposición a la información. En los noventa, se hacen masivos los emails y se convirtió en una herramienta de comunicación ampliamente utilizada por el público general. En cuanto a las páginas web, la primera página web pública fue lanzada por Sir Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web, pero es a mediados de los 90, con la llegada de los navegadores comerciales y las páginas web que se popularizaron de manera masiva. Se consolida la globalización económica y la cultural se aceleró por el acceso a la Información. Internet democratiza el acceso a lo que pasa en el mundo, y transforma la educación, el trabajo y el entretenimiento.
La familia en la cuarta generación del siglo XX
Las familias se volvieron más diversas en su estructura, incluyendo las monoparentales, adoptivas y de acogida. El equilibrio entre el trabajo y la vida familiar se convirtió en una preocupación central, con padres y madres a menudo trabajando fuera de casa. Durante este período, las relaciones familiares comenzaron a transformarse significativamente debido a cambios sociales, económicos y culturales. La estructura y los roles dentro de la familia dejaron de ser tan rígidos. Los hombres comenzaron a involucrarse más en las tareas domésticas y en la crianza de los hijos. Las mujeres adquirieron un papel más independiente durante este período y enfrentaron el reto de equilibrar su vida profesional con las responsabilidades domésticas junto a ser también proveedoras económicas en el hogar. Pasaron a tener más control sobre sus decisiones reproductivas, lo que influenció la planificación familiar. Los niños y adolescentes obtuvieron más libertad en su desarrollo personal. El enfoque educativo inició la promoción de más creatividad e individualidad. Estuvieron más expuestos a los medios de comunicación y la tecnología informática, lo que influenció sus valores y comportamientos.
Durante este tiempo, la moda familiar capturó la esencia de las transformaciones culturales, influencias musicales, el auge de la tecnología y la creciente globalización. A lo largo de estas décadas, se produjo una marcada transición, pasando de los estilos relajados y coloridos de los años setenta a la diversidad de tendencias que caracterizó a los años noventa.
Qué cosas y cambios están ocurriendo en el actual siglo XXI
Primera generación del siglo XXI (2000-2025)
El tercer milenio se inicia con el atentado criminal que derrumbó las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, el cual ocurrió el 11 de septiembre de 2001 que también incluyeron un avión que se lanzó contra el Pentágono y otro que cayó en un campo en Pensilvania después de que los pasajeros intentaran recuperar el control.
Este evento resultó en la muerte de 3.000 personas y marcó profundamente la historia de la humanidad, llevando a cambios significativos en las políticas de seguridad internacional, y desencadenando la llamada guerra contra el terrorismo que provocó la invasión de Afganistán en octubre de 2001, y en 2003, la invasión a Irak por parte de Estados Unidos. Estas guerras tuvieron profundas consecuencias políticas, sociales y militares a nivel global y continúan influyendo en la geopolítica del siglo XXI, que hoy perdura.
Por otra parte, la inteligencia artificial y el análisis de grandes datos transforman múltiples industrias y aspectos de la vida cotidiana. Hace aparición la inmediatez con la comunicación instantánea y la presencia en redes sociales mientras que la privacidad se ha convertido en una preocupación importante. La globalización ha aumentado abrumadoramente, experimentando una mayor conectividad, creando oportunidades de movilidad y experimentando un cambio cultural a través de la digitalización y a la velocidad de cómo se mueven las cosas. Estos cambios reflejan la capacidad de adaptación de la humanidad y subrayan la importancia de comprender y respetar las diferencias generacionales en la forma de ser, de vivir y de expresarse.
Otro acontecimiento relevante fue la pandemia de COVID-19 que comenzó oficialmente cuando la Organización Mundial de la Salud la declaró el 11 de marzo de 2020. La fase más crítica se vivió entre 2020 y 2021, a nivel global. Los cambios en la resiliencia humana durante y después de la pandemia se han estudiado ampliamente. Se observaron múltiples respuestas resilientes tanto a nivel individual como social, influenciadas por factores biológicos, psicológicos y culturales. Los estudios resaltan las estrategias de adaptación que las personas desarrollaron para sobrellevar la crisis. El fin de la emergencia se decreta en mayo de 2023.
