COLUMNISTA

Relaciones familiares

por Arminda García Arminda García

Es vital fomentar el sano desarrollo de la familia, procurando fortalecer la armonía y las mejores relaciones entre sus integrantes, para permitir el adecuado crecimiento emocional de cada uno.

Es allí donde el grupo familiar aprende, por lo tanto, debe significar orgullo para sus miembros, beneplácito y felicidad. Especialmente en momentos difíciles, debe representar refugio y apoyo para seguir adelante. Por eso es importante alimentar el aprecio y la unión, protegiendo la familia de cualquier daño externo y procurando mejorar las relaciones entre todos.

Sin duda, la familia es el eje principal en la vida de los seres humanos, pues es en ese círculo donde se desenvuelve la convivencia más importante de los individuos, la cual influye en la construcción de los valores y del bienestar de cada uno.

Algunas maneras de fomentar nexos más positivos es a través de la comunicación, la cual resulta primordial para fotalecer y mantener vínculos favorables. Si es bien manejada, facilita el entendimiento entre sus miembros. Es prioritario que se establezca una verdadera retroalimentación, donde cada uno se sienta tomado en cuenta. Escuchar al otro es la base fundamental de una buena interacción.

Además, es oportuno manifestar interés por las necesidades, problemas, dificultades y situaciones rutinarias que enfrentan sus integrantes, brindando apoyo sin atropellar la individualidad de cada uno. Así mismo, se debe demostrar el valor y el amor que se siente por ellos.

Igualmente, se considera favorable practicar actividades en familia, pues representa destinar tiempo de calidad para compartir vivencias que brindan los mejores momentos familiares. Esas oportunidades, como ir al cine, viajes, paseos o deportes fuera de la rutina, facilitan la interacción en otros ámbitos.

En este sentido, también es importante aceptar las limitaciones propias de los individuos y comprender que todos los seres humanos cometen errores y cuentan con defectos que –apartando las críticas destructivas– pueden afectar la autoestima de las personas y dañar las relaciones con los demás.

Contribuye a la armonía celebrar los logros tanto familiares como individuales, con detalles que demuestren ante todos el reconocimiento de sus miembros, como, realizar una cena o reunión familiar para festejar,y así, motivar el cumplimiento de sus metas, de desarrollo personal o profesional.

Por otro lado, no se puede olvidar que la mejor manera de lograr una sociedad más humana es fomentando los valores familiares que harán la diferencia. Con ese fin, los padres deben reconocer que son los responsables de conducir a sus hijos y dar el ejemplo con demostraciones de responsabilidad, respeto y solidaridad. Esto permitirá, a su vez, que todos los integrantes del núcleo familiar demuestren compromiso, apoyo y entendimiento hacia sus parientes.

La armonía y las mejores relaciones entre todos se logran entonces cuando sus miembros conviven con base en los mismos valores. Estos principios ayudan además a evitar actitudes violentas y algunos sentimientos negativos como la mezquindad o el egoísmo. Fomentar esos preceptos permite establecer el equilibrio y el entendimiento necesario, para que el grupo familiar se sienta unido, integrado y a gusto con sus seres queridos.