COLUMNISTA

Una embajada a cambio de mi silencio

por Javier Vivas Santana Javier Vivas Santana

Sin duda, algo que aprendieron muy bien los maduristas de sus antecesores de la cuarta república fue el cómo lograr el silencio de aquellos militantes incómodos para sus acciones, aunque sea por un corto tiempo, razón por la cual con llegar a ofrecer una embajada o un consulado en una exótica ciudad de Europa, América Latina o isla del Caribe, pues, el asunto quedaba arreglado, o sea, el gobierno se quita de encima al denunciante, y quien denuncia se resuelve en dólares o euros, y prebendas políticas, económicas y sociales, muchas de sus inquietantes necesidades, que a la final lo que demuestra es la tesis de aquella película con el nombre de Propuesta indecente, no referido a la acción de una mujer, sino, en este caso, de que todo “político” tendría su precio.

En tal sentido, es hipócrita, cuando se nos dice que Isaías Rodríguez se va o “regresa” para Italia como embajador, porque, según la cúpula madurista, dentro y fuera de la “constituyente”, es decir, la misma aberración política del Partido “Socialista” Unido de Venezuela (PSUV), afirma que el susodicho “constituyente” es más importante para el país, como “diplomático”, a pesar de que se desempeñaba como “segundo vicepresidente” de tal instancia de control político, y tal hecho ocurre después de que este tiene una discusión pública y notoria con el máximo panegírico de Diosdado Cabello, quien, por supuesto, no perdona ninguna afrenta contra sus incondicionales o, mejor dicho, no acepta crítica contra el statu quo y, por ende, el crítico debe ser tachado con el calificativo de “traidor”. Lo que pasa es que Isaías Rodríguez no es echado a las huestes del infierno porque sabe más de la cuenta, precisamente sobre aquellos días de abril de 2002, y resultaría obvio que a la hora de escribir un capítulo intermedio de la historia contemporánea de Venezuela durante los últimos tres lustros, no serían pocos los que quedarían en la deriva como auténticos traidores.

Es patético el cuerpo diplomático que representa a Venezuela, tanto dentro como fuera del país. Tenemos un canciller que diariamente debe ser recordado por los venezolanos, cuando podemos comprar algunos huevos, porque el susodicho aseguró que su valor era de 420 bolívares por cartón, y vemos cómo el precio de estos en su presentación de 30 unidades se acerca a 50% del salario mínimo vigente, pero también el mismo individuo ha ido hasta la Organización de Naciones Unidas para decir que los venezolanos tenemos el 100% de la salud “garantizada”, cuando vivimos una terrible crisis de escasez de medicamentos, y han retornado al país enfermedades como la malaria, el paludismo, la difteria, el sarampión, entre otras. Y aunque usted no lo crea, tenemos “hospitales” que ni siquiera cuentan con termómetros en sus “emergencias”. Y es que en el caso de este “ministro”, suponemos que es más útil para los maduristas mintiendo sobre temas de salud en tribunas internacionales, que afirmando en el plano endógeno cuál sería el “precio” de un cartón de huevos.

Otro caso de bazofia política está sujeto con las “afirmaciones” de Rafael Ramírez, quien se identifica como “representante permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. Este es un individuo que, después de estar por más de una década al frente de nuestra petrolera estatal, dijo por allá en 2013 que se pulverizaría el dólar paralelo¹, porque, según él, desde ese entonces: «Tenemos que dar esta batalla, por nuestra economía y nuestra estabilidad. Vamos a ganar esta batalla». A cuatro años de haber pronunciado tales sofismas,  habría que preguntarle a Ramírez: ¿se pulverizó el dólar paralelo? ¿Quién ha ganado la batalla, el madurismo, el pueblo o lo que la cúpula del PSUV considera como fuerzas externas? ¿Cuál ha sido el resultado de nuestra economía y su llamada “estabilidad”?

No obstante, quien sí ha vivido de manera estable, con una economía sin apresuramientos durante todos estos años, ha sido el susodicho “funcionario”, quien ni remotamente, a pesar de residir en el tan defenestrado y mentado “imperio”, ha sufrido aunque sea un mínimo de las desgracias que afrontamos los venezolanos. ¿O no?

En concreto, la cúpula madurista no tiene problemas en cuanto a los requerimientos que se deben tener para hacer carrera “diplomática”. Si por alguna razón discuto con el más ignorante de la cúpula roja, aunque este ni siquiera sepa cómo se escriben palabras que definan qué es la zozobra o conducta, o si por otra razón me atrevo a afirmar palabras más, palabras menos, que la “inflación no existe”, porque los precios son fijados por mi lengua y no por la realidad económica, al final mi destino estará con el ofrecimiento de una embajada a cambio de mi silencio, y si esta se encuentra entre el imperio de los colonizadores o del capitalismo salvaje, el sacrificio “revolucionario” será con mayor aceptación, porque resulta que es en tales espacios en donde tenemos que “enfrentarnos contra el enemigo”.

Ante ello, no tengan dudas: Me ofrecieron una embajada a cambio de mi silencio. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

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¹ http://www.eluniversal.com/economia/131107/ramirez-senala-que-vamos-a-pulverizar-el-dolar-paralelo