A propósito de haberse cumplido el pasado 5 de marzo 6 años de la muerte del mayor error colectivo de la sociedad venezolana, quiero hacer algunas consideraciones:
En primer lugar escuchamos de los fanáticos del régimen decir que “Chávez vive”, y sí, ciertamente vive en los hospitales abandonados, en las farmacias sin medicinas, en las calles destruidas, en la separación de la familia, en los padres a quienes les mataron sus hijos por pensar distinto, en las personas que comen de la basura, en las empresas cerradas o paralizadas, y en las tierras y empresas expropiadas, abandonadas y quebradas.
Por otro lado, hablan de “siembra”; bueno, la cosecha que estamos recogiendo no es otra que pobreza, escasez, hambre, violencia e hiperinflación.
Hiperinflación que no espera por Bachelet, por sanciones, diálogos, negociaciones, ni presiones de ningún tipo. La hiperinflación simplemente mata gente, cierra empresas y destroza el tejido social. Es imposible detectar cuánto más vaya a aguantar nuestro pueblo.
Por cierto, hablando de la ex presidente de Chile y alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, que recientemente afirmó que “la situación en Venezuela ha sido exacerbada por las sanciones internacionales”, aprovecho para decirle que no hay mayor «sanción» que la que hambrea a todo un país con una crisis inducida que pulverizó más de1 millón de millones de dólares en 2 décadas y que desapareció préstamos por más de 200 billones de dólares.
En Unidad Visión Venezuela nos preocupa esta bomba de tiempo y nos preguntamos: ¿hasta cuándo soportará el país todo esto? Por un lado, un presidente con el reconocimiento internacional y el apoyo de la mayoría de nuestro pueblo, pero sin el control de las armas de la República; y por otro, uno sin el apoyo del pueblo, pero con poder militar. Mientras tanto el país intenta funcionar pero no, ya no funciona, con lo que el «tic tac» no es solo para el régimen, es también para la vida de la gente.
En medio de este estado de ingobernabilidad reaparecen los saqueos, que no solo profundizan la crisis económica provocada por el régimen, sino que afecta a los comerciantes, pero también a los ciudadanos, que nos quedamos sin expendios de alimentos y eso simplemente se traduce en más hambre y miseria. Por ello, desde Unidad Visión Venezuela, rechazamos este vandalismo, así como ratificamos que saquear es un delito. Aprovechamos la ocasión para una vez más objetar cualquier acto de violencia.
Y es que aun cuando el estado Zulia ha sido la región más crítica, en más de la mitad del país se han producido saqueos, producto de la impunidad, la desesperación y el hambre.
Seis años de una –supuesta– «guerra económica», en la que Maduro no ganó una sola batalla, a pesar de haber nombrado generales del pollo, de la cebolla, de las caraotas y hasta para los huevos, en el que el único general activo y que funciona en este gobierno es el del guiso.
Pero que además no le bastó con esto, sino que vimos recientemente a Nicolás quedar al descubierto al condecorar a los “comandantes” de batallones que quemaron e impidieron la entrada de la ayuda humanitaria, quedando en evidencia que no fue la oposición como varios voceros del régimen han señalado.
Ojalá estos hicieran su trabajo y le ganaran por ejemplo la guerra al contrabando, allí se harían del respeto y admiración de todos los venezolanos, pero además nos sentiríamos orgullosos de estos, pero no es menos que patético que se les premie por obstruir el paso de un auxilio que en principio ayudaría a 300.000 venezolanos que necesitan de esa asistencia humanitaria. En fin, esto sí es traición a la patria.
Finalizo haciendo un llamado a la reflexión: ser ciudadanos es una tarea diaria. Me preocupa seguir dejando todo para después, escuchar a mucha gente decir: “Lo haremos después de que Maduro se vaya”. Podemos comenzar a hacer muchas cosas desde ya. Quizás esa es una de las razones por las que aún no logramos salir de este régimen.
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@OmarAvilaVzla