COLUMNISTA

Qué le depara 2019 a Estados Unidos

por Leopoldo Martínez Nucete Leopoldo Martínez Nucete

Trump comienza a operar en un escenario diferente: con la Cámara de Representantes bajo control demócrata y una creciente preocupación entre republicanos.

Su gobierno está situado en una delicada encrucijada. Primero se retira su jefe de gabinete, John Kelly, y el cargo es rechazado por el joven operador republicano Nick Ayers, quien se desempeñaba como jefe de gabinete del vicepresidente Pence. ¿Cómo se explica esto? Mientras especulábamos sobre las diferentes razones, incluso en el contexto de las declaraciones del ex secretario de Estado Tillerso, quien dijo que Trump es “un hombre sin disciplina, que no presta atención a los detalles, a quien no le gusta leer ni lee los informes que se le preparan para tomar decisiones, con un sistema de valores diferente porque le cuesta apegarse a la legalidad”, se produce la renuncia del general Mattis a la Secretarìa de Defensa, quien deja testimonio de unas reveladoras razones con una contundente carta.

Hace meses, el senador republicano Bob Corker, quien pasa a retiro en diciembre y a quien se tiene como voz sensata e influyente dentro del Partido Republicano y los grupos conservadores, dijo que tres personas separaban al gobierno de Trump del caos: el secretario de Estado Rex Tillerson, el general John Kelly (jefe de gabinete), y el general Mattis, secretario de Defensa. La renuncia de Mattis es eclarecedora. Lo medular en su carta de renuncia, en el contexto de la súbita decisión de retirarse de Siria adoptada por Trump, está su cuestionamiento al excéntrico presidente por no entender que la libertad y seguridad planetaria depende de un sistema histórico de compromisos político-militares expresados en la OTAN. Precisamente ese fundamental sistema se encuentra en crisis, una vez más bajo el gobierno de Trump, ahora con la decisión adoptada con relación a Siria.

El senador Marco Rubio, un aliado hasta ahora muy disciplinado de Trump entre los republicanos, retuiteó un trino de la Embajada Rusa en Estados Unidos aplaudiendo la decisión de Trump con relación a Siria comentando: “Por fin encuentro a alguien de acuerdo con el retiro de Siria”. Ante la renuncia de Mattis, la experimentada voz de un hombre de Estado como el ex vicepresidente Biden se expresó por la misma red social diciendo:  “He tenido diferencias de opinión con el general Mattis, pero compartimos la visión, sostenida a lo largo de años por demócratas y republicanos en nuestra nación, que el respeto por nuestros aliados y el compromiso con las alianzas más importantes y efectivas de la historia hicieron que Estados Unidos sea más seguro. Está claro que esta administración ha abandonado esas creencias estadounidenses fundamentales. La presencia del secretario Mattis y su voz de la razón y la experiencia se extrañarán en el Pentágono y en la Sala Situacional”.

Con las elecciones presidenciales en puerta y después de una derrota electoral de mitad de período de una rotundidad no vista desde el caso Watergate en 1970, Trump enfrenta una tormenta perfecta. Un Parlamento adverso no solo por la mayoría demócrata en la Cámara sino por la ahora creciente preocupación de muchos republicanos, dispuestos a ejercer su facultad contralora  y escrutadora; una cada vez más comprometedora investigación del fiscal Mueller; y por si fuera poco, una economía cuyo mercado de capitales comienza a encajar el impacto negativo de los recortes de impuestos, que han incrementado sustancialmente el déficit fiscal, la incertidumbre de la guerra comercial con China y el alza en las tasas de interés; todo lo cual crea expectativas –muy ciertas– de ralentización económica.

Así se configura el escenario político de Estados Unidos al cierre de año, anticipando que la conflictividad y disfuncionalidad que Trump ha incrementado en Washington continuará durante 2019. Ciertamente el debate entre presidenciables contra Trump en la ruta hacia las elecciones de 2020 será sustancioso y nada aburrido.

Twitter @lecumberry