(De agencias) “La guardia nocturna de Miraflores fue sacudida por el ruido ensordecedor de dos helicópteros de combate cargados de tropas de asalto norteamericanos que aterrizaron en el patio interior del Palacio de Miraflores. No despertaban de su asombro cuando ya eran encañonados por infantes de marina de la Quinta Flota, maniatados y llevados al cuarto de guardia de la entrada principal, mientras lo mismo sucedía en el Palacio Blanco, del otro lado de la avenida Urdaneta y en Fuerte Tiuna, en donde los helicópteros cargaban con más de un centenar de rangers fuertemente armados, provistos de lentes de visión nocturna y máscaras antigases, que detuvieron al ministro de Defensa y sus principales colaboradores. Mientras, aviones F-16 surcaban los cielos de Caracas y se escuchaban las detonaciones de los cohetes lanzados sobre los cuarteles más importantes de la zona central, en Aragua y Carabobo. La temida intervención humanitaria había comenzado.
Media hora después, comenzando el amanecer, y prácticamente sin haber disparado un tiro, los helicópteros volvían a sus lugares de origen con su preciosa carga: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino y otros altos oficiales y funcionarios del régimen. Mientras ello sucedía, la alta oficialidad del Ejército cubano apostado en Venezuela salía precipitadamente desde el aeropuerto La Carlota, en un avión especialmente preparado para tal contingencia. Los venezolanos despertaban, entretanto, siendo informados por la televisora estatal de la constitución de un gobierno de emergencia nacional en la clandestinidad formado por José Vicente Rangel, Aristóbulo Istúriz y Jorge Rodríguez. El avión presidencial, entretanto, salía desde Maiquetía con destino desconocido llevando a bordo a las familias de los principales detenidos por las fuerzas militares de Estados Unidos. Fuentes dignas de crédito aunque negándose a revelar su identidad, señalaron que el destino probable era Moscú, luego de una parada técnica en La Habana.
Un destacamento fuertemente armado hace guardia frente a la sede del destituido gobierno, preparados para la eventualidad de ser atacados por los seguidores del régimen, colectivos armados o manifestantes chavistas. Pero hasta el momento de redactar esta crónica no había noticia de enfrentamientos. Reina, por ahora, la paz de los sepulcros. Los habituales rumores, que corren como la pólvora, hablan de algunos suicidios y fuertes contingentes armados huyendo a través de la frontera con Colombia. Delcy Rodríguez, Iris Varela y Jorge Rodríguez se habrían asilado en la Embajada de Trinidad y Tobago, ante el fuerte asedio de tropas norteamericanas en Chuao, en las cercanías de la Embajada de Cuba, cuyo gobierno aún no se pronuncia sobre los hechos.
Como también es habitual en estos casos, se han verificado algunos saqueos en las más lujosas residencias de altos jerarcas de la derrocada dictadura. Frente a la residencia de José Vicente Rangel, en la Alta Florida, al norte de Caracas, se veían desperdigados por el suelo libros, ropas, objetos decorativos destrozados, incluso algunas pinturas y esculturas despreciadas al momento de la huida de los saqueadores. La oportuna llegada de policías municipales impidió que los saqueadores prendieran fuego a la lujosa vivienda. Lo que no fue posible en algunas residencias del sureste caraqueño, que estallaron en llamas en cuanto se supo del abandono de sus dueños, generales de la Fuerza Armada Bolivariana, jerarcas del régimen y los odiados boliburgueses. Los bomberos se negaron a apagarlos aduciendo falta de agua.
Hasta el momento de redactar esta crónica no existen pronunciamientos del presidente interino, el ingeniero Juan Guaidó. Leopoldo López, entrevistado telefónicamente por una emisora de la cadena SER, española, condenó la intervención norteamericana. Pocos minutos después, liberado de su prisión domiciliaria, se dirigió al edificio del Palacio Legislativo para dirigirse desde allí a sus seguidores. Se espera que lo haga acompañado por su segundo de a bordo, el presidente encargado Juan Guaidó. Y llame al retiro inmediato de las fuerzas norteamericanas y cubanas. “Venezuela es de los venezolanos. Fuera toda intromisión extranjera”, terminó diciendo en la entrevista con Onda Cero. “Este es un problema venezolano y debemos resolverlo los venezolanos”, expresó.
Desafiando el peligro de enfrentamientos con sectores pro maduristas, una multitud se ha congregado frente a la quinta El Bejucal, en la Cuarta Avenida de Altamira, en el este caraqueño, sede del partido Vente, de la líder de derechas, la ingeniera industrial María Corina Machado. Abordada por los medios extranjeros al salir de su domicilio acompañada por algunos de sus asesores, se expresó consternada por los hechos de sangre que la intervención de los marines pudieran haber provocado y llamó a la calma de la población, asegurando que la pesadilla estaba llegando a su fin. Pidió calma y planteó la necesidad de constituir en lo inmediato un gobierno de unidad nacional, la expulsión del Ejército cubano de ocupación y la pronta celebración de elecciones generales. “El pueblo debe expresarse cuanto antes”, expresó.
Sorprende el silencio con el que los gobiernos de la región han reaccionado hasta ahora, salvo las virulentas y encendidas condenas de Evo Morales, Daniel Ortega, Tabaré Vásquez y Pedro Sánchez, recién reelecto, desde España. Es todo por ahora. Seguiremos informando.»
Me despiertan los gritos de mi hija llamando a mis nietos que se hace tarde y el colegio los espera. La sonrisa de felicidad por este sueño de una noche de verano se resiste a dejar mis labios. Bien decía Calderón de la Barca: la vida es sueño.
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