En este momento, los venezolanos se han declarado en protesta permanente y por esta razón viven una dura represión. Desean la libertad de Venezuela. Una nación con riquezas ilimitadas pero que lleva años sufriendo el deterioro y el atraso. Hoy, es necesario hacer un reconocimiento a esos hombres y mujeres que han decidido quedarse en las calles manifestando hasta lograr el cambio esperado. Constituyen ese grupo de la sociedad, que permanecen frontales y sin miedo, a pesar de los atropellos, enfrentando el sistema implantado por el gobierno actual que desea eternizarse.
Algunos fueron víctimas de la privación de sus bienes o de sus trabajos y están activos protestando en contra de la anarquía institucional, del empobrecimiento, del desabastecimiento, la inseguridad, la falta de calidad de vida. Otros, finalmente, han abierto los ojos para luchar contra del deterioro de la democracia que ha caracterizado estos años de retroceso. El venezolano, además está luchando por superar la inexistencia de libertad de prensa, de división de los poderes públicos y de principios democráticos, así como la total ausencia de elecciones y la represión desbocada presente.
También manifiestan por la liberación de los presos políticos. Esa gran cantidad de demócratas que han sido privados de su libertad, los cuales son necesarios para la reconstrucción y democratización del país. Por otro lado, es una nación donde se violan los derechos humanos de los ciudadanos y la comunidad internacional debe demostrar su apoyo para que logre recuperar su credibilidad, la legalidad institucional que se ha deteriorado en su historia más reciente. Lamentablemente, a pesar de que cuenta con recursos naturales extraordinarios, así como con talento humano, técnico y profesional de primera, muchos han emigrado a otros países buscando un porvenir más favorable, pero sin dejar de considerar que podrían regresar para aportar lo mejor en favor de la restauración del país.
Uno de los grandes detonantes de estas protestas, sin duda, son los problemas económicos existentes, que se han agravado durante los últimos años, la falta de productos básicos, aunados a la altos niveles de inseguridad. Venezuela se ha reconocido como el país con las mayores tasas de homicidios y la inflación con más altos índices del planeta. Por otro lado, la censura la falta de divisas para acceder al papel que han restringido los medios impresos, la suspensión de señales de televisión, son algunos ejemplos del control a los medios, que busca fomentar la desinformación.
Venezuela merece libertad y que sus dirigentes políticos opositores sepan liderar esta lucha que es de todos los venezolanos. Es momento de generar un cambio para superar todas las circunstancias que agobian a sus ciudadanos, reconstruir una verdadera democracia con la institucionalidad que esto implica, recuperar la prosperidad y la credibilidad, pero muy especialmente, que pueda liberarse de la violencia, y de la intolerancia, restableciendo la reconciliación social necesaria para su superación.