La familia en la primera generación del siglo XXI
La tecnología se ha integrado profundamente en la vida familiar, con las redes sociales afectando de una forma u otra las interacciones. Se incrementaron los modelos de familia diversos, con un aumento en la adopción y las familias multiculturales. Desde los roles de género tradicionales y las estructuras familiares extensas de principios del siglo XX hasta las relaciones diversificadas y la influencia de la tecnología del siglo XXI, las formas de amar y relacionarse han evolucionado claramente. Con el aumento de la esperanza de vida, las familias multigeneracionales son más comunes. En muchos casos, abuelos, padres y nietos viven juntos o mantienen relaciones muy cercanas, lo que fortalece los lazos familiares y ofrece apoyo mutuo. Las familias nucleares aunque siguen siendo comunes, ya no son el único modelo predominante. Familias de padres solteros, parejas del mismo sexo, y familias extendidas multigeneracionales se han vuelto más visibles. La globalización y la migración han llevado a la creación de familias transnacionales, donde los miembros pueden vivir en diferentes países pero mantienen fuertes lazos a través de la tecnología. Esto crea nuevas dinámicas, con la crianza de hijos en contextos multiculturales y con influencias de múltiples naciones.
Lo que viene
La evolución humana en las próximas 4 generaciones
Desde una perspectiva psicológica y tecnológica, con los conocimientos del presente, intentaremos aproximar los posibles cambios y evoluciones que pensamos podrían modelar a la humanidad en el futuro cercano, y cómo afectarían nuestras vidas, relaciones y comportamientos, porque en la marcha de la evolución, iremos a una metamorfosis vertiginosa.
Segunda generación del siglo XXI (2025-2050)
En los próximos 25 años habrá más cambios trascendentales que en los últimos 200 años. Entre 2025 y 2050 se anticipa una serie de avances científicos y tecnológicos que transfigurarán diversas áreas de la sociedad.
Se espera el desarrollo de IA con capacidades cercanas a la inteligencia humana, lo que permitiría a las máquinas entender y resolver problemas en múltiples áreas sin necesidad de ser programadas específicamente para cada tarea. Se prevé un mayor uso de IA en los diagnósticos médicos, personalizando tratamientos, y en el desarrollo de medicamentos. Esto podría llevar a la cura de enfermedades complejas. La edición genética avanzada seguirá evolucionando, permitiendo la corrección de enfermedades en etapas tempranas o incluso antes del nacimiento.
La bioingeniería y la impresión 3D de tejidos celulares avanzarán, alcanzando la creación de órganos humanos funcionales para trasplantes, lo que acabará con las listas de espera para este procedimiento.
En el manejo en la energía y en su sostenibilidad se harán avances en la fusión nuclear que procurarán una fuente de energía limpia y prácticamente ilimitada, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. Los adelantos en energía solar, eólica y de baterías lograran una mayor integración de energías limpias en la red eléctrica, lo que mitigará el cambio climático. Además las tecnologías para capturar el dióxido de carbono de la atmósfera y el almacenarlo de manera segura podrían desempeñar un papel esencial en la lucha contra el calentamiento global.
Con las misiones de empresas o agencias espaciales, se espera que la humanidad comience la colonización de Marte antes de 2050.
Las computadoras cuánticas, que ya están en desarrollo, podrían resolver problemas que están más allá del alcance de las computadoras clásicas, y expandiría a niveles cuánticos a la Inteligencia Artificial a limites impredecibles, y superaran la inteligencia humana.
Para 2050, se espera que los vehículos autónomos sean una norma en muchas ciudades del mundo, mejorando la seguridad vial y reduciendo el tráfico. El desarrollo de drones y taxis aéreos transformará el transporte dentro de las ciudades, facilitando la movilidad en áreas urbanas densamente pobladas.
En cuanto a la realidad virtual y realidad aumentada se estima que evolucionen hasta el punto de crear mundos virtuales completamente inmersivos, que podrían usarse en el entretenimiento, pero también en la educación, el trabajo a distancia y las interacciones sociales.
La integración directa entre el cerebro humano y las máquinas, a través de interfaces cerebro-computadora, activará una conexión más fluida con la tecnología, facilitando el control de dispositivos ¡con solo pensar!, primer para comunicarse mentalmente con los demás.
En la nanotecnología se anticipa el desarrollo de microrobots que circulan por el cuerpo humano, detectando y sanando enfermedades desde el interior del cuerpo.
La nanotecnología en otro sentido dará paso a la creación de materiales que se autoreparen, cambien de forma o adapten sus propiedades según las condiciones del entorno, lo que tendrá aplicaciones en industrias como la construcción y la electrónica.
En nuestra vida cotidiana, las ciudades estarán llenas de sensores y tecnologías conectadas, facilitando una gestión más eficiente de los recursos, reduciendo el consumo de energía, y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos, pero sacrificando la libertad individual.
La economía digital y el comercio con el uso de la inteligencia artificial avanzada cambiarán la forma en que las economías globales y locales funcionan, facilitando transacciones más rápidas y seguras.
La regulación de la Inteligencia Artificial será elemental para establecer marcos éticos legales con la idea de garantizar que estas tecnologías se utilicen de manera segura y justa.
