Soy católico practicante en la medida que la carne débil permite seguir a ese espíritu anhelante de Jesús misericordioso, de niño era fácil, de adolescente se empieza a hacer difícil, pero jamás pensé que ahora después de medio siglo de vida iban a ser los jerarcas de la Iglesia Católica los que me iban a imposibilitar la vida practicante. No puedo creer ver una actitud tan obsecuente de la Iglesia, perdón de la jerarquía, pues creo ver todavía una abrumadora mayoría del pueblo católico obediente a lo que creemos ver como la fe. Asumo como de la fe católica lo que dice el Catecismo:“La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al comunismo o socialismo” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2425, San Pablo 2010). El comunismo, es por dogma de fe, un enemigo de la fe.
Por eso me da nauseas ver a un ya no obispo, pues con su actitud no es de verdad del Cuerpo de Cristo, como monseñor Monsalve, arzobispo de Cali, en una entrevista de una página en el panfleto del Farcsantismo , El Tiempo, querer darnos como unas 7 palabras de Cristo con motivo del Viernes Santo, una arenga madurista obligándonos a arrodillarnos al ELN.
No y no monseñor Monsalve por ser católicos debemos permitir que un jerarca de la Iglesia no diga ni una sola palabra en contra de los crímenes de lesa humanidad que los narcoterroristas de las FARC y el ELN perpetúan aún hoy: violaciones de menores, minas antipersonas, desplazamientos, extorsiones, crímenes ambientales, etcétera. Esa horrenda página en El Tiempo donde usted no recrimina ni en una sola palabra a esos narcoterroristas o criminales de lesa humanidad es una blasfema a la fe católica, lamentablemente apoyada por el silencio infame del Vaticano contra las dictaduras comunistas.
Para que no se me diga parcializado voy a hacer un análisis textual de sus palabras:
“Creo que la polarización… es que cada uno absolutiza lo suyo”. No monseñor, quienes absolutizan son los que se apropian de las armas, instituyen una dictadura Farcsantista y obligan a la mayoría del pueblo que democráticamente expuso su visión y unos cuantos corruptos apoyados por mercenarios, incluidos los obispos les vetaron su soberanía.
“Falta esa convocatoria más abierta, más incluyente del gobierno nacional”. Por favor monseñor, pelele del ELN, Duque fue elegido para acabar con esa dictadura del narcoterrorismo, y en una ingenua posición de diálogo les permite mantener la dictadura del Farcsantismo, les deja que a sus socios del ELN sigan acobijados por sus jefes Castro y todavía pide un gobierno más incluyente. Usted es un comunista, monseñor.
“Los invito a concertar un pacto en paz”. Obvio, uno en el cual las FARC cumplan: entreguen todas sus cuentas bancarias secretas, las rutas de la coca, los laboratorios, dejen de secuestrar niños y matar inocentes, todo bajo el nombre de “disidencias”, y sus ahijados del ELN hagan lo mismo, además de matar el ambiente. Por favor monseñor, deje de ser cínico culpando a un pobre hombre como Duque y tapando de culpabilidad a los criminales de lesa humanidad que usted protege, hable con sus compadres de las FARC, ELN y chavismo, y por lo menos logre una tregua humanitaria de verdad, que dejen de cometer crímenes de lesa humanidad acá y que por lo menos dejen entrar la ayuda humanitaria allá. Da vergüenza ver un obispo no solo callando sino apadrinando esas vergonzosas actitudes.
En cuanto a los del ELN, lo funde, para perdonarlo con Venezuela, cuando no hay ni una sola palabra de recriminación. Eso no es actitud de un obispo, sé que si no es por la bondad y misericordia del Señor debe estar cuando muera en la más ardiente paila del Dante.
No y no monseñor Monsalve, por sus prejuiciosas actitudes a favor del narcoterrorismo, no y no a la Conferencia Episcopal que las apoya o tolera, no y no al Papa, que ni siquiera condena las dictaduras comunistas, sino que se abraza con los más conspicuos representantes mientras dejaba morir de hambre a la madre y esposa de unos de sus hijos presos políticos de un régimen que continúa apoyando con su silencio. Bien dice la Biblia que la Iglesia es mucho más que las virtudes y errores de sus dignatarios, por eso sigo siendo creyente a pesar de las barbaridades inhumanas de la jerarquía narcoterrorista representada en monseñor Monsalve.