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“La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de verdad.” Cicerón

¿Por fin, qué pasó allá en la avenida Bolívar? ¿Se trató realmente de un atentado con un sofisticado mecanismo volante? ¿Se produjo más bien un accidente hogareño con una bombona de gas, como aseguran los bomberos? ¿O acaso, como rápidamente afirmó Maduro, sería un intento de homicidio de Santos de Colombia?

Quisiéramos saber la verdad, pero, en nuestra Venezuela actual, la verdad no es abundante y, por el contrario, las mentiras pululan por doquier. No obstante, especularemos un poco en el camino de comprender más que en el de afirmar, que se nos niega evidentemente.

De entrada, se habló de un dron que explotó en el espacio aéreo y sobre el acto que se llevaba a cabo por el aniversario de la Guardia Nacional, cuyo propósito era aniquilar al alto gobierno. Seguidamente, se leyó en las redes sociales y se escuchó en la radio que los bomberos, contradecían la versión y orientaban hacia un evento sin la significación que se le dio inicialmente. Luego, en paralelo se escurrieron las dos adaptaciones y, además, se anunció arrestos y medidas de control policial y militar.

Aún desconocemos lo ocurrido por el hermetismo que el asunto muestra. El personaje central de la comedia no vaciló un instante en victimizarse y el psiquiatra que lo representa a menudo se refirió al valiente comportamiento del contingente militar, que cual los héroes de Termópilas echaron rodilla en tierra para mantener la compostura, prestos a defender con su vida al elocuente dignatario…Un video que circula y registra una estampida medrosa de uniformados fue seguramente el resultado de una manipulación de la derecha asquerosa.

El velo falaz de la revolución chavista cubrirá eficazmente los hechos y solo se admitirá lo que les convenga, volverá el sainete del magnicidio y señalarán probables cómplices ejecutores que venían siguiendo desde Sartenejas o desde la USB, donde otros chacales vuelan avioncitos desde que eran jovencitos. Cabe recordar que el difunto comandante amaba leer el mismo cuento del regicidio, copiado del cubano que denunció decenas de esas intentonas con el mismo motivo; hacerse una imagen de servidor abnegado, amenazado y siempre en peligro.

Ramsés Reyes echo a andar su propio relato que involucra a chavistas distanciados o enemistados con el epígono mayor del prócer de Sabaneta y esa otra vertiente, otro meandro que habrá que revisar en las pesquisas que se deben estar adelantando para saber lo que deberían y tal vez saben, más de lo que nosotros sabemos o imaginamos, ellos también.

¿Y la oposición? No puede salir lisa de este drama. Ahora se acusa a los hermanos Requesens de estar en conexión con la gente de Colombia para perpetrar el asesinato con el aparato volador. Suman a Borges también. Deberían, sin embargo, hacer un esfuerzo forense de primera y permitirle al país evaluar y conocer la verdad porque, como antes dijimos, no se les cree ni han convencido antes a nadie inculpando inocentes como Leopoldo López o María Corina Machado.

La primera combatiente pareció distinguir algo en el horizonte y, entretanto, el país sigue su agonía, con una hiperinflación que como un esmeril roe todo y una clase política gobernante incompetente y cínica, con unas fuerzas armadas sin principios ni valores y un pueblo que sin saberlo o asumirlo se llena de ira y de rencor.

Dios nos proteja en lo que Chávez llamó, en su discurso del 2 de febrero de 1999, la teoría de la catástrofe porque el hambre, la sed, el sufrimiento de los adoloridos, enfermos y vulnerables, no los están atendiendo, regodeados en la concupiscencia.

@nchittylaroche

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