COLUMNISTA

Salvemos el futuro del mundo

por Alejandro Uribe Alejandro Uribe

He publicado algunos artículos recientemente, cuyos objetivos eran generar conciencia sobre la fragilidad de la vida en la tierra y el peligro de desencadenar un apocalipsis nuclear, si no se logra desescalar la locura belicista entre Rusia y Ucrania, donde quienes no mueran de frío o peor aún, vaporizados por las altas temperaturas o las ondas expansivas, sufrirán de un fenómeno llamado lluvia radiactiva, que contaminará a los lugares más remotos de donde ocurran las explosiones atómicas y por esa razón, los seres pensantes no podemos quedarnos cómodamente callados, sin hacer buen uso de nuestra libertad de expresión, esperando que algún irresponsable o desorientado oprima el botón nuclear que producirá el Armagedón.

Afortunadamente se comienzan a observar declaraciones, pronunciamientos y acciones sensatas de algunos líderes mundiales importantes y cambios de paradigmas belicistas errados, para actuar con más racionalidad, lo que será de mucha utilidad para corregir el rumbo y evitar una hecatombe mundial que a nadie conviene, pues hay que salvar al mundo de la extinción de la vida o en el mejor de los casos evitar el regreso a la vida de las cavernas de los pocos que logren sobrevivir, pues un juego de suma negativa como el nuclear es preferible no jugarlo, porque todos lo perderemos todo.

Dicho lo anterior, en este artículo escribiré sobre otras amenazas que penden como espadas de Damocles, relacionadas con las tragedias de origen climático que nos afectan, tales como han sido: tormentas, huracanes, tempestades, sequías, inundaciones y avalanchas, que han impactado a diferentes regiones del mundo, incluyendo la tragedia más reciente de un pueblito llamado Las Tejerías en el estado Aragua de Venezuela.

Para esta publicación tomé y actualicé de mi blog de economía y política del mundo, parte de un artículo llamado “Salvemos al mundo de los fenómenos climáticos” que había publicado el 19 de diciembre de 2011, donde explicaba los riesgos del uso de los combustibles fósiles, cuyas existencias no son infinitas y deberán ser sustituidos en el futuro por combustibles limpios, para lo cual es indispensable buscar los sustitutos más confiables y menos contaminantes, teniendo en cuenta que hasta que esto ocurra, los combustibles fósiles seguirán siendo usados de manera híbrida con otras nuevas tecnologías energéticas, pues la migración debe ser progresiva.

Algunas de las actividades humanas para procurarse: transporte, energía, alimentos, productos y servicios, generan externalidades negativas, que son efectos colaterales nocivos y ponen en riesgo la salud y la vida de los seres vivos, que forman la biodiversidad de este planeta.

Los motores a gasolina emiten gases como son: dióxido y monóxido de carbono, hidrocarburos no quemados como el benceno, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, vapor de agua y óxidos de nitrógeno o plomo.

Los motores diésel generan sustancias nocivas como son: dióxido de azufre, humos con partículas de hollín en suspensión, hidrocarburos no quemados y óxidos de nitrógeno.

Cuando se quema carbón o combustibles líquidos como el gasoil y el fueloil, para obtener calefacción, generación de vapor o electricidad, dependiendo del tipo de combustible utilizado, se producen y se liberan a la atmósfera materiales contaminantes tales como son: cenizas, dióxido de azufre, dióxido de carbono, hidrocarburos no quemados, hollines, metales pesados (cadmio, plomo y zinc), monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y trióxido de azufre.

Las industrias químicas, siderúrgicas, refinerías e industrias del aluminio, producen: partículas en suspensión, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, óxidos de hierro, fluoruros, amoníaco, hidrocarburos gaseosos, hollín y vapores de ácidos como son: sulfúrico, nítrico y fosfórico.

Las actividades ganaderas intensivas, generan grandes cantidades de metano, que es un gas de efecto invernadero y además liberan al ambiente otros desechos que contaminan el agua.

Los incendios forestales y la quema de: maderas, malezas y hojas de los cultivos de la caña de azúcar antes de su recolección, generan dióxido de carbono.

La destrucción de las selvas para extraer madera y la deforestación de las zonas boscosas para destinarlas al pastoreo y a la agricultura, eliminan parte de las plantas que se encargan de convertir el dióxido de carbono en oxígeno a través de la fotosíntesis.

Los basureros de las ciudades que queman sus desechos, generan dióxido de carbono y cuando se utilizan rellenos sanitarios para enterrar la basura, al descomponerse esos materiales se produce metano, siendo que estos gases van a la atmósfera y contribuyen con el efecto invernadero.

Algunos subproductos de las actividades humanas anteriores son inocuos como, por ejemplo: oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, que son componentes naturales del aire, mientras que otros afectan a la gente, produciendo entre otras enfermedades: cáncer, alergias, asma, defectos congénitos, afecciones respiratorias y hasta la muerte, como ocurre cuando se inhala una cantidad considerable de monóxido de carbono.

Los óxidos de azufre, nitrógeno, carbono y fósforo, reaccionan con el vapor de agua de la atmósfera y producen ácidos: sulfúrico, nítrico, carbónico y fosfórico, que luego caen a la tierra en forma de lluvia, acidificando los suelos y afectando plantas y animales, siendo que además el dióxido de carbono es absorbido por el agua de mar, produciendo la acidificación de los océanos y afectando la flora y la fauna marinas, puesto que reacciona con el calcio de los corales y otros organismos marinos de tipo vegetal y animal.