El futuro entre 2025 y 2050 podría estar lleno de oportunidades sin precedentes, pero también requerirá una gestión cuidadosa para asegurar que estos desarrollos se utilicen de manera equitativa y beneficiosa para toda la humanidad. Lo contrario podría representar una explosión social que ponga en peligro a la civilización humana.
La consolidación del trabajo remoto, impulsada por tecnologías de comunicación avanzadas y realidad virtual, permitirá que más personas trabajen desde sus hogares o desde cualquier parte del mundo. Esto podría facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar, pero también implicará ajustes en las relaciones familiares al compartir más tiempo en casa.
La tecnología educativa se tornará cada vez más personalizada y adaptada a las necesidades de cada niño. Los padres podrán participar activamente en el proceso educativo desde casa, supervisando y colaborando en el aprendizaje mediante plataformas de inteligencia artificial y realidad aumentada.
Los avances en fertilización in vitro y edición genética dotará a las familias de mecanismos de control sobre la salud para la prevención de enfermedades hereditarias e incluso en la selección de ciertos rasgos físicos y cognitivos, lo que generará debates éticos sobre el «diseño de bebés».
Con tecnologías que retrasan el envejecimiento reproductivo, las familias podrían tener hijos más tarde en la vida. Esto afectará la planificación familiar y las dinámicas de crianza, al permitir que las personas se enfoquen en sus carreras o desarrollo personal antes de formar una familia.
El futuro que vivirán quienes nacen hoy incluye durante su vida: el útero artificial trastocando la reproducción femenina. Los hijos se podrán concebir, desarrollarse y nacer sin la intervención humana. Se dan los primeros pasos de la colonización de la Luna y Marte. La superinteligencia artificial cuántica se puede convertir en un peligro para la humanidad. La vida prolongada y el rejuvenecimiento será realidad. Aparecerán las interfaces entre computadoras avanzadas y la IA directas en el cerebro, y el desarrollo de humanos avanzados con implantes cibernéticos y prótesis cyber. Surgirán las primeras ciudades en océanos flotantes o bajo el agua. La expansión del internet de las cosas (IoT) llegará a límites nunca vistos.
Este pequeño esbozo de algunos adelantos o inventos que en menos de un siglo vendrán, podría eliminar la pobreza a nivel mundial, cambiando radicalmente la economía global y las estructuras laborales, sociales, políticas, y nos hará más evolucionados a los seres humanos, pero que no quede la menor duda que todos tendremos que afrontar los acontecimientos que se presentarán.
Los países más desarrollados tendrán un acceso rápido a los avances y las naciones más pobres podrían quedarse rezagadas. Intensificando las desigualdades en todos los aspectos, porque habrá mejor y más educación, salud, desarrollo, viviendas, y calidad de vida, en unos países y no tanto en otros.
Por otro lado, algunas innovaciones serán enfrentadas por creencias, ideologías, por credos religiosos, o actitudes éticas, por leyes, o convicciones morales profundamente arraigadas en distintas culturas.
A pesar de estos riesgos, también existen razones para creer que los humanos podrían ser más capaces de adaptarse a los desafíos que esta revolución tecnológica trae consigo.
Como psicólogos, entendemos que el panorama tecnológico puede parecer abrumador, pero la adaptabilidad humana ha demostrado ser una de nuestras mayores fortalezas. Las claves que te pueden ayudar son: Primero adoptar una mentalidad de crecimiento para ver cada desafío como una oportunidad de aprender y progresar, y de adaptarte a los cambios. Segundo, es fundamental mantener un equilibrio emocional. Crea un espacio de bienestar junto a tus seres queridos para lidiar con el estrés y la ansiedad que los avances tecnológicos provocarán. Tercero, ten cuenta que ser parte del cambio global significa también abogar por una tecnología que sea accesible y justa para todos. Cuarto, confía que tu resiliencia, tanto a nivel personal como social, será fundamental para navegar en esta vida. Por eso, fortalece tu red de apoyo y sé flexible ante la adversidad. Quinto, si algo nos ha enseñado el pasado es que cuando actuamos como humanidad, superamos las dificultades más grandes. Uniendo esfuerzos y promoviendo una visión compartida del bien común, podemos conseguir que la tecnología sea una herramienta para crear un futuro cierto, no solo para unos pocos, sino para todos. Con estas claves, estaremos listos para afrontar el futuro con optimismo, y asimismo, demos un voto de confianza a la humanidad por los logros obtenidos durante más de 12.000 años como civilización.
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María Mercedes y Vladimir Gessen, psicólogos. Autores de Maestría de la Felicidad, Qué cosas y cambios tiene la vida y de ¿Quién es el Universo?.