Dedicado a los intelectuales venezolanos
que por décadas han confundido al pueblo
Los líderes opositores dicen que en Venezuela no se ha aplicado el verdadero socialismo y simpatizantes gubernamentales, para ofender a su contrincante político, al adversario lo acusan de “derechista”.
Se vuelven locos con los guerrilleros
Cuando mueren los guerrilleros de los sesenta o cuando están enfermos, políticos de gobierno y oposición se acongojan y lloran por igual la partida o el sufrimiento propio de las enfermedades de la vejez, de dirigentes que en sus años de esplendor eran protagonistas de asonadas guerrilleras que buscaban la justicia social para los pobres desplazados por los ricos y el imperialismo, siendo que el país era de los más desarrollados del mundo, y foco de inmigración europea y de profesionales latinoamericanos.
Exaltan a sus líderes internacionales
También líderes opositores jóvenes señalan como una crítica que el gobierno de Nicolás Maduro es de extrema derecha y que no representa lo que es la izquierda y, como si eso fuera poco, conmemoran la muerte de próceres extranjeros de izquierda y elogian con orgullo cuando algún líder de izquierda mundial brilla, tal como pasaba en su época con Lula cuando aún no eran palpables las consecuencias de su política de exceso de gasto público y menos su implicación con casos de corrupción.
Intelectuales socialistas venezolanos: los motores de la confusión
Capítulo aparte es la clase intelectual del país que, en su mayoría, es de izquierda, algunos con su altivez académica plasmada en miles de citas en artículos publicados en revistas arbitradas de universidades estatales mundiales, exponen complejos análisis para explicar que el chavismo y madurismo no representan la ideología de izquierda y con esa habilidad tratan de tergiversar la ideología, tal como lo diera cuenta el politólogo italiano Giovanny Sartori con su concepto de “estiramiento conceptual” que, en términos simples, es cuando una ideología se trata de explicar de manera confusa y ambigua, tomando ideas de otras doctrinas o corrientes de pensamiento.
Igualdad vs libertad
En palabras simples, el socialismo se contrapone al capitalismo porque busca la igualdad, al contrario del capitalismo que prefiere la libertad y, como centro, el socialismo apunta a que los medios de producción sean estatales y los capitalistas que sean privados.
¿Cómo se da la manipulación ideológica?
Bajo estos términos, existen algunos vicios y manipulaciones ideológicas que buscan llevar al socialismo como un mare mágnum de felicidad, un estado superior de conciencia en el que conceptos como solidaridad y amor, que están presentes en religiones y filosofías occidentales y orientales, son tomadas como valores “socialistas”, y si es así… ¿quién no querrá ser socialista siendo que significa bondad o trascendencia? En este “estiramiento conceptual” que desarrolla Sartori está la clave de por qué muchos venezolanos, a pesar de ser emprendedores y que gusten de la libertad, se sientan más cómodos con el socialismo, ya que interpreta valores llenos de belleza y son los intelectuales los llamados a convencer de estas bondades, sentados en sus muebles de origen francés o en oficinas de alta jerarquía en las universidades, supervisando doctorados e intercambios epistolares con sus congéneres en el mundo, que están más allá del bien o del mal.
La fantasía intelectual del socialismo escandinavo
En Venezuela, políticos de la oposición y los intelectuales con quienes hacen complemento esgrimen como sociedad ideal el socialismo de los países escandinavos; sin embargo, se equivocan porque esos países están entre los más libres del mundo y en los años de auge del estado de bienestar no fueron los años cuando se generaron las riquezas en esas naciones, sino anteriormente, gracias al capitalismo y a la apertura de mercado que lo lograron años atrás, por ejemplo en el caso de Suecia, estudiado por Johan Norberg, en el libro Cómo la globalización conquista la pobreza, señala que en 1870 Suecia era más pobre que el Congo, y que un tratado comercial con Gran Bretaña y Francia permitió que en 1870 el país ingresara a la primera revolución industrial al exportar madera y acero, y así generando comercio, cerrando empresas improductivas, generando con ello crecimiento económico que administró el Estado de bienestar, pero que tuvo que ser desmontado por el excesivo gasto fiscal que generaba.
Petróleo, administración pública y negocio político
Existe una correlación entre aumento del aparato estatal y corrupción, y bajo esta reflexión se hace lógico pensar que el poder del petróleo en el funcionamiento de la administración pública hace más popular para el “apetito” de factores de poder que buscan en lo público la generación de riquezas ilegales, tales como sobornos y oscuras comisiones… En un sistema con Estado mínimo, transparente y controlado ¿es negocio la corrupción? Como negocio sería más riesgoso y si hacemos un ejercicio prospectivo… ¿Será “negocio” adular al socialismo cuando el petróleo ya no tenga importancia en el mercado?… ¿Será apetecible el Estado poderoso cuando obligatoriamente sea mínimo debido a la necesaria corrección de su gigante gasto y baja del petróleo como factor de poder?… ¿Hará este cataclismo histórico olvidar al socialismo? o ¿seguirán los intelectuales convenciendo de que el verdadero socialismo no ha llegado?… ¿Se sanará Venezuela de la enfermedad socialista? o ¿aún creen que socialismo se soluciona con más socialismo?
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