Quizás el efecto más perjudicial producido por ciertas actividades humanas, es el calentamiento global, debido a que los gases generados como son el dióxido de carbono, el metano y el vapor de agua, producen un efecto invernadero, porque crean una capa en la atmósfera que evita que el calor generado en la tierra, como el producido por la radiación solar que incide sobre la superficie terrestre, regrese al espacio por efectos de la radiación y la reflexión, lo cual hace que la temperatura se almacene entre la superficie de la tierra y la capa de gases de efecto invernadero, creando una especie de trampa térmica.

Este calentamiento de la tierra hace que se derritan los glaciares y los hielos polares, que se aumente la evaporación de los océanos, que se afecten las corrientes marinas, los vientos y las demás condiciones meteorológicas, de tal forma que se presentan desequilibrios en el comportamiento de las lluvias, las sequías, las nevadas, las tormentas, las mareas y el clima en general.

Hay que destacar que en contraposición al efecto invernadero, la emisión de hollín y óxidos de azufre, producen otro efecto llamado el oscurecimiento global, debido a que esos materiales en suspensión en el aire, crean un escudo que refleja parte de la radiación solar en la atmósfera y que no alcanza a llegar a la tierra, compensando de alguna forma el calentamiento por el efecto invernadero, pero aun así la temperatura terrestre sigue en aumento.

De las observaciones anteriores se podría pensar, que los fenómenos climáticos que producen el descontrol de las lluvias e inundaciones en diferentes lugares del mundo se deben en parte a los efectos del calentamiento global, de tal forma que haríamos un gran favor a la ecología y a la humanidad, si se limitara la emisión de gases de efecto invernadero, para lo cual algunos países preocupados por el problema ecológico, han firmado el protocolo de Kioto, pero hay que tener en cuenta que los países que más contaminan la atmósfera, no se han comprometido a limitar sus emisiones de este tipo de gases y peor aún, aumentan cada año la cantidad de toneladas emitidas.

Algunas medidas sugeridas para proteger a las personas y a la ecología de los efectos del calentamiento global son:

1- Reducir, optimizar y reemplazar a corto plazo el uso de los vehículos con motores de combustión interna para transporte de carga y pasajeros.

2- Facilitar y promover el uso del transporte público masivo: ferrocarriles, metros y tranvías.

3- Promover la construcción de vías de ferrocarril en vez de autopistas y carreteras.

4- Reemplazar la generación de energía eléctrica que usa combustibles fósiles como carbón y petróleo, por otras más limpias, tales como son la electricidad generada por energía: hidráulica, solar, eólica o geotérmica, teniendo en cuenta que en épocas de invierno ríos, lagos y represas se congelan, la luz solar disminuye, las aspas de los generadores eólicos se afectan por la nieve y los sistemas de transmisión eléctrica también pueden colapsar.

5- Promover el uso del gas natural y la electricidad para reemplazar: gasolina, carbón, diésel y otros combustibles de origen fósil.

6- Invertir más capital en la investigación de generación de energía limpia, usando por ejemplo el hidrógeno.

7- Realizar campañas permanentes de concientización en la importancia de la conservación de los recursos naturales y la reforestación de zonas deforestadas.

8- Fortalecer el cambio de la mentalidad consumista actual por una forma de vida menos ostentosa y dependiente de objetos que solo sirven para crear falsas sensaciones de bienestar por poseer bienes materiales, que al final se convierten en estorbos y en basura para el medio ambiente.

9- Crear conciencia en los ciudadanos de la importancia de la cultura del ahorro y el reciclaje.

10- Aumentar las campañas a través de los medios de comunicación, haciendo énfasis en la conservación del ambiente.

11- No autorizar la construcción de zonas pobladas en las orillas de los mares, ríos, quebradas, lagos y en los conos de deyección de las vertientes hidrográficas.

12- Reubicar ciudades, pueblos y urbanizaciones de zonas inundables o geológicamente inestables y donde la temperatura sea muy alta, a zonas de mayor estabilidad geológica e hidráulica y de mayor altitud sobre el nivel del mar, para evitar tragedias por inundaciones y avalanchas futuras y, además, para disminuir el uso de los equipos de aire acondicionado. Adicionalmente, interconectar esos nuevos asentamientos humanos por ferrocarril, para disminuir el consumo de combustibles fósiles.

13- Exigir el uso de filtros a las industrias contaminantes o que queman combustibles fósiles.

14- Racionalizar el uso de los vehículos particulares.

15- Hacer campañas para racionalizar la natalidad excesiva, debido a que la sobrepoblación existente implica una sobreexplotación de los recursos naturales del planeta.

16- Invertir capital en la conservación y la reforestación de las selvas y bosques existentes en zonas tales como la Amazonía, el África y las zonas desérticas, por citar solo algunas regiones del mundo.

Con la puesta en práctica de las medidas anteriores y la prohibición de la energía nuclear con fines belicistas, podríamos lograr un porvenir más promisorio para las generaciones del futuro y la conservación de las especies en el planeta tierra, incluida la especie humana, emulando al arca de Noé en los tiempos actuales.