Los sueños de buena parte de la izquierda venezolana se están haciendo realidad. Primero llegaron al poder (no importa que haya sido de la mano de un militar), hicieron mucho dinero (socialista pobre en el poder no existe, América Latina y España son perfectos ejemplos al respecto), luego transformaron (y obviamente destruyeron) la economía venezolana, recibieron sanciones económicas (y próximamente un bloqueo) por parte de Estados Unidos (algo que aún los tiene salivando de la emoción) y ahora la llegada de un período especial (al estilo de Cuba en los inicios de los noventa) en Venezuela.
El desastre que hoy padece Venezuela, los recientes anuncios de Maduro y la exacerbación de las sanciones por parte de Estados Unidos, apuntan a que el país entró en su propio período especial. Una situación que hará que en las próximas semanas veamos cómo se intensifica la salida de más venezolanos al exterior (buscando escapar de la realidad y futuro que le esperan al país), se deteriore aún más la economía y la pobreza siga rompiendo récords.
En Cuba el período especial llegó luego de una depresión económica muy fuerte y un declive en la provisión de los bienes públicos. En cuestión de pocos años (1990-1993) el PIB disminuyó más de 40%. Ese período especial cambió notablemente la estructura de la economía cubana pasando a depender de servicios profesionales en el exterior (una suerte de esclavitud moderna con personal que interfiere en asuntos internos de esos países), pero también lo hizo con su sociedad (más pobre, desesperanzada, buscando múltiples opciones para emigrar, sufriendo epidemias, etc.). La caída de la URSS y el fracaso evidente del modelo económico castrista (impedir a toda costa el desarrollo y crecimiento del sector privado, aumento del control gubernamental en la economía, empresas públicas improductivas y corruptas, represión brutal de los derechos humanos, en fin, la aplicación a cabalidad de un socialismo caribeño, algo parecido al desastre venezolano) fueron los detonantes.
En ese período especial, la población cubana empezó a sufrir altos niveles de escasez de alimentos (proteínas, etc.) y artículos de primera necesidad (toallas sanitarias, papel de baño, jabones, entre otros), fuerte racionamiento en los servicios públicos al igual que combustibles y repuestos para los vehículos (prácticamente desaparecieron).
Para que se tenga una idea, la URSS era para la dictadura cubana lo que el petróleo fue para el chavismo. Sin sus respectivas burbujas quedaron al descubierto lo nocivo de sus ideas para quienes viven en esos países. A Cuba le tomó casi dos décadas recuperar el nivel del PIB que tenía en 1990. Es importante recordar que (si bien es cierto que en 1995 llevaron a cabo cambios para incentivar la inversión extranjera) ese período especial se acabó cuando Hugo Chávez empezó a mandar mucho petróleo y dinero a Cuba a partir de 1999.
Con ese período especial, también ocurrió algo digno de destacar: la semidolarización de la economía. Aquellos cubanos que no tengan acceso a divisas la pasan mucho peor que aquellos que sí reciben dólares o euros.
Se sabe cuándo se entra a estos períodos especiales, pero no cuándo ni qué tan mal se sale, porque de allí se sale muy mal y con un país y sociedad muy diferentes.
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