Es mucho lo que callan y poco lo que dicen. Casi tumban el puente sobre el lago y se limitan a seguir con su disco rayado del sabotaje. Nos suministran, en el mejor de los casos, entre 3 y 6 horas diarias de electricidad y no dan la cara ni mucho menos explicaciones serias y creíbles sobre la situación.. Con esta crisis el gobierno ha mostrado sus peores niveles de ineficiencia. Entre los zulianos reina la incertidumbre y el miedo ante la gravedad que pudiera esconderse detrás de la explosión del cableado eléctrico del viernes pasado.
En la región se vive una verdadera tragedia arrastrada desde hace meses, pero que ya ha superado con creces la resistencia de sus habitantes. Desde la mañana del viernes estamos sometidos a apagones generalizados de 18 horas y más. Los trabajos eléctricos que se adelantaban en el puente sobre el lago, la vía de comunicación más importante del occidente venezolano y la única que une a Maracaibo con la mayor parte del país, fracasaron. Se intentaban recuperar 300 MVA (Mega Voltios Amperios) para alimentar el sistema eléctrico de la capital zuliana.
José Aguilar, consultor internacional en energía eléctrica, explica pedagógicamente lo sucedido. Descarta de plano el sabotaje y asegura que el cortocircuito se registró por ineficiencia en la ejecución de los trabajos. Indica que el referido cable ya había fallado en dos ocasiones, por lo que en la última reparación se sugirió no operarlo por encima de 200 MV, pero continuaron aplicándole una sobrecarga de casi 300 MV. «La razón para no ir más de 200 MV se fundamentaba en que las pruebas de aislamiento arrojaban malos valores debido a su edad y su poco mantenimiento en los últimos años».
El referido cable que cruza el puente, con una capacidad de 300 MV en un voltaje de 230 KV (kilovoltios), técnicamente se trata de un cable adosado enfriado por circulación natural en aceite, por lo que, indica Aguilar, Corpoelec nunca debió ignorar el efecto que causaría sobre el mismo el haber tenido sin aceite dieléctrico (el que enfría los cables) la cámara donde se unen sus tres fases, ubicada en la pila 23. Los técnicos pidieron una semana más para mejorar las condiciones del aceite, pero se la negaron. «Cuando el cable falla producto del pobre aislamiento en la cámara de empalmes, es cuando se produce el fogonazo y se prende el referido aceite que es material combustible. La falla ocurre al momento de poner en servicio el cable, proceso que arranca en la Subestación El Tablazo y se energiza en vacío sin cerrar el interruptor de Punta de Piedra, en el lado de Maracaibo».
Pero aún hay más tela que cortar. El especialista señala que también se hicieron cambios en la geometría y longitudes de las líneas desde la Subestación El Tablazo y no se revisaron las calibraciones de las protecciones eléctricas, lo que provocó que al momento del cortocircuito no se desconectara la falla, y además se cayera toda la energía que viene del Guri y se apagara toda la generación local.
Los zulianos aún desconocemos las verdaderas secuelas que dejará este grave acontecimiento. La magnitud de los daños a la estructura del puente está por verse. En lo que a la electricidad se refiere, esto pica y se extiende. Aguilar precisa que el cable tuvo una falla prolongada que pudo causarle un significativo deterioro, lo que implicaría su sustitución. Tendría que pedirse al exterior y se tardaría en llegar entre 12 y 14 meses. Precisa que la línea en cuestión tiene 6 conductores, 2 por fase. Se debe remover, entre 2 torres, el conductor caído y aislarlo para poder reestablecer el servicio y bajar los largos racionamientos vividos el fin de semana. Advierte que, en caso de seguir operando la línea con 5 conductores al mismo ritmo que con 6, se corre el riesgo inminente de perder la línea, que es la única que nos aporta el grueso de la energía proveniente del Guri, lo que sería extremadamente grave por cuanto la generación local es insuficiente.
El gobierno debe hablarnos claro. Esta falla limita aún más las pocas opciones que hay para alimentar el sistema. «Maracaibo queda con solo dos de las seis líneas que tiene para su abastecimiento: una en 400 KV, que surte a los dos autos de la Subestación Cuatricentenario, y otra que se coloca en servicio a 230 KV. Con el resto no se cuenta. Los dos cables sublacustres, el de Punta de Palma-Las Peonías, 300 MV, y el del puente sobre el lago, de 230 KV, están en reparación y no se vislumbra para cuándo van a terminar; y la que viene de Colombia se inhabilitó para hacer los trabajos del segundo banco de autotransformadores en la Subestación Cuatricentenario», indica el especialista internacional.
¿Hasta cuándo los zulianos tendremos que seguir soportando las interminables horas sin luz, ahogados por un calor inclemente y un gobierno que miente y vuelve a mentir, con total desparpajo, y se ríe en nuestra cara cada vez que habla de sabotaje? ¿Cómo justificar que ante tanto caos todavía Luis Motta Domínguez siga al frente del Ministerio de Energía Eléctrica? ¿Cómo puede albergarse en una sola persona tanta ineficiencia junta? Si seguimos en manos de esta gente, que Dios se apiade de nosotros.
@gladyssocorro
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