El concepto de grannacional está inscrito en el sustrato conceptual del ALBA. Es un concepto esencialmente político, pero engloba todos los aspectos de la vida de nuestras naciones.
Conceptualización del Proyecto y Empresa Grannacional en el marco del ALBA.
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Venezuela y Cuba serán un solo país con la nueva “constitución” que redactaría la nueva “constituyente” impuesta por Nicolás Maduro y sus zascandiles, en donde asumirían una aberración “integracionista”, que ni siquiera contará con la aprobación de los venezolanos, sino con el aval inmoral de un conjunto de vacuos y panegíricos claques.
Ante ello, el madurismo asociado con toda su bazofia política intentarán llevar por la fuerza la instauración de un régimen político neototalitario, cuando el propio Maduro declara sobre esa “constituyente” que es «para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado»¹. O sea, qué importa que haya que borrar de un plumazo toda la Constitución de 1999, aprobada por el pueblo en legítimo referendo, y cuyas declaraciones son secundadas por el “presidente” de semejante comisión presidencial, es decir, Elías Jaua, quien ante una reducida audiencia en un sector popular de Caracas, en la misma onda “discursiva” de su jefe, repite sobre ese adefesio jurídico que servirá para “rectificar todo lo que haya que cambiar y transformar»².
¿Y en qué nos basamos sobre ello? Comencemos por la mención del epígrafe de este artículo ubicado en la página oficial de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América³ (ALBA), que revela el objetivo principal de la perversa “constituyente”, complementado en el mismo documento al señalar: “El concepto Grannacional puede asimilarse al de Mega Estado, en el sentido de la definición conjunta de grandes líneas de acción política común entre Estados que comparten una misma visión del ejercicio de la Soberanía Nacional y Regional, desarrollando y desplegando cada uno su propia identidad social y política (…)”. Por otra parte, después que tal escrito ha explicado los fundamentos que acercan sus líneas de pensamiento finaliza su “concepto” con la siguiente sentencia: “(…) Lo Grannacional es el proceso que experimentamos hoy bajo los principios del ALBA, en la perspectiva de alcanzar la unión política de nuestras repúblicas para construir la gran nación que soñaron nuestros próceres, y hacia la cual nos empuja la dinámica del mundo actual dominado por las grandes potencias industrializadas y los bloques económicos hegemónicos”³.
Obviamente, que las declaraciones de Maduro y Jaua se desprenden de lo expresado por Raúl Castro en visita a Caracas, cuando este afirmó sobre la crisis venezolana: «Un retroceso a escala regional tendría un impacto muy ngativo para nuestros pueblos»⁴. Verbigracia, no habría que ser un excepcional analista para intuir que el ideólogo de la actual propuesta madurista ante la crisis política, económica y social se origina con las palabras del sucesor de Fidel Castro quien viene a conjugar la repetición de la fallida reforma constitucional de 2007, disfrazada en esta oportunidad de asamblea nacional “constituyente”.
Y es que el aspecto “grannacional” previsto en la rechazada reforma, precisamente, cuando Chávez estaba en el tope de su popularidad, ya que venía de obtener casi 63% de los votos en las elecciones presidenciales de 2006, probablemente sujetaban en el pensamiento de la cúpula del gobierno, que ese pueblo que había votado por el líder fallecido en tales dimensiones, aceptaría en los mismos términos cualquier cambio sobre la Constitución de 1999, pero que no ocurrió en tales preceptos.
Ante tal realidad, recordemos el cómo estaba redactado el artículo 153 de aquel proyecto de reforma constitucional, apartado numerativo sobre el cual nadie podía explicar su ambigua redacción y que en forma resumida sentenciaba: «La República promoverá la integración, la Confederación y la unión de América Latina y del Caribe (…) un solo proyecto Grannacional”.
En tal sentido, resulta inobjetable que de concretarse la anhelada “constituyente”, y una vez destituida la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, disuelta la Asamblea Nacional y eliminadas las gobernaciones y alcaldías, es decir, “cambiar todo lo que tenga que cambiarse”, para imponer el madurismo (simbiosis de lo peor del fascismo, nazismo y estalinismo) como régimen político dictatorial del siglo XXI, cuya principal tesis se basa en el disfraz “constitucionalista”, que en lo sucesivo quedaría refrendado con el nuevo sistema de votación “universal, directa y secreta” conforme con la “inclusiva y revolucionaria” estructura comunal y electoral del país, bajo el mismo sistema con el cual serían elegidos tales “constituyentistas” según lo dispuesto por las bases comiciales aprobadas por el Consejo Nacional “Electoral” y el Tribunal Supremo de “Justicia”.
En consecuencia, una vez “cambiado lo que había que cambiar”, la “constituyente” resucitaría en el nuevo texto “constitucional” el artículo 153 de la pretendida reforma de 2007, razón por la cual suscribiría un acuerdo “independiente y soberano” con Cuba, y posteriormente, a través de “referendo” de acuerdo con la identidad política de cada país, unir a Venezuela con la isla antillana, si ambos pueblos se expresan de mutua “validez” en las “urnas electorales” con tal planteamiento.
Tácito es decir que Cuba votaría con los resultados que comúnmente le conocemos en sus procesos de elección, en donde por lo general 99% de su población apoya lo que plantea el castrismo, mientras que en Venezuela, para qué hablaríamos del cómo sería nuestra “aprobación” sobre tal unión, al tener el madurismo todo el control político e institucional del país, y juzgada la disidencia y opositores como “traidores a la patria” y, por ende, sometida el resto de la población en los nuevo esquemas electorales.
La unión política de Venezuela y Cuba en un solo Estado está a un paso de concretarse, ante la nula visión de quienes pretenden imponernos un modus vivendi antinatura y sociológicamente inviable, pero que desquiciados en sus visiones políticas solo quieren perpetuarse en el poder bajo cualquier maniobra que evidentemente se esconde en una seudoconstitucionalidad.
¿Llegará a redactarse y firmarse el documento integracionista entre la República Bolivariana de Venezuela y el Estado marxista-leninista de Cuba, con ambos países fundados en “todos los aspectos de la vida de nuestras naciones” como lo establece el concepto del proyecto “grannacional” del ALBA? Esa es una respuesta sobre la cual tenemos que interpelarnos todos los venezolanos. Por lo pronto, vienen días muy oscuros y sangrientos en la lucha política de Venezuela, si no se conjuga la sindéresis como espacio fundamental en el plano de nuestra historia contemporánea.
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¹https://www.efe.com/efe/america/politica/maduro-dice-que-la-constituyente-permitira-cambiar-lo-tenga-ser-cambiado/20000035-3279306
²https://www.aporrea.org/actualidad/n309143.html
³http://alba-tcp.org/contenido/conceptualizacion-de-los-grannacional
⁴http://eltiempo.com.ve/mundo/politica/raul-castro-asegura-que-en-venezuela-se-libra-la-batalla-decisiva-de-america-latina/236801