No hay otro mejor calificativo que tragedia para describir la situación que está viviendo la mayoría de los venezolanos. No hay ningún episodio en la historia nacional que pueda servir de punto de comparación para entender el abismo social y económico en el cual hemos caído.
Y lo peor es que estamos ante un grupo de indolentes y aprovechadores que asaltó el poder, pero no para resolver los problemas de los venezolanos, sino más bien para agravarlos y usarlos en su macabro plan de dominación colectiva. Quieren terminar de convertir a un pueblo trabajador en un pueblo de mendigos.
Aquí estamos ante un ejemplo vivo de cómo se usa una crisis social y económica de proporciones muy amplias para sostener a un grupo que no piensa en el beneficio colectivo. Aunque suene fuerte: el régimen usa el hambre como instrumento de control.
Pero el problema es que la estrategia se les está saliendo de control. Si hace algunos meses se hablaba de que mínimo 5% de la población estaba comiendo de la basura, seguro estoy que ese indicador se multiplicó ante el muy grave deterioro del país.
El experimento de dominación y control del poder está llegando demasiado lejos. Ya estamos en una hiperinflación que nunca antes habíamos vivido. Hoy los precios van a una velocidad muy alta, mientras los ingresos de la mayoría se han rezagado. No importa cuánto gane el pueblo, es imposible que logre equilibrar sus gastos.
El país es una calamidad. Venezuela ha sido convertida en un desastre. Hoy somos el peor ejemplo de un país rico en recursos, pero quebrado por quienes han dilapidado de forma irresponsable la mayor bonanza económica que hemos tenido. Ni siquiera han sido capaces de copiar el modelo chino que trajo prosperidad sin libertad política.
Hoy somos un país en quiebra económica y social. Estamos cayendo en un abismo que puede generar anarquía. Urge iniciar un plan que corrija las distorsiones, pero con este régimen eso es imposible. Su único objetivo es permanecer en el poder, no importa si lo hacen encima de las cenizas de la nación y con un pueblo hambriento y en harapos.
@PabloPerezOf