Intentar crecer perjudicando a otros siempre deja una huella negativa en la vida. Quizás logres alguna notoriedad, pero nunca vivirás en paz contigo mismo. Entre otras razones, porque no contribuyes a la felicidad de los demás, que es una condición indispensable para ser feliz.
Todos disponemos de potencial infinito. Si lo desarrollamos, no necesitaremos aprovecharnos de nadie. El propio esfuerzo nos distancia de la acción negativa y nos guía a la conquista de la excelencia, la felicidad y el éxito.
Es más, el reconocimiento del potencial ajeno supone un beneficio para nosotros. Un estudio de la Universidad de Nebraska-Lincoln, en Estados Unidos, asegura que las personas que imaginan a su compañero de forma positiva, segura y capaz, muestran rasgos de confiar en su propia vida. Del mismo modo se impulsa la productividad. El estudio descubrió que este tipo de individuos contribuye más en el trabajo.
Según los resultados, las percepciones de los demás dicen mucho sobre qué tipo de persona realmente somos. Cuando miramos a otros, estamos mirando un espejo. Cuando observamos y analizamos el comportamiento de otras personas, realmente nos descubrimos en ellas. El perfil que creamos para los demás está formado por nuestra propia personalidad.
En este mundo globalizado, donde es casi imposible vivir aislado, el crecimiento debe sustentarse en la generosidad. Algunos creen que la nobleza es un sentimiento anacrónico; pero en realidad es eterno, aunque la realidad, por competitiva, aparente lo contrario.
La honestidad, por ejemplo, es el ingrediente secreto del mundo laboral. No es simplemente la mejor política, sino la única manera de construir una organización exitosa.
Ahora piensa dos veces antes de contestar: ¿Has logrado algún propósito en la vida aprovechándote de alguien? Sé sincero contigo mismo. Ten presente que a veces hacemos daño si criticamos a alguien sin motivo; si mentimos o manipulamos; si somos hipócritas o adoptamos una actitud oportunista.
Como dice el científico Brigham Young, “los corazones honestos producen acciones honestas”. Seremos realmente exitosos si crecemos amparados en valores positivos y si nuestro progreso engrandece la vida de los demás.
“En este mundo globalizado, donde es casi imposible vivir aislado, el crecimiento debe sustentarse en la generosidad” |