¿Se va Nicolás Maduro? Todo parece indicar que así será, aunque es difícil pronosticar el tiempo que pueda tardarse. Con todo en contra, el todavía gobernante hace maromas para ejercer el poder, pero cada vez le cuesta más. Su influencia real es muy limitada.
España parece ser el destino al que finalmente marcharía, por lo menos temporalmente. Distintas fuentes confirmaron la información a El Nacional y al diario ABC de España: el ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero vino a Caracas para hablarle a Maduro de las escasas opciones que tiene y plantearle la posibilidad de ir a la madre patria, bien sea a Torremolinos, en Málaga, o a algún otro lugar como Marbella, también en Málaga, o Benidorm, en Alicante. En negociación están los beneficios a los que aspira, las sanciones que quiere evitar y el dinero que espera llevarse. Los otros sitios adonde puede ir son Rusia, Turquía, Cuba o China.
Un viaje de Maduro a España, aunque pueda parecer contraproducente para el mundo político de ese país, podría ser beneficioso para las aspiraciones de Pedro Sánchez y el PSOE en las elecciones generales del próximo 28 de abril, porque se verían ante los ojos del mundo como decisores en la salida de un verdadero dolor de cabeza para la democracia en Latinoamérica. Eso podrían explotarlo a su favor en la recta final de la campaña y rendirle réditos para una eventual victoria, aunque tampoco podamos asegurarlo porque la política es muy cambiante.
Lo cierto es que Maduro se va quedando solo. De quienes han estado patria o muerte con él, pocos se mantienen y ya incluso algunos militares de alto rango empiezan a dudar si vale la pena sacrificarse por una botella vacía. La oposición tiene constancia de esa situación, aunque las alusiones directas y el llamado al mundo castrense haya bajado en el discurso. Claro, hay quienes no pueden dar un paso atrás o al costado porque sus negocios y relaciones no los dejan, aunque el ejemplo de Carlos Rotondaro podría animar a más de uno, porque todos saben que el antiguo presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, hoy en Colombia, tiene un gran rabo de paja, y si habló es porque le aseguraron tranquilidad y beneficios.
No tengo dudas de que a estas alturas del partido lo que cada quien busca en el entorno de Maduro es salvarse y tratar de garantizar al menos el futuro para los suyos.
La cuenta regresiva está hace rato andando, lo que no sabemos es exactamente cuánto va a durar, pero de que no para, no para.