El pasado 30 de enero, el gobierno presentó su propuesta financiera sobre el petro en el “White Paper” versión Beta 0,9. El documento tiene 7 capítulos y al final de la Introducción se explicita su objetivo: «Describir los fundamentos técnicos del desarrollo del petro como instrumento de intercambio, de ahorro, de inversión y como plataforma tecnológica…».
Diré dos cosas sobre tal documento en este artículo. Una es que el mencionado objetivo constituye una paradoja: luego de 19 años de destrucción continua y sistemática del ahorro de los venezolanos, destrucción evidenciable particularmente a partir del año 2013, el petro se presenta, entre otras cosas, como un instrumento de ahorro.
La segunda es que el petro es presentado como una alternativa para la reducción de la volatilidad en el mercado de criptoactivos. Y no porque el mismo se proponga como un activo residente en un portafolio estructurado con arreglo al principio de diversificación, como, por ejemplo, lo establece el artículo 29 de la Ley de Entidades de Inversión Colectiva (perteneciente al capítulo III, no derogado por la Ley de Mercado de Valores de 2010). Se argumenta en el White Paper que la reducción de volatilidad tiene su base en que el petro es un «instrumento con valor intrínseco, más seguro y estable, susceptible de un análisis fundamental por estar vinculado a una industria ampliamente conocida…».
Primeramente, amigos lectores, ¿qué es valor intrínseco?
Para poner la definición a vuestro alcance tomaré como punto de apoyo tres célebres referencias en la temática, dos clásicas y una contemporánea. Las clásicas son las de John Burr Williams (1900-1989) y Benjamin Graham (1894-1976), autores de los tres libros que conforman la base de la teoría de inversión neoclásica el primero con su The Theory of Investment Value publicada en 1938 y el segundo con su Security Analysis de 1934 y 1940, y The Intelligent Investor, de 1949.
Para John Burr Williams el valor intrínseco de una acción común es una función del flujo de futuros dividendos que la misma pagaría. Por supuesto, solo habrá capacidad de pago de dividendos en la medida que haya utilidades. Para Benjamin Graham el término valor intrínseco está atado a la noción de un margen de seguridad en un enfoque de inversión (Margin of Safety Investing Approach): aquella que se cotiza en el mercado por debajo de su valor intrínseco. En el capítulo final de la edición de Security Analysis de 1940, Graham añade que el término valor intrínseco «tiene en cuenta no solo las ganancias pasadas y los valores de activos líquidos, sino también el potencial de generar utilidades en el futuro, estimado tal potencial conservadoramente».
Una definición general de valor intrínseco, que ajusta perfecto tanto para Burr Williams como para Graham, es aquel valor que es justificado por los hechos y uno de los hechos destacados por Graham es la perspectiva de futura generación de utilidades de la firma. Resumiendo para usted, amigo lector: el valor intrínseco viene soportado por hechos, siendo el primero el potencial futuro de generación de utilidades.
La tercera referencia, la contemporánea, es la de Warren Buffett, empresario estadounidense considerado uno de los más grandes inversores en el mundo, es el mayor accionista y director ejecutivo de la firma Berkshire Hathaway. En 2017 ocupó la tercera posición en la lista de hombres más ricos del mundo elaborada por la revista Forbes con una fortuna estimada de 75.600 millones de dólares. ¿Y cuál es la definición de valor intrínseco de Buffett? Totalmente coincidente con las definiciones de John Burr Williams y de Benjamin Graham: es una función de los flujos de efectivo que pueden extraerse del negocio en el futuro.
El petróleo por sí mismo, en el subsuelo, no genera ingresos: hay que extraerlo primero y comercializarlo luego, las dos actividades a partir de las cuales se genera el ingreso, el de verdad verdad y el contable.
A esta altura surge entonces la pregunta: ¿y cómo está la capacidad de Pdvsa para generar ingresos futuros con la explotación y comercialización del petróleo?
Para responder ya no hay siquiera que invertir tiempo analizando el Boletín Mensual de la OPEP y tampoco los estados financieros “auditados” de Pdvsa disponibles hasta el año 2016. Si bien Rafael Ramírez afirmaba con jactancia que “Pdvsa no estaba hecha para ser rentable”, ahora tan solo basta con aceptar como buena la palabra del actual presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo: “Hay días que la industria petrolera no genera ingresos”.
Las conclusiones de este análisis son dos: el petro no tiene valor intrínseco. Ahora bien, si fuera posible admitir que el petro tiene valor intrínseco como afirma el White Paper, este sería cero, precisamente por la mencionada incapacidad de Pdvsa de generar flujos de efectivo en el futuro.
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