«Mi generación no se perdió por idiota sino virtud a quien supo dominarla siéndolo»
“Los historiadores no han sido apodícticos, pero muy eficientes encargándose de darle mayor relevancia a criminales que a incómodos y notables estadistas”
“Venezuela es santuario de una incalculable suma de bárbaros de origen foráneo que, de forma progresiva, demolieron eso que tuvimos por república soberana quienes nacimos en su territorio”.
“No concedo se conjuguen verbos como agotar cuando la realidad exige apresuremos el paso, tanto que casi saltemos hacia donde soluciones aguarden”.
“Solo personas reflexivas, sin prejuicios [ni presas de la emotividad irracional] captan que la mayoría de lectores y hacedores de textos, emisores u oyentes que interactúan de forma directa o no, íntima o pública, admiten que la pereza intelectual no solo aborta la cognición sino también la trascendencia de nuestra especie”.
“Al rumor suele nutrir el infundio y la malicia. La vanidad, que con él compite, es solo estupidez y lo superfluo umbral de la intrascendencia. Es insólito que determinen comuniones y pleitos [por ventajas y dominios] en las sociedades”.
“La razón o juicio apresura, conspira, ofende al intelectual oblicuo”.
“La convivencia es tumulto, irrespeto y tormenta cuando el timón de una república lo tienen vándalos que [por principios] no acatan leyes y a los cuales la realidad nos emplaza mirar resignados”.
“Si pretendes darles caza a los abominables y fijarles término, no puedes exponerte con manos trémulas ni hablarles como si imploraras”.
“Me ha severamente lesionado la puja de quienes integran grupos hostiles [con poder] en mi país: intentan, con éxito, persuadirme de que soy quien les confiere superioridad absteniéndome enfrentarlos con armas letales”.
“De la fábula más antigua afirmas que nos creó y perdona todos nuestros pecados mientras ruegas bendecirla, pero ello constituye un problema epistemológico”.
“No experimenté una juventud sin lluvias tormentosas ni envejecí en paz, porque los sucesos abominables de mi país [y el resto del planeta] me lo impidieron: por ello, estoy convencido de que la existencia es un diluvio incesante»
“Maníaco-compulsivo frente al prepotente que jamás seré”.
“Si pudiera, solía decir repetitivo y lo hice: desenfundé para abatir. Venga un comisario por mí, que nunca duermo: me hallará buscándolo”.
“Lamentable la presencia en el mundo de patéticos como yo: inmerso en formaldehído, mientras mis adversarios se divierten de prisa para alcanzarme ávidos que los abrace”.