COLUMNISTA

Propósitos

por José Rafael Avendaño Timaury José Rafael Avendaño Timaury

Concluyó la semana pasada con dos noticias esperanzadoras y una no tanto. La mayoría de la sociedad civil organizada e innumerables personalidades de la oposición se dieron cita en el Aula Magna de la UCV y formalizaron la constitución de un Frente Opositor con carácter orgánico para enfrentar resueltamente al totalitarismo. Dos días después la MUD –deslastrada de algunos sargentos y bribones– anunció, también formalmente y mediante manifiesto, la constitución de un Frente Amplio. Ambos sectores coinciden –una vez más– en la estrategia general conocida como lo es la instauración del “Nuevo gobierno ya”. El Nacional, por su parte, reseña en su primera página del viernes que el precio del kilogramo de arvejas superó el valor del salario mínimo.

Se hace necesaria la implementación del necesario “cordón umbilical” entre ambos sectores para que de manera conjunta –es lo deseable– (en unión de otras organizaciones de la sociedad civil e individualidades) conformen un bloque granítico unitario. Para ello es menester que se defina la Estrategia, (en mayúsculas) puntual, sin eufemismos. Se haga declaración formal inequívoca en el sentido de establecer que por ahora no están dadas las condiciones de reanudar ningún tipo de negociación política con Maduro y su combo. UNT persiste dentro de la MUD, y en reiteradas manifestaciones públicas, que se debe reanudar el diálogo. Este bloque habrá de decidir si se trata de “mariscos o moluscos”. De no hacerlo, continuarán los arquetipos conductuales perniciosos ya conocidos que tanto daño han ocasionado en la reinstauración del republicanismo.

El bloque deberá estar dotado de una infraestructura organizativa cónsona con la realidad para hacer operativas las tácticas complementarias de toda estrategia. Necesita de un secretario general, coordinador y un simple vocero oficial. Necesita de un secretario de organización (o como quiera llamársele) encargado de estructurar el equipo. Quien lo comande tendrá la insustituible tarea de hilvanar, hacer viable y operativa la amplia red facilitadora para procurar el objetivo fundamental (y los aleatorios) de la estrategia y táctica adoptada.

Esta tarea consiste en realizar, casi, “un trabajo de albañilería”. Debe formar un equipo para encarar todo lo relativo al mundo sindical. Es decir, a los obreros y trabajadores que conforman la actividad en fábricas y centros de trabajo productivos del país. Un equipo coordinador de todos los sectores profesionales actuantes (médicos, ingenieros, abogados, economistas etc.) con los mismos fines. Un equipo juvenil estudiantil (liceístas y universitarios) destinado a movilizar las grandes manifestaciones de protesta. Un equipo para interactuar con los diversos órganos empresariales, industriales y comerciales… De todas aquellas interpretaciones torticeras de la Sala Constitucional del TSJ, vale la pena rescatar lo concerniente a la actividad política por parte de militares activos. En tal sentido, establecer conversaciones de carácter constitucional con todos los militares activos. Con la única excepción de los milicos. Para no “gastar pólvora en zamuros”, ni perder tiempo. Estos deberán –una vez devuelto el republicanismo en la reestructuración del Estado democrático– responder ente la justicia penal, ordinaria o militar, por todos los desmanes y delitos cometidos…Por último, un equipo encargado de la logística y finanzas.

La puesta en acción del bloque unitario (Frente Amplio y MUD, preferiblemente de manera conjunta, o individualmente) requiere de una estructura organizativa como la anteriormente descrita de manera brevísima… ¡No se trata de redescubrir la pólvora! De esta manera podemos actuar con propiedad en esta primera fase del proceso que concluirá el 20 de mayo. Esta actuación deberá estar amalgamada con dos factores indisolubles: la presencia resuelta de protesta en la calle aprovechando el sainete electorero montado. Creando –pedagógicamente– la consciencia colectiva que tropezará, de manera ineludible, con la inocultable realidad emergente el 21 de mayo, por todos conocida. Es decir, dentro de apenas setenta días, cuando Maduro anuncie el fraudulento triunfo electoral derivando el pernicioso continuismo hasta 2025.

No fue al azar ni por capricho que en el primer párrafo hice alusión del valor de las arvejas. Cuando la escalada de precios inició su ascenso acelerado, obviando la posibilidad de adquirir alimentos y carnes de cualesquier tipo; los granos nos brindaron la alternativa de procurar la ingesta alimentaria con un valor proteico similar. Con este precio parecido al de diversos granos y otros alimentos, el incremento indetenible del hambre producirá las secuelas ya conocidas en otros tiempos. Quienes continúan siguiendo las enseñanzas de Chávez podrían desempolvar aquella lapidaria frase anunciada en Los Próceres: “Quién le puede criticar a un padre de familia que robe para darle comida a un hijo hambriento”… El problema venezolano actual, para su cabal comprensión, rebasa el mero carácter sociológico. Es un conflicto coyuntural cuyo contenido económico, social y político está a punto de ebullición… El estallido es indetenible.

Muchos venezolanos –entre los cuales me encuentro– bien podríamos enviarle una carta destinada a algún amigo conocido. Similar a la que Simón Rodríguez le dirigió al general José Trinidad Morán desde Guayaquil, el 26 de noviembre de 1853. En ella decía –entre otras cosas– el insigne maestro del Libertador: “… Escríbame a Lambayeque, y si puede mándeme un socorro, porque estoy como las putas en cuaresma, con capital y sin réditos…”. “… ¡Adiós amigo!

     

         Deseo a usted como para mi

         salud para que no sienta que vive

         distracción para que no piense en lo que es

         Y muerte repentina

         para que no tenga el dolor

         de despedirse de lo que ama,

         y de sí mismo para siempre.

                            Simón Rodríguez.” (1)

Todos los opositores a la dictadura totalitaria debemos estar claros y entender que la crónica de eventos futuros a muy corto plazo aquí enunciada traerá consecuencias. Estas, además de preverlas, también requieren la implementación de medidas urgentes de contingencia con la finalidad de que cuando “la gripe aflore, tengamos a mano el pañuelo” sanitario dispensador de molestias. Se hace necesario que los activistas –como medida precautelativa de legítima defensa– se organicen de manera celular. Esta modalidad le hará la tarea más difícil a la represión milico-policial que se vislumbra.

Notas:

1.- Simón Rodríguez. Obras completas. Tomo II. Pag. 544. Colección “Dinámica y siembra”. Universidad Simón Rodríguez. 1975.

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