En la actual Venezuela, donde el gobierno pretende insistir en un modelo revolucionario socialista errado y que ha desgraciado la economía del país generando una gran crisis, las “mentes brillantes” del oficialismo han lanzado la idea del “plan conejo”, que no es otra cosa que incorporar un conejito en las cajas CLAP como parte de los 2,5 kilos de proteína que esta va a incluir.
Durante los últimos 18 años hemos visto y vivido las consecuencias de unas ideas que no cuajan por la improvisación y los inventos de un gobierno que con sus planteamientos pretende seguir burlándose y humillando a un pueblo con hambre.
El plan conejo es otra de las medidas impuestas por un gobierno que pretende controlarlo todo. Sin reconocer el resultado, luego de casi dos décadas acabaron con la producción nacional, con todas aquellas empresas a las que le metieron mano, pero además nada de lo que crearon para atender al “pueblo” –en lo que a alimentación se refiere– ha funcionado para beneficiar a los venezolanos; por el contrario, esas medidas han generado colas, escasez y decepción entre los ciudadanos.
La lista de estos proyectos fracasados es larga: las areperas socialistas, los Mercal, los PDVAL, los supermercados CASA, entre otros, nos han llevado a este estado de pobreza en aumento, a esta hambruna y caos general, en el que los niveles de desnutrición –sobre todo en los niños, que son el futuro del país– son superiores a 60%.
Lo real e inocultable es que, lamentablemente, más de 80% de los venezolanos no está comiendo completo y 60% de estos busca medio alimentarse con los desechos de los mercados. En fin, nos han llevado a un nivel de crisis inaguantable.
No hay forma ni manera de que este gobierno logre revertir esta situación, por ello urge seguir desenmascarando al régimen y quitarle poder, y la única forma que tenemos los demócratas de avanzar en esta dirección es a través del voto.
Por eso el próximo 15 de octubre debemos proporcionarle una nueva derrota al gobierno en las urnas electorales, con la que le ratifiquemos al mundo no solo que somos mayoría, sino que además cada vez somos más los que rechazamos este gobierno inepto, dictatorial, indolente, corrupto, ineficiente y hambreador de su pueblo.
No obstante la debacle, el gobierno tiene aliados en la oposición. Inconscientes o no, pero aliados al fin. Debo recordarle a los huelguistas electorales que sino fuera por el voto, sino hubiese sido por la derrota que le propinamos al gobierno en las elecciones de la Asamblea Nacional, a lo que se sumó la protesta ciudadana con fallecidos, presos y torturados, la ineptitud corrupta no hubiera tenido la necesidad de inventarse la ilegítima asamblea nacional constituyente y, por ende, hoy un número importante de países del mundo no estuvieran apoyándonos.